Qu¨¦ puede hacer Europa con la crisis del asilo
El sistema de acogida y protecci¨®n de refugiados necesita una gobernanza com¨²n
El derecho internacional exige a los Estados atender a quien se encuentre en su territorio huyendo de un riesgo grave de persecuci¨®n o violencia. El Reglamento de Dubl¨ªn de 2013 y su desarrollo posterior establece los procedimientos con los que los Estados miembros de la Uni¨®n Europea deben atender el principio de territorialidad del derecho de asilo, dentro del espacio de libre circulaci¨®n que es la Uni¨®n Europea. El reglamento determina que sea un ¨²nico Estado de la UE el que examine cada solicitud de asilo. Salvo circunstancias especiales relacionadas con el derecho a vivir en familia y el inter¨¦s superior de los menores, el pa¨ªs por el que haya accedido al territorio de la Uni¨®n el solicitante de asilo ¡ªo el Estado que le haya concedido un visado de entrada¡ª tiene la obligaci¨®n de procesar la solicitud y conceder o no el estatuto de refugiado u otro grado de protecci¨®n que se har¨¢ efectiva en este Estado miembro.
Esto debe hacerse con procedimientos, criterios y est¨¢ndares de acogida comunes, definidos en las tres directivas que a esos efectos se aprobaron. La Comisi¨®n Europea pone a disposici¨®n de los Estados distintos instrumentos t¨¦cnicos y financieros para mejorar los sistemas nacionales de los pa¨ªses con menor capacidad, con el objetivo de que todos los Estados de la Uni¨®n puedan garantizar el cumplimiento de sus obligaciones internacionales de forma equitativa y asegurar un nivel de acogida acorde con los principios que nuestros textos fundamentales defienden.
Este llamado Sistema Com¨²n de Asilo no establece un marco europeo de protecci¨®n de los refugiados, sino un acuerdo interno sobre qu¨¦ Estado debe examinar una solicitud de asilo y con qu¨¦ criterios, y c¨®mo ¨¦ste debe garantizar la protecci¨®n en su territorio cuando la solicitud se resuelva positivamente. Es decir, reconduce al ¨¢mbito nacional y acota a un solo Estado predeterminado la respuesta europea a la obligaci¨®n internacional de protecci¨®n y asilo.
Los dirigentes nacionales son cogobernantes de la Uni¨®n y han querido retener amplias competencias
Esto ha sido as¨ª por voluntad de los propios Estados. Hoy se ha convertido en un lugar com¨²n hablar de la crisis que vivimos como un problema europeo y no nacional, lo que no tiene mucho sentido, menos a¨²n si lo hacen dirigentes nacionales que son a su vez cogobernantes de la propia Uni¨®n y que han querido retener amplias competencias en esta materia. La dimensi¨®n supranacional de un problema no excluye a los Estados y sus dirigentes; al contrario, los incluye. Es esta la propia naturaleza de la Uni¨®n.
Sin vulnerar el reparto de competencias, podr¨ªa irse m¨¢s lejos en la construcci¨®n de la pol¨ªtica com¨²n de asilo prevista en el T¨ªtulo V del Tratado de Funcionamiento de la Uni¨®n Europea, que regula el desarrollo del Espacio de Libertad, Justicia y Seguridad. La situaci¨®n actual est¨¢ deteriorando tanto nuestro deber de protecci¨®n de las v¨ªctimas como a la propia Uni¨®n, inmersa en un debate cuyos elementos factuales distan mucho de los hechos que pretende abordar, y entregada ante los ojos del mundo entero a los reproches mutuos de sus responsables pol¨ªticos. Reproches para los que se usa demasiado a menudo un vocabulario que naturaliza los discursos ultranacionacionalistas y la xenofobia. Esta vez s¨ª: o avanzamos hacia m¨¢s Europa o retrocedemos en ¨¢mbitos que son nucleares en el sistema, con consecuencias que pueden ser muy gravosas.
Avanzar hacia m¨¢s Europa implica romper tab¨²es de otras ¨¦pocas y atreverse a establecer un verdadero sistema europeo de asilo con una gobernanza com¨²n. Este sistema podr¨ªa desacoplar el proceso de revisi¨®n de las solicitudes de asilo, que se har¨ªa seg¨²n los criterios y procedimientos comunes ya acordados, del acceso efectivo a uno u otro (sub) sistema de protecci¨®n nacional. El lugar donde este derecho de protecci¨®n ya otorgado se har¨ªa efectivo podr¨ªa determinarse despu¨¦s, a?adiendo a los actuales criterios otros que tuviesen en cuenta la corresponsabilidad entre los distintos Estados. Un tal sistema no recargar¨ªa a los pa¨ªses de frontera, que ya tienen hoy la obligaci¨®n de interceptar las llegadas irregulares a su territorio y procesar las solicitudes de asilo. En cambio, podr¨ªa eliminar incentivos al incumplimiento de las normas por parte de los Estados, y alentar a los reci¨¦n llegados a presentar inmediatamente su solicitud, permitiendo una mejor gesti¨®n de los flujos y evitando los movimientos secundarios, de tremendas consecuencias para ellos, especialmente los m¨¢s vulnerables, y para todos nosotros. Los medios de apoyo t¨¦cnico y financieros deber¨ªan incrementarse y adaptarse a este sistema com¨²n.
Fuera de nuestras fronteras debemos hacer con urgencia dos cosas necesarias: apoyar el esfuerzo de acogida de los pa¨ªses y comunidades lindantes con las zonas de conflicto, y establecer salvoconductos que eviten que aquellos a quienes concedemos refugio deban cruzar irregularmente nuestras fronteras. La frontera entre los asuntos de Interior y los Asuntos Exteriores se diluye a gran velocidad. La acci¨®n exterior europea es parte fundamental de una pol¨ªtica europea de asilo.
O avanzamos hacia m¨¢s Europa o retrocedemos con consecuencias que pueden ser muy gravosas
La Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), cuya misi¨®n es la ayuda a los Estados Miembros en la aplicaci¨®n pr¨¢ctica del sistema europeo de asilo, deber¨ªa garantizar que las peticiones se resuelven seg¨²n los criterios y est¨¢ndares previstos, y que las decisiones se implementan correctamente en el lugar determinado. Las agencias internacionales, ACNUR y la OIM deber¨ªan prestar su conocimiento y capacidades. La OIM deber¨ªa ayudar a resolver la situaci¨®n de aquellas personas que no son susceptibles de protecci¨®n en el territorio de la Uni¨®n y deben abandonarlo. Tanto para ello como para la agencia europea Frontex debe haber recursos adicionales. Adem¨¢s de los Estados y sus distintos niveles de gobierno, y de las agencias europeas e internacionales, una respuesta europea a esta situaci¨®n cr¨ªtica exige asociar de manera fuerte a nuestros municipios, y acudir a los ciudadanos y a sus organizaciones. La Uni¨®n deber¨¢ poder apoyarles directamente cuando ello sea necesario.
La pieza angular del actual sistema com¨²n de asilo, el reglamento de Dubl¨ªn, y con ¨¦l todo el resto, estaba malherido ya antes de esta crisis. Su pr¨¢ctica muerte la ha certificado la decisi¨®n alemana de dejar de aplicarlo para el examen de las solicitudes de los ciudadanos sirios. Esto no significa que debamos partir de cero en la gesti¨®n europea del asilo. Elementos tales como el intercambio de informaci¨®n, la inteligencia y la cooperaci¨®n en determinados sectores han mejorado, y tenemos hoy una mayor y mejor red europea sobre la que basarnos. Debemos cambiar lo que no funciona y usar la experiencia acumulada durante 25 a?os para crear un verdadero espacio europeo de protecci¨®n y refugio, con un sistema de gobernanza com¨²n que nos permita asumir nuestras responsabilidades y nos refuerce tanto internamente como en el escenario internacional. Dif¨ªcil y costoso, s¨ª, pero mucho menos que no hacerlo.
Anna Terr¨®n Cus¨ª fue secretaria de Estado de Inmigraci¨®n y es presidenta de InStrategies.
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