La sociedad, contra la mafia
El Gobierno de Guatemala ha sido derribado por un movimiento c¨ªvico harto de corrupci¨®n
I mpresionantes mansiones en la selva, ind¨ªgenas con cadenas de oro y diamantes, bodas espectaculares amenizadas por famosos grupos musicales mexicanos; terratenientes que fueron forzados a vender sus haciendas a sus enriquecidos caporales; campesinos defendiendo cultivos de amapola; tesoros arqueol¨®gicos atrapados en zonas dominadas por criminales, ej¨¦rcitos privados que juntos superan al poder del Estado, cientos de aeropistas clandestinas y la segunda mayor flota de aviones privados de Latinoam¨¦rica: son solo algunas de las muchas historias de la transformaci¨®n provocada por el crimen organizado en Guatemala en menos de 20 a?os.
El Gobierno guatemalteco acaba de ser pr¨¢cticamente derrumbado por un movimiento c¨ªvico que tom¨® las calles para asegurar se cumplieran las resoluciones del Ministerio P¨²blico y la Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Este momento puede definirse como una batalla entre poderes mafiosos y la sociedad civil guatemalteca. En un escenario como este la pregunta m¨¢s importante es si lo que est¨¢ ocurriendo son las se?ales del desenlace de un conflicto o, por el contrario, son solo el anuncio de una crisis mayor.
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En Guatemala en medio siglo han desaparecido 59 partidos, entre ellos la Democracia Cristiana, el Partido Revolucionario y el Movimiento Nacional de Liberaci¨®n, que surgieron en los a?os cincuenta. El fin de estas fuerzas dio paso a una fragmentaci¨®n cr¨®nica del sistema. Hay ahora 28 partidos, la mayor¨ªa coaliciones temporales alrededor de un caudillo. En los ¨²ltimos 30 a?os ning¨²n partido ha gobernado dos veces y siempre hay tantos partidos nuevos como candidatos aparecen. La fragmentaci¨®n ocurri¨® por abandono y autodestrucci¨®n. No ha habido una polarizaci¨®n pol¨ªtica ideol¨®gica que derivara en competencia y fiscalizaci¨®n mutua.
Guatemala es el pa¨ªs de m¨¢s baja recaudaci¨®n fiscal de Latinoam¨¦rica y posee un empresariado que se ha resistido ferozmente a cualquier reforma tributaria, lo cual ha generado un Estado estructuralmente d¨¦bil. Esto y la inexistencia de un sistema pol¨ªtico de competencia ha favorecido el crecimiento exponencial de la corrupci¨®n y del crimen. Conforme a una investigaci¨®n de la CICIG, las campa?as se han financiado con un 50% de apoyo de los empresarios, un 25% de contratistas corruptos que aspiran a lograr obras del Gobierno y un 25% de caudillos locales que pertenecen al crimen organizado: los poderes econ¨®micos formales y los poderes corrupto-criminales se dividen el pa¨ªs en partes iguales.
Al inicio de su Gobierno el presidente P¨¦rez Molina propuso la legalizaci¨®n de la producci¨®n, el comercio y el consumo de las drogas, dejando de lado la mano dura contra el crimen que ofreci¨® en campa?a. Es dif¨ªcil creer que el general cambi¨® tras una reflexi¨®n intelectual. A diferencia de lo que hizo Uruguay con la marihuana en un contexto de Estado y ciudadan¨ªa fuertes, la posici¨®n de P¨¦rez respondi¨® a un acomodo pragm¨¢tico ante el poder econ¨®mico, pol¨ªtico y territorial que el crimen organizado tiene en su pa¨ªs. La propuesta de legalizar fue para establecer el dejar hacer, dejar pasar.
Una posici¨®n pragm¨¢tica frente al crimen lleva inevitablemente a una severa trastocaci¨®n de los valores que hacen posible un Estado de derecho. Si se es pragm¨¢tico con los criminales, al final ser¨¢ lo mismo con respecto a la corrupci¨®n propia. La conducta mafiosa del presidente y sus allegados parte de creencias como ¡°as¨ª es en todas partes¡±. Cuando no se combaten las conductas criminales hacia abajo, terminan progresando hacia arriba. Por ello hay ahora una Guatemala mafiosa que abarca al crimen organizado, al sector corrupto de la clase pol¨ªtica y a parte del empresariado.
La situaci¨®n que ahora vive Guatemala puede compararse con la de Colombia cuando el narcotr¨¢fico penetr¨® o coopt¨® instituciones del Estado, compr¨® a gran parte de la clase pol¨ªtica y lleg¨® a tener tantos recursos como los grandes capitales del pa¨ªs. Cuando las ¨¦lites reaccionaron, las redes criminales y de corrupci¨®n hab¨ªan crecido tanto que la lucha por desalojarlas deriv¨® en una sangrienta confrontaci¨®n armada. Toda actividad econ¨®mica genera nuevas clases sociales: una econom¨ªa corrupta y criminal genera desde nuevos ricos hasta proletarios. Guatemala vive un momento similar de ruptura con las estructuras sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas mafiosas que crecieron al no combatirlas. Es dif¨ªcil saber si lo que viene ser¨¢ violento o pac¨ªfico; lo que est¨¢ claro es que apenas comienza y que no ser¨¢ f¨¢cil.
Joaqu¨ªn Villalobos fue guerrillero salvadore?o. Es consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales.
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