Un Egipto m¨¢s autoritario
La ley antiterrorista puede ser utilizada para barrer cualquier tipo de oposici¨®n y libertad de expresi¨®n
El r¨¦gimen egipcio ha dado un nuevo y preocupante paso en su deriva autoritaria con la aprobaci¨®n de una ley antiterrorista que blinda legalmente a las fuerzas de seguridad, crea tribunales especiales e impone severos l¨ªmites a la libertad de prensa. Una legislaci¨®n que, con la excusa de perseguir la amenaza terrorista del fundamentalismo isl¨¢mico que ya act¨²a en el pa¨ªs, puede servir para barrer cualquier tipo de oposici¨®n y libertad de expresi¨®n. Baste como ejemplo que la informaci¨®n relativa a actividades del Ej¨¦rcito puede ser sancionada hasta con 22.000 euros de multa. La cr¨ªtica de las organizaciones defensoras de los derechos humanos a la ley impulsada por Abdelfat¨¢ al Sisi est¨¢ plenamente justificada.
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El balance de dos a?os de gobierno del militar golpista convertido en presidente, tras unas pol¨¦micas elecciones, ciertamente queda cada vez m¨¢s lejos de las aspiraciones con las que decenas de miles de egipcios forzaron en 2011 la salida de Hosni Mubarak tras 40 a?os de dictadura. Adem¨¢s, el establecimiento de una legislaci¨®n draconiana se ha demostrado absolutamente ineficaz para frenar el verdadero desaf¨ªo al que se enfrenta cualquier egipcio: el terrorismo. Desde el golpe de Estado de 2013 contra el ¨²nico presidente elegido democr¨¢ticamente en la historia del pa¨ªs, Mohamed Morsi, la actividad terrorista se ha multiplicado, experimentando un incremento sin precedentes del 60% en el ¨²ltimo medio a?o. Por si fuera poco, en grandes porciones de la estrat¨¦gica pen¨ªnsula del Sina¨ª la presencia del Estado egipcio es inexistente, y la zona se ha convertido en feudo de organizaciones como Al Qaeda.
Al Sisi deber¨ªa entender que la leg¨ªtima lucha de Egipto contra el terrorismo no puede enmascarar una persecuci¨®n sistem¨¢tica de toda oposici¨®n a un r¨¦gimen envenenado desde el comienzo, y cuyas sucesivas medidas antidemocr¨¢ticas no hacen sino ratificar falta de legitimidad.
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