El futuro de Oriente Pr¨®ximo
En los combates contra el Estado Isl¨¢mico el apoyo de Ir¨¢n ese esencial para Estados Unidos
El proceso ser¨¢ ruidoso y desagradable, pero el Congreso de EE UU acabar¨¢ aprobando el acuerdo con Ir¨¢n. Pero esa es la parte f¨¢cil. ?Y la dif¨ªcil?: comprender lo que ocurra a continuaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo.
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Ir¨¢n se atendr¨¢ a las cl¨¢usulas del acuerdo, por lo menos al principio. Tiene demasiados incentivos para no hacerlo. Se calcula que las sanciones le han constado al pa¨ªs casi el 20% de su PIB desde 2010. Una vez recortadas esas sanciones, se cree que Teher¨¢n introducir¨¢ cada d¨ªa 600.000 barriles de petr¨®leo m¨¢s en los mercados mundiales al llegar la pr¨®xima primavera. Y la cifra ascender¨¢ hasta el mill¨®n de barriles diarios a finales de 2016. Eso supone una ingente inyecci¨®n de dinero en una regi¨®n ya de por s¨ª voluble.
Un Ir¨¢n econ¨®micamente revitalizado alterar¨¢ el equilibrio de poder en Oriente Pr¨®ximo. Cabe esperar que Ir¨¢n destine sus reci¨¦n estrenados recursos a proteger a Bachar el Asad y apoyar a Hezbol¨¢. Despu¨¦s de todo, Teher¨¢n lleva a?os haciendo ambas cosas, incluso con sanciones. Arabia Saud¨ª, rival tradicional de Ir¨¢n, gastar¨¢ m¨¢s de sus propios fondos petrol¨ªferos en contrarrestar el incremento de la influencia iran¨ª. Ante la nueva amenaza regional, Riad se ver¨¢ obligada a defender sus propios planes geopol¨ªticos, exacerbando la incertidumbre en Oriente Pr¨®ximo.
Otros pa¨ªses del Golfo se bandear¨¢n entre los dos pesos pesados regionales, tomando posiciones para aprovecharse al m¨¢ximo de la reapertura econ¨®mica iran¨ª. Los Emiratos ?rabes Unidos (EAU) podr¨ªan beneficiarse especialmente del retorno de Ir¨¢n a la econom¨ªa mundial. En Dubai hay empresas que llevan tiempo haciendo negocios con Teher¨¢n y que ser¨¢n las mejor situadas para responder a la creciente demanda de bienes y servicios de los iran¨ªes. Tambi¨¦n ayuda que en los EAU haya una nutrida di¨¢spora iran¨ª. En situaci¨®n similar se encuentra Turqu¨ªa, que tambi¨¦n intentar¨¢ capitalizar la vuelta de Ir¨¢n al tablero.
El apoyo de Teher¨¢n a combatientes y terroristas deber¨ªa preocupar a EE UU. Pero en una regi¨®n tan ca¨®tica y violenta como Oriente Pr¨®ximo, es hora de que Washington elija por fin sus prioridades. Adem¨¢s de apoyar a El Asad y Hezbol¨¢, Ir¨¢n continuar¨¢ tambi¨¦n financiando a las milicias chi¨ªes que en la actualidad combaten al Estado Isl¨¢mico (EI). En numerosas ocasiones, Washington ha dicho que derrotar a ese grupo es un objetivo prioritario en la regi¨®n. El presente acuerdo pondr¨¢ a prueba esa decisi¨®n. Mientras los estadounidenses se nieguen a enviar tropas a luchar en otro conflicto de duraci¨®n indefinida en la zona, Washington tendr¨¢ que aprovechar lo que tiene. Y lo que tiene es Ir¨¢n.
Washington ha dicho que derrotar a ese grupo es un objetivo prioritario en la regi¨®n
En la actualidad, los objetivos de Washington y Teher¨¢n confluyen en la oposici¨®n al EI, pero a corto plazo no podemos apostar por una verdadera distensi¨®n entre EE UU e Ir¨¢n. Evidentemente, este jugar¨¢ en los m¨¢rgenes del acuerdo nuclear: ya ha revelado sus intenciones al ponerse intransigente ante las inspecciones. Y los m¨¢rgenes son precisamente el lugar en el que Washington no quiere estar. En ¨²ltima instancia, no es probable que las dem¨¢s potencias que aprobaron el acuerdo se muestren partidarias de una posici¨®n ¡°dura¡±. En concreto, a Rusia y China les preocupan mucho menos las ambiciones nucleares de Teher¨¢n que los beneficios comerciales y energ¨¦ticos que un revitalizado Ir¨¢n puede reportarles. EE UU deber reconocer las realidades geopol¨ªticas y sortearlas lo mejor posible.
Est¨¢ claro que, econ¨®micamente, a Ir¨¢n le interesa respetar el acuerdo, pero eso no significa que Teher¨¢n vaya autom¨¢ticamente a jugar limpio. En 2009 su programa nuclear fue objeto de ciberataques. Esas agresiones lograron ralentizar el avance del programa, pero tambi¨¦n convencieron a Ir¨¢n de que deb¨ªa invertir en sus propias capacidades cibern¨¦ticas. Desde entonces, Ir¨¢n ha hecho importantes avances y parece que sus hackers se han introducido en los sistemas de grandes compa?¨ªas a¨¦reas, energ¨¦ticas y de defensa de m¨¢s de una docena de pa¨ªses. Aunque sus capacidades no est¨¦n todav¨ªa al nivel de las de China o Rusia, est¨¢n mejorando sin cesar. Si hay algo que tiene que dar que pensar a Washington respecto a Ir¨¢n es eso.
Sin embargo, las agresiones de Ir¨¢n en el frente cibern¨¦tico no tienen nada que ver con el acuerdo nuclear que, visto objetivamente desde el punto de vista geopol¨ªtico, es bueno para EE UU, para las potencias que lo respaldan y para Ir¨¢n. El tiempo dir¨¢ si tambi¨¦n es bueno para el resto de Oriente Pr¨®ximo.
Ian Bremmer es presidente del Eurasia Group @ianbremmer
Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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