Vida y Marcos
Entr¨® en prisi¨®n con 19 a?os y sali¨® con 41. Nunca hab¨ªa estado con una mujer Pronto descubri¨® que el amor era la mejor forma de gastar la libertad
Entr¨® con 19 a?os en la c¨¢rcel y sali¨® con 41, pero en prisi¨®n, ocupado durante dos d¨¦cadas en dar el ¨²ltimo abrazo a decenas de compa?eros condenados a muerte y en esperar ¨¦l mismo la suya, el poeta Marcos Ana no repar¨® en lo que el r¨¦gimen franquista le hab¨ªa arrebatado. Fue al verse en la calle, siguiendo como un adolescente a mujeres con las que no se atrev¨ªa a articular palabra, cuando se dio cuenta de que hab¨ªa perdido toda su juventud.
Era, como las 13 Rosas, miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas, y hab¨ªa sido condenado a muerte por ¡°adhesi¨®n a la rebeli¨®n¡±. Le acusaban de tres asesinatos en Alcal¨¢ de Henares que no cometi¨® y por los que ya hab¨ªan sido fusilados otros presos. En noviembre de 1961 un decreto franquista le permiti¨® salir de prisi¨®n.
Despu¨¦s de haber pasado casi 23 a?os recluido en una celda se mareaba ante el inabarcable espect¨¢culo de la libertad: sus ojos, desconcertados por la luz y la distancia, sufr¨ªan en los espacios abiertos; los besos de parejas de enamorados en cualquier esquina y las curvas bajo las faldas que se perd¨ªan al entrar en un portal o en una boca del metro le llenaban de inseguridad y complejos. Nunca hab¨ªa estado con una mujer.
Un conocido de la infancia busc¨® una soluci¨®n r¨¢pida y le llev¨® una noche a un cabar¨¦. ¡°Yo quer¨ªa ir, pero al mismo tiempo me daba much¨ªsima verg¨¹enza. Cuando vi c¨®mo llamaba a una chica, le met¨ªa 500 pesetas en el bolsillo y le dec¨ªa: ¡®Para que pases la noche con mi amigo¡¯, dese¨¦ que me tragara la tierra¡±, recuerda. ¡°Se llamaba Isabel y era morena, de ojos grandes, hermos¨ªsima...¡±.
Marcos temblaba de miedo y ella no entend¨ªa la resistencia de aquel hombre de 41 a?os a irse al hotel. ?l explic¨® al fin su situaci¨®n. Isabel se apiad¨®? y dieron un largo rodeo hasta la habitaci¨®n. Cenaron, pasearon y finalmente, durmieron juntos. Cuando, a la ma?ana siguiente, Marcos regres¨® a casa y descubri¨® en su bolsillo el billete arrugado y una nota ¡ª¡°Para que vuelvas hoy¡±¡ª devor¨® las calles del camino de vuelta. Pero un poco antes de llegar al hotel se dio cuenta de que si ese d¨ªa pagaba arruinar¨ªa para siempre el recuerdo de la noche anterior. ¡°Entr¨¦ en una florister¨ªa y ped¨ª 500 pesetas en flores. Se las mand¨¦ con una tarjeta que dec¨ªa: ¡®Para Isabel, mi primer amor¡±. No se volvieron a ver.
Cuando Pedro Almod¨®var supo de este episodio se le apareci¨® una pel¨ªcula y se hizo con los derechos de la biograf¨ªa de Marcos, Decidme c¨®mo es un ¨¢rbol. La ¨²ltima vez que le preguntaron por el proyecto, record¨® su prop¨®sito de llevar al cine ¡°la vida de un hombre bueno¡±.
Su primer amor fue una prostituta. Despu¨¦s conoci¨® a Vida. ¡°Pens¨¦:?¡®Para esto estoy yo en el mundo¡±
Despu¨¦s de Isabel, las mujeres le dieron miedo a Marcos todav¨ªa alg¨²n tiempo. Sus amigos no ayudaban. ¡°Les hablaba de mi inseguridad y ellos me respond¨ªan con bravuconer¨ªas, cont¨¢ndome sus haza?as en la cama. Me hac¨ªan sentir peor a¨²n¡±. Fue Elsa, una traductora a la que conoci¨® en Suecia meses despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel, quien le ense?¨® a dejar de temblar.
Despu¨¦s, en Par¨ªs, tropez¨® con Vida Sender, hija de unos anarquistas aragoneses, y se convenci¨® de que el amor era la mejor forma de gastar la libertad. ¡°Me impresion¨® mucho que se llamara as¨ª y lo bell¨ªsima que era. Pens¨¦: ¡®Para esto he salido yo de prisi¨®n, para esto estoy yo en el mundo¡±.
Se enamoraron r¨¢pido y tuvieron un hijo, Marquitos. Vida estaba divorciada y era madre de dos ni?os de 7 y 5 a?os, as¨ª que se convirtieron en familia numerosa. Marcos apenas hab¨ªa ara?ado entonces la libertad: solo dos veranos frente a los 23 duros inviernos que hab¨ªa pasado en prisi¨®n. ¡°Era como un toro¡±, recuerda. Hasta que un d¨ªa Vida le sent¨® y le dijo: ¡°No quiero ser una segunda c¨¢rcel para ti¡±.
¡°Como no hab¨ªa conocido a ninguna mujer hasta que sali¨® de la c¨¢rcel, las miraba a todas. Le dije que le entend¨ªa perfectamente, pero que era mejor separarnos¡±, explica ella en casa de Marcos, con quien ha conservado la amistad y vive algunas temporadas.
¡°Ella volvi¨® a darme la libertad¡±, recuerda ¨¦l. ¡°Pero ha pasado el tiempo y volvemos a estar juntos. Nunca dejamos de ser amigos¡±. Ahora les gusta bajar a la terraza de un bar y ver pasar a la gente mientras Marcos, que ha cumplido los 95 a?os, juega a imaginar qu¨¦ problemas tiene el hombre del traje y la corbata, en qu¨¦ va pensando la mujer que lleva a un ni?o de la mano...
¡°Me he enamorado muchas veces porque no soy un fr¨ªvolo. Mi vida en eso ha sido hermosa porque estaba llena de ingenuidad¡±, explica Marcos. Veintitr¨¦s a?os escribiendo poemas en una celda apoy¨¢ndose en el rev¨¦s del plato de la comida le incapacitaron para imitar las costumbres de muchos hombres de su generaci¨®n. ¡°El machismo¡±, dice, ¡°es lo que mata el amor¡±.
Hoy abraza a Vida con cari?o y admiraci¨®n. ¡°Ella me dio lo que m¨¢s deseaba en este mundo. Mi mayor anhelo cuando estaba en prisi¨®n era ser padre. Cuando ve¨ªa a mis compa?eros presos con sus ni?os los d¨ªas de visita en la c¨¢rcel se me ca¨ªan las l¨¢grimas pensando que yo nunca iba a tener eso. Mi hijo ha sido, sin ninguna duda, el amor de mi vida¡±.
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