La lucha por el cerro del peyote

Wirikuta es una zona sagrada de la Sierra de Catorce mexicana, en el Estado de San Luis Potos¨ª. Su paisaje polvoriento est¨¢ salpicado de cactus; los vecinos de la regi¨®n sufren desde hace d¨¦cadas una sequ¨ªa inclemente, pero el clima es ideal para el peyote, que crece escondido entre las piedras. Ocupa unas 141.200 hect¨¢reas. Todos los a?os, peregrinos del pueblo ind¨ªgena huichol cruzan el desierto hasta el Cerro del Quemado; seg¨²n su mito de la creaci¨®n, el lugar donde sali¨® el sol por primera vez. Su poblaci¨®n asciende a 43.500 personas, estima la Unesco. Wirikuta es adem¨¢s una reserva de la biosfera protegida por el Gobierno desde 2012. Da cobijo a miles de especies de cacto y 250 de aves. En esa misma zona fueron otorgadas 78 concesiones a empresas mineras por el Gobierno de Felipe Calder¨®n, actualmente paralizadas por un recurso legal interpuesto por el pueblo huichol o wix¨¢rica (pronunciado ¡°huirr¨¢rica¡±).

¡°Nos quieren matar¡±, resume Jos¨¦ Luis Ram¨ªrez, que tambi¨¦n se llama Uxamuire, un cham¨¢n u hombre medicina ¨Cmarakame en su idioma¨C. Vestido con su ropa tradicional y sentado en una terraza de Matadero de Madrid, Uxamuire se hace entender aunque es obvio que no domina el castellano. Para su pueblo, que conserva ritos ancestrales de colecta y consumo religioso del peyote, adem¨¢s de una relaci¨®n profunda con la tierra, vaciar su centro m¨¢s sagrado significar¨ªa el fin del mundo: ¡°Todo se acabar¨ªa¡±. Ha recorrido Europa estos meses acompa?ado de su hijo Enrique, o Haikuka, y del cineasta argentino Hern¨¢n Vilchez para proyectar un documental sobre el conflicto titulado Huicholes: los ¨²ltimos guardianes del peyote (2014). Vilchez recalca que est¨¢ financiado solo con la venta del DVD, aportaciones voluntarias y dinero de su bolsillo y de la coproductora Paola Stefani.

El documental aborda el plan de la canadiense First Majestic Silver, que posee 22 de las concesiones y pretende explotar las vetas de plata que ocultan las monta?as sagradas en su interior. Los m¨¢s m¨ªsticos sostienen que esa plata es la que otorga al Cerro del Quemado su energ¨ªa sobrenatural. En un Estado donde la mitad de la poblaci¨®n vive en situaci¨®n de pobreza, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Consejo de Evaluaci¨®n del Desarrollo Social, para muchos vecinos de la regi¨®n la mina supondr¨ªa una importante ayuda: la empresa promete crear 500 puestos directos y 1.500 indirectos en una zona dedicada a la miner¨ªa desde el siglo XVIII. Pero los ecologistas denuncian que el fin del mundo del que alertan los ind¨ªgenas se traducir¨ªa en pr¨¢cticas extractivas muy da?inas, que requieren una enorme cantidad de agua y producen residuos qu¨ªmicos que terminan en vertederos.

El a?o pasado, a?ade Vilchez, Uxamuire y otros l¨ªderes se reunieron con portavoces de First Majestic en su sede de Vancouver para pedirles que renunciaran a la mina. La empresa sugiri¨® como soluci¨®n que los ind¨ªgenas comprasen las tierras al Estado. La idea ofende profundamente a los huicholes: para ellos es tierra sagrada, no se puede poseer; y, de todos modos, carecen de recursos econ¨®micos. ¡°Imag¨ªnate que encontrasen oro debajo de la bas¨ªlica de San Pedro en el Vaticano¡±, ilustra Vilchez, indignado. ¡°?Qu¨¦ pensar¨ªan los cat¨®licos del mundo si les dijesen: ¡®Les dejamos la bas¨ªlica pero debajo hacemos un agujero y lo sacamos todo?¡±.

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