Vacunas contra los prejuicios
Padres de pa¨ªses desarrollados y con sistemas sanitarios fuertes rechazan las vacunas
Un ni?o de seis a?os que no hab¨ªa sido vacunado muere de difteria, una enfermedad que no hab¨ªa aparecido en Espa?a desde 1987, y pese a ello varios padres de su misma localidad se niegan a que sus hijos reciban la vacuna. El actor Jim Carrey suelta en un tuit que el Estado de California dice ¡°s¨ª a envenenar a m¨¢s ni?os con mercurio y aluminio mediante vacunas obligatorias¡±. Los ¨ªndices de vacunaci¨®n en algunas escuelas de Santa M¨®nica son tan bajos como en Chad o Sud¨¢n del Sur, seg¨²n The Hollywood Reporter, porque muchos padres ricos se niegan a vacunar a sus hijos. Francia registr¨® en 2011 m¨¢s de 15.000 casos de sarampi¨®n, solo superada por la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Somalia, India e Indonesia. Reino Unido, un a?o despu¨¦s, registr¨® m¨¢s de 2.000 casos, el contagio m¨¢s alto desde 1994. Y en Estados Unidos, la bacteria de la tos ferina infect¨® hace dos a?os a 24.000 personas, diez veces m¨¢s que en los ochenta.
Balmis tuvo que convencer a las autoridades locales de que la vacuna era la mejor manera de protegerlos
La tos ferina, el sarampi¨®n, la rubeola o la parotiditis pueden evitarse con las vacunas, pero una proporci¨®n preocupante de padres de pa¨ªses desarrollados y con sistemas sanitarios fuertes las temen y rechazan. Abren las puertas a infecciones que hac¨ªan estragos en el pasado. En los a?os treinta la difteria mataba a una tercera parte de los ni?os de Inglaterra y Gales. En este siglo XXI, la ignorancia y el miedo est¨¢n aflorando a la superficie de los pa¨ªses ricos una geograf¨ªa de las infecciones propias de naciones pobres o del pasado.
Ocurre que estos temores son muy viejos. Sus vibraciones nos conectan con los prejuicios de hace m¨¢s de dos siglos. En 1803 el m¨¦dico alicantino Xavier Balmis parti¨® de A Coru?a para llevar a cabo una campa?a de vacunaci¨®n masiva y cazar al mayor asesino del que se haya tenido noticia: la viruela. En su tiempo ¡°se desconoc¨ªa lo que eran los virus¡±, dice Antonio Alcami, investigador del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa de la Universidad Aut¨®noma y el CSIC. Balmis no solo tuvo que atravesar oc¨¦anos en tiempos de guerra y pasar calamidades en un viaje tan peligroso para llevar esa vacuna, tambi¨¦n tuvo que luchar para vencer el miedo de los ignorantes, tan mort¨ªfero como el propio virus. ¡°Hab¨ªa gente que no cre¨ªa y Balmis tuvo que convencer a las autoridades locales de que la vacuna era la mejor manera de protegerlos¡±.
Con una mortalidad del 30%, las viruelas mataban sobre todo a ni?os o los dejaban ciegos. La vacuna se hab¨ªa descubierto pocos a?os antes en Inglaterra, pero era muy dif¨ªcil de obtener y se estropeaba. Balmis tuvo la idea genial de usar ni?os hu¨¦rfanos para conservar bajo su piel el fluido vacunal con sus propiedades, una vez inmunizados los peque?os. A los ocho o diez d¨ªas, los ni?os desarrollaban unas p¨²stulas benignas que rezumaban la vacuna, que podr¨ªa ser traspasada a otros ni?os. De esta manera, la expedici¨®n de este m¨¦dico permiti¨® transportar la vacuna hasta los territorios espa?oles en Am¨¦rica, Filipinas y hasta China, logrando m¨¢s de 100.000 vacunaciones en un pu?ado de a?os, y sentando las bases para la erradicaci¨®n del virus, que la OMS logr¨® en 1977.
Este virus es mucho m¨¢s temible que el ¨¦bola. Se le mantiene prisionero en laboratorios de alta seguridad. ¡°Hemos arrinconado a la viruela y parte de este ¨¦xito se lo debemos a este m¨¦dico desconocido¡±, asegura Alcami, que no puede imaginarse una enfermedad peor incluso hoy en d¨ªa. Por su parte, el experto Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, no duda en alabar lo conseguido por Balmis, al que la historia de la medicina le debe un reconocimiento mundial. ¡°Es un logro extraordinario, se adelanta m¨¢s de 150 a?os en el tiempo¡±. Su legado necesita ser recordado ahora en un mundo m¨¢s acechado que nunca por los demonios de los prejuicios del pasado.
elpaissemanal@elpais.es
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