El ser humano ha cambiado de sitio 13.000 especies de plantas
El primer mapa mundial de flora ex¨®tica muestra que Europa y Am¨¦rica del Norte son las zonas con mayor n¨²mero de vegetales al¨®ctonos
A pesar de sus ra¨ªces, las plantas tambi¨¦n emigran. El primer mapa mundial de especies ex¨®ticas muestra que m¨¢s de 13.000 variedades vegetales han emigrado a otras zonas de las que no son originales (al¨®ctonas). Las zonas con mayor presencia de flora de fuera son Am¨¦rica del Norte y Europa. Pero este viaje es de ida y vuelta: ambos continentes son tambi¨¦n de los mayores exportadores. Aunque no todas las al¨®ctonas son invasoras, el mapa ofrece una imagen global de los peligros para la flora aut¨®ctona.
Los bot¨¢nicos son personas de orden, les gusta catalogar y clasificar. Una de sus normas preferidas es la llamada regla de los tres 10, planteada por el bi¨®logo brit¨¢nico Mark Williamson: el 10% de las plantas importadas, ya sea de forma accidental o intencionada, acaba en un ecosistema diferente del original. La d¨¦cima parte de ellas se establece y prospera. Por ¨²ltimo, el 10% de estas ¨²ltimas degeneran en plantas invasoras, alterando el nuevo medio y desplazando a las variedades aut¨®ctonas. A pesar de su elegancia, la regla no se hab¨ªa comprobado a escala mundial.
Para hacerlo, una cuarentena de cient¨ªficos ha dado el primer paso y ha creado un mapa mundial de las especies al¨®ctonas, aquellas que est¨¢n donde no deber¨ªan estar. El trabajo, publicado en Nature, deja fuera las introducidas intencionadamente por su inter¨¦s agr¨ªcola o comercial. Se centra en aquellas que han proliferado en ecosistemas diferentes del suyo hasta naturalizarse y formar parte del paisaje.
Europa y Asia son los mayores exportadores de plantas ex¨®ticas
Con datos de 481 ¨¢reas continentales y 362 islas, que abarcan el 83% de la tierra de este planeta, los investigadores han encontrado 13.168 especies que han medrado al menos en otra zona diferente de la originaria. Eso significa que el 3,9% de toda la flora vascular ha colonizado otros territorios. Y la abrumadora mayor¨ªa ha sido por la acci¨®n humana. Los seres humanos, por medio la colonizaci¨®n, del comercio, sus viajes, sus rutas mar¨ªtimas o carreteras y caminos, han roto las barreras biol¨®gicas que restring¨ªan a las plantas a su nicho original.
Entre los europeos, y en particular los espa?oles, existe la creencia de que Europa est¨¢ invadida por especies de Am¨¦rica del Sur, ?frica o Asia. Esto puede ser cierto para algunas variedades introducidas en la agricultura europea, como la patata, el tomate, el ma¨ªz o el tabaco. Pero la realidad es m¨¢s compleja y diferente. La zona con mayor n¨²mero de al¨®ctonas naturalizadas es Am¨¦rica del Norte, en particular Estados Unidos, con casi 6.000 especies. La segunda es el continente europeo, con unas 4.100. Pero aqu¨ª, lo que m¨¢s ha habido es un trasiego de especies dentro de las fronteras europeas y menos aportaci¨®n extraeuropea.
"El hecho de que tanto Am¨¦rica del Norte como Europa tengan tantas especies naturalizadas tiene mucho que ver con que ambos continentes son los mayores actores del comercio global. El movimiento de personas y cosas probablemente haya aumentado la introducci¨®n intencionada o accidental de especies desde una parte del mundo a otra", dice el bi¨®logo de la Universidad de Constanza (Alemania) y principal autor del estudio,?Mark van Kleunen. Pero enseguida a?ade un dato que complica el mapa: "Estos continentes han importado muchas especies, pero tambi¨¦n han exportado otras muchas de sus propias especies".
En efecto, su mapa mundial de plantas al¨®ctonas muestra que Europa es el mayor donante de especies, seguida de cerca por la Asia templada (China, Jap¨®n...). En tercer lugar vuelve a aparecer Am¨¦rica del Norte. Charles Darwin, no sin un punto de etnocentrismo de cient¨ªfico del Imperio brit¨¢nico del siglo XIX, sosten¨ªa que las especies del hemisferio norte hab¨ªan tenido una historia evolutiva mas dura y competitiva, haci¨¦ndolas m¨¢s fuertes y capaces de adaptarse a otros medios. Eso explicar¨ªa, seg¨²n ¨¦l, su ¨¦xito invasor frente a las plantas del sur. En realidad, este estudio muestra que el principal destino de la flora norte?a no es el hemisferio sur, sino las ¨¢reas del norte. El naturalista ingl¨¦s olvidaba tambi¨¦n el peso del colonialismo europeo, en este caso, colonialismo vegetal.
Darwin se equivocaba, los tr¨®picos no han sufrido la invasi¨®n de la flora del norte
"Creo que los tr¨®picos son, en t¨¦rminos relativos, peque?os importadores y exportadores porque las regiones templadas del hemisferio norte son grandes importadores y exportadores. Como dec¨ªa antes, estas ¨²ltimas han sido los mayores actores de comercio mundial y, como no, los europeos colonizaron muchas partes del mundo, llevando consigo muchas de las plantas que les eran familiares", explica van Kleunen.
Si se observa el mapa, lo primero que llama la atenci¨®n es el rojo, donde se acumulan muchas plantas al¨®ctonas. Destacan zonas de EEUU, como California o Florida, Jap¨®n, Nueva Zelanda o Inglaterra. La ¨²ltima puede revelar el gran peso que tuvo el colonialismo brit¨¢nico de la ¨¦poca del imperio. La colonizaci¨®n debi¨® ser significativa tambi¨¦n en Nueva Zelanda, donde se produjo una intensa llegada de colonos brit¨¢nicos. En el caso de California y Florida, donde abundan especies de origen espa?ol, como la Hypericum canariense, adem¨¢s del colonialismo, ambas zonas acogen bien especies de climas templados como de latitudes m¨¢s tropicales. Para Jap¨®n, van Kleunen, aporta su car¨¢cter de isla, el intercambio intenso con China, su rol en el comercio mundial o la intensa urbanizaci¨®n que habr¨ªa destruido los entornos originales, favoreciendo la llegada de las al¨®ctonas.
Espa?a es Europa, as¨ª que sigue el patr¨®n del continente. Los ¨²ltimos datos sobre la flora ib¨¦rica y canaria estiman que en sus suelos hay 7.071 especies de plantas. El 12% son al¨®ctonas, pero los porcentajes var¨ªan mucho: del 20,7% de Canarias al 10% de la pen¨ªnsula o el 9,7% en Baleares.
"La importancia de este mapa reside en que es la primera vez que se cubre el planeta entero", comenta el investigador del CSIC en el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico y uno de los 41 cient¨ªficos que han participado en su elaboraci¨®n, Francisco Cabezas. Aunque no es una sorpresa para ¨¦l, el segundo dato m¨¢s revelador es el principal agente causal de este mapa: "el factor humano ha moldeado el panorama de las plantas en la naturaleza", dice.
La aportaci¨®n de Cabezas al estudio no se ha centrado en la situaci¨®n espa?ola, de la que ya hab¨ªa suficiente informaci¨®n, sino hacer una imagen de la flora africana, en particular la de Guinea Ecuatorial, en la que lleva trabajando varios a?os dentro del proyecto del mismo nombre. La importancia de esta peque?a zona de ?frica es, adem¨¢s de su propia condici¨®n, que se trata de un microcosmos donde estudiar toda la flora del Golfo de Guinea y el centro de ?frica.
"Los ecosistemas tropicales no tienen tanta disponibilidad de nichos como los del hemisferio norte. El engranaje est¨¢ tan bien desarrollado que es muy dif¨ªcil que llegue una especie de fuera y encuentre su hueco", explica Cabezas. Eso confirma la menor aportaci¨®n de los tr¨®picos al intercambio de plantas. Sin embargo, la peque?a excolonia espa?ola tambi¨¦n sirve para mostrar los riesgos de la acci¨®n humana. Como dice este investigador, "el desarrollo brutal de infraestructuras como las carreteras est¨¢n creando espacios, huecos, para las especies al¨®ctonas".
Habr¨¢ quien piense que un 3,9% de especies ex¨®ticas no es para preocuparse. Que de las casi 340.000 variedades de plantas vasculares que hay en el planeta solo 13.168 hayan emigrado empujadas por el hombre, es una nimiedad. Pero eso son los valores absolutos. Hay territorios como Nueva Zelanda donde hay tantas especies locales como de fuera. Adem¨¢s, como dice el ec¨®logo de la Universidad de California Davis, Marcel Rejm¨¢nek, no relacionado con el estudio, la globalizaci¨®n, el cambio clim¨¢tico o el incremento del movimiento de personas y mercanc¨ªas har¨¢n que "inevitablemente este n¨²mero crezca y, a menos que se tomen medidas dr¨¢sticas, no hay motivos para esperar un tope al n¨²mero total de especies naturalizadas en el futuro".
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