Hiroshima, 70 a?os
Son las ocho de la ma?ana de un soleado 6 de agosto de 1945. Todo parece normal. Pero a los pocos momentos los sue?os, los juegos, los descansos, el trabajo, los paseos, se mudan en una horrible foto fija para siempre. Las oscuras entra?as del Enola Gay vomitan destrucci¨®n que irradia el coraz¨®n de la bomba at¨®mica. Los 140.000 muertos y m¨¢s de 360.000 heridos conforman una tremenda torre-homenaje al sinsentido humano. El escenario de horror y muerte que sigui¨® a la explosi¨®n no sirvi¨® de arrepentimiento para los m¨¢s del 50% de estadounidenses que siguen opinando positivamente sobre la necesidad de tal determinaci¨®n. Los fantasmas que sobrevivieron al holocausto, en aquellos terribles momentos, y los que todav¨ªa hoy padecen las secuelas, deber¨ªan ser un toque de atenci¨®n para que la humanidad reflexione a d¨®nde puede llevarnos la locura de unos pocos.¡ª Manolo Romasanta Touza.
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