El hurac¨¢n y la ciudad rota
Diez a?os despu¨¦s del Katrina, Nueva Orleans presenta la misma divisi¨®n que el d¨ªa en que lleg¨® el desastre
Aunque nadie se atreva a decirlo, Nueva Orleans ya era una ciudad rota antes del Katrina. Lo era por dos costuras, la que desun¨ªa a la poblaci¨®n blanca de la poblaci¨®n afroamericana, y la que separaba la zona de los turistas de los barrios m¨¢s desfavorecidos. La llegada del hurac¨¢n no hizo m¨¢s que estirar una realidad siempre al borde de rasgarse.
Fueron esos parches cosidos durante a?os de mala gesti¨®n, desigualdad social y enfrentamientos raciales los culpables de que, una vez pasada la tormenta, muchos afroamericanos culparan al Gobierno de haber volado los diques. Aunque nunca hubo prueba de ello, la leyenda se mantuvo estancada en la mente de los ciudadanos del mismo modo que las aguas fecales siguieron sin ser evacuadas de los barrios pobres hasta meses despu¨¦s al desastre. La zona tur¨ªstica nunca lleg¨® a mojarse.
A¨²n a d¨ªa de hoy quedan en Nueva Orleans casas cerradas, edificios que lucen en sus fachadas los s¨ªmbolos que pintaban los servicios de emergencia cada vez que realizaban una inspecci¨®n: una cruz si no hab¨ªa muertos; un n¨²mero si hab¨ªan encontrado a alguien dentro. En total la tormenta se llev¨® la vida de m¨¢s de 1.800 personas. La mayor¨ªa de los cad¨¢veres flotaron durante cinco d¨ªas hasta que el presidente George W. Bush orden¨® al Ej¨¦rcito intervenir. A los que nos toc¨® vivirlo siempre nos sorprendi¨® la falta de rapidez del Gobierno, la negativa de Cruz Roja a intervenir ¡ªaleg¨® que no se trataba de un desastre natural¡ª y la presencia en la zona de organizaciones como la Iglesia de la Cienciolog¨ªa, quien durante d¨ªas fue la ¨²nica en ofrecer vacunas y en pinchar a todos una dosis antimalaria.
Diez a?os despu¨¦s del Katrina, Nueva Orleans sigue siendo una ciudad rota. Por una parte falta poblaci¨®n porque muchos de los que se fueron encontraron en su nuevo destino la oportunidad de tener un trabajo estable, algo que siempre se les hab¨ªa negado en su ciudad. A los que decidieron volver les recibi¨® una ola de violencia tan extrema que durante a?os la ciudad fue rebautizada como el Irak del Misisipi. Hoy el ¨ªndice de asesinatos ha bajado y algunos barrios se han recompuesto, pero Nueva Orleans sigue siendo igual que el d¨ªa antes de que todo cambiara.
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