Zapatillas de museo
El Brooklyn Museum analiza la historia del accesorio convertido en prenda de lujo
En 1984, un novato Michael Jordan firmaba un contrato como imagen de Nike. La marca de ropa deportiva le hizo al jugador de baloncesto unas zapatillas rojas y negras que combinaban con su equipaci¨®n de los Chicago Bulls: las Air Jordan I. Jordan ten¨ªa que usarlas en cada partido. Y por cada encuentro que jugaba con ellas, Nike deb¨ªa pagar 5.000 d¨®lares de multa a una NBA a¨²n muy cl¨¢sica que no admit¨ªa m¨¢s que calzado deportivo blanco.
Poco le import¨® a la firma. En 1985, las Air Jordan I se pon¨ªan a la venta y todo el mundo las quer¨ªa. Y los 28 modelos que han salido despu¨¦s vuelan m¨¢s r¨¢pido que el mism¨ªsimo Michael Jordan. Aquel momento hoy es considerado por muchos ¡°como el punto de inflexi¨®n de la cultura de las zapatillas deportivas¡±, dice Elizabeth Semmelhack, comisaria de la exposici¨®n The rise of sneaker culture (El auge de la cultura de las zapatillas). La muestra, que se puede visitar hasta el pr¨®ximo 4 de octubre en el Brooklyn Museum (Nueva York), recorre la historia de este calzado y su papel en la sociedad.
En los a?os ochenta las zapatillas no solo se confirmaron como una prenda mainstream ¡ªpara todos los p¨²blicos y con cualquier uso¡ª, sino que adem¨¢s se consolidaron como un objeto de deseo y una pieza central del vestuario, sobre todo masculino. Confirmadas hoy, como asegura un estudio de Harvard Business School, como un accesorio que indica estatus y posici¨®n social.
Seg¨²n Semmelhack, estamos asistiendo a un ¡°extra?o cierre del c¨ªrculo¡± de la historia de las deportivas. Cuando salieron al mercado las primeras, hacia mediados del siglo XIX, eran consideradas un art¨ªculo de lujo. Hoy, las usa todo el mundo, pero hay modelos muy exclusivos, como las Yeezy 750 Boost que dise?¨® Kanye West, el rapero y marido de Kim Kardashian, para Adidas, por las que se han llegado a pagar m¨¢s de 5.000 d¨®lares (unos 4.500 euros).
Unas zapatillas de este modelo, firmadas por West este a?o, son una de las estrellas de la exposici¨®n, logradas in extremis para su exhibici¨®n porque son aut¨¦nticas piezas de coleccionista; como los 29 modelos de Air Jordan que se pueden ver o las Bata x Wilson x John Wooden de 1977, donadas por el DJ Bobbito Garcia, considerado como uno de los padres fundadores dentro de esta comunidad de adoradores de la zapatilla para quienes lo m¨¢s importante, seg¨²n ya dijo Garcia en 1991, es ¡°tener un par que nadie tiene¡±.
Si ese es su primer mandamiento, esta exposici¨®n, organizada por el Museo Bata de calzado de Toronto y la American Federation Arts (AFA), es una meca para los coleccionistas por sus m¨¢s de 150 piezas ¨²nicas. Como la primera zapatilla con goma vulcanizada en Brasil hacia 1830, cuando se empez¨® a trabajar con este material en la b¨²squeda de un calzado m¨¢s ligero y c¨®modo para el deporte. O como el primer modelo Converse que esponsoriz¨® el jugador de baloncesto Chuck Taylor en 1921, adelant¨¢ndose 70 a?os a Michael Jordan. Tambi¨¦n se pueden ver las primeras Nike Cortez, que convirtieron la zapatilla en un accesorio de moda. Y algunas de las que dise?aron las casas de costura cuando subieron la deportiva a la pasarela, desde Gucci en los ochenta a la l¨ªnea masculina de Louboutin en 2011.
Si algo se echa en falta son m¨¢s modelos femeninos, pero, como cuenta la comisaria, ¡°para frustraci¨®n de las mujeres aficionadas a las deportivas¡± la industria se centra m¨¢s en el hombre y, por eso, es un accesorio a trav¨¦s del que se pueden estudiar la evoluci¨®n del estilo y la identidad masculinos.
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