Vivir en el avi¨®n: empobrecidos y estresados
Los laboristas han calculado que a un empleado de Londres le saldr¨ªa m¨¢s barato residir en Madrid y volar all¨ª cuatro veces a la semana
Media hora desde su piso en Madrid hasta el aeropuerto. Debe presentarse al menos una hora antes del vuelo. Dos horas de vuelo a Londres. Otra hora desde Gatwick a su oficina en la capital brit¨¢nica. Cuanto menos cuatro horas y media, eso si no se complican los tr¨¢mites fronterizos ni se acumulan retrasos. Cuesta mucho imaginar que nadie aceptara realizar ese recorrido diario, nueve horas entre ida y vuelta, para trabajar en Londres y residir en Madrid. Si dedicara a su ocupaci¨®n otras ocho horas, le quedar¨ªan menos de siete para el sue?o y la higiene (del ocio ni hablamos). Pero ese delirante modo de vida ha sido planteado en el Reino Unido. Seg¨²n c¨¢lculos de los laboristas de Londres, publicados en el Evening Standard, al empleado de una oficina en Liverpool Street le saldr¨ªa m¨¢s barato residir en Madrid y volar all¨ª cuatro veces a la semana que alojarse, por ejemplo, en el barrio de Camden. Agotador sin duda, pero 600 euros al mes m¨¢s econ¨®mico.
Lo que quiere se?alar el equipo de la candidata a la alcald¨ªa Tessa Jowell es lo disparatado de los precios de los alquileres en la ciudad: en Candem se pagan 2.745 euros al mes por un apartamento de una habitaci¨®n. En el trasfondo, el hartazgo de los ciudadanos expulsados a la periferia por la carest¨ªa de la vivienda y obligados a dedicar un tiempo creciente al transporte, aunque sea el tren. Empobrecidos y, encima, estresados.
Desaf¨ªa la l¨®gica que sea tan barato un billete de avi¨®n y tan caro alquilarse un pisito, pero as¨ª han evolucionado los tiempos. Filosof¨ªa low cost para los servicios tur¨ªsticos, precios desorbitados para un bien de primera necesidad como dormir bajo techo. Lo de viajar muy a menudo, yendo y viniendo en el d¨ªa, no es tan extra?o para directivos o gente de negocios, pero es una tendencia a la baja: cada vez m¨¢s las empresas les convocan por videoconferencia. Lo que s¨ª es un fen¨®meno creciente es que j¨®venes europeos compren billetes de bajo precio sin m¨¢s motivo que correrse una juerga en suelo espa?ol y regresar, tras noche en blanco, sin haber gastado un euro, o libra, en alojarse. Quiz¨¢s tambi¨¦n les salga m¨¢s barato que disfrutar de similar farra en su ciudad.
Y eso que no han llegado los superaviones. Airbus ha patentado un aparato m¨¢s que supers¨®nico, capaz de alcanzar los 5.500 kil¨®metros por hora, 4,5 veces la velocidad del sonido, muy por encima del desaparecido Concorde. Ir¨ªa, pongamos, de Madrid a M¨¦xico en tres horas, as¨ª que alguno ya estar¨¢ calculando si le renta trabajar en la Castellana y residir en el D. F. Claro que ese portento tecnol¨®gico, cuyo uso no tiene horizonte a¨²n, nunca estar¨ªa en la horquilla de precios del bajo coste, porque parece pensado para gente que valora mucho su tiempo.
No, no merecer¨ªa la pena vivir en el avi¨®n. La cuenta es otra. En Espa?a sabemos, por dura experiencia, que el hecho de que un ciudadano medio no pueda acceder a la vivienda, aunque haya riadas de inversi¨®n para el ladrillo, indica que el modelo es insostenible. Peligro: burbuja a la vista. Des¨ªnflenla.
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