Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se quedan cortos
Hay tres ¨¢reas que la agenda aprobada el pasado dos de agosto, y que todo apunta que se ratificar¨¢ en la sede de la ONU el pr¨®ximo septiembre en Nueva York, no aborda correctamente
El domingo pasado, 2 de agosto del 2015, despu¨¦s de dos a?os y medio de negociaciones, los Estados miembros de la ONU adoptaron los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales contienen en conjunto 169 metas. Los ODS reemplazar¨¢n a los Objetivos del Milenio (ODM) a partir del a?o que viene. Un acuerdo encomiable, aunque estos ODS se quedan cortos en tres ¨¢reas claves.
Premisa falsa
El texto acordado establece que ¡°la reducci¨®n de la pobreza es el mayor desaf¨ªo global¡±. El primer objetivo para 2030 es ¡°erradicar la pobreza extrema para todas las personas en todas partes, medida a menos de 1,25 d¨®lares al d¨ªa". Pero, ?es esta premisa v¨¢lida? Muchos cient¨ªficos y expertos responden que no del todo. Robert Shiller, premio Nobel de Econom¨ªa, dice categ¨®ricamente: ¡°El problema principal al que nos enfrentamos ahora, hoy, es el aumento de la desigualdad". En palabras de The Economist: ¡°La creciente desigualdad es uno de los m¨¢s grandes desaf¨ªos sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos de nuestro tiempo". Otras voces afirman lo mismo. Sin embargo, los ODS mantienen la posici¨®n de que la mayor lucha que se debe librar es contra la pobreza.
Aunque los ODS mencionan la desigualdad, lo hacen de manera muy superficial. Su meta quiere lograr un crecimiento de ingresos ¡°m¨¢s alto para el 40% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n que el promedio nacional". Para hablar realmente de la desigualdad, la meta deber¨ªa cubrir todo el espectro de ingresos, no s¨®lo del 40% m¨¢s bajo en la escala socioecon¨®mica. Es perfectamente posible que el ingreso de los m¨¢s necesitados crezca m¨¢s r¨¢pido que el promedio nacional, y que la desigualdad siga aumentando por la erosi¨®n de la clase media. En resumen, el enfoque en la pobreza extrema es una negaci¨®n de la realidad de la desigualdad extrema en el mundo de hoy. Una agenda centrada en la desigualdad extrema tambi¨¦n resolver¨ªa la pobreza extrema.
Global pero no universal
A menudo, se afirma que los ODS son una agenda universal; y que ya no es un programa paternalista establecido por los pa¨ªses del Norte para los pa¨ªses del Sur. Pero fijar unas metas globales es insuficiente para establecer una agenda verdaderamente universal. Tomemos la nutrici¨®n como ejemplo. Una agenda que es verdaderamente universal no s¨®lo se ocupar¨ªa de la desnutrici¨®n, sino tambi¨¦n del sobrepeso y de la obesidad ¨Cuna amenaza creciente para la salud p¨²blica en todo el mundo. Sin embargo, los ODS no mencionan estos problemas. Ser¨ªa ingenuo pensar que esto se debe a un descuido inocente. Los pa¨ªses ricos no est¨¢n (a¨²n) preparados para comprometerse con una agenda universal de verdad. Para ellos es m¨¢s conveniente centrarse en la pobreza extrema, el hambre, la mortalidad infantil y materna. En otras palabras, la actitud condescendiente del Norte vis-a-vis del Sur todav¨ªa no pertenece al pasado.
No cuantificable
El ¨¦xito de los ODM se puede atribuir a sus tres ¡°ces¡±: claros, concisos y cuantificables. Una agenda global no puede ser concisa y completa al mismo tiempo. Con el fin de mantener las metas mensurables, estas deben tener un cierto grado de objetividad; lo cual no es el caso para la mayor¨ªa de los ODS. Datos s¨®lidos son nuestra ¨²ltima defensa contra una pol¨ªtica que se basa ¨²nicamente (o principalmente) en ideolog¨ªa. El economista franc¨¦s Thomas Piketty termina su libro (de gran espesor) Le Capital au XXIe si¨¨cle con la frase ¡°Le refus de compter fait rarement le jeu des plus pauvres¡±. Rehusar de cuantificar casi nunca sirve el inter¨¦s de los m¨¢s pobres.
Jan Vandemoortele es doctor en Econom¨ªa y es considerado padre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
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