Una vieja sed

En Magical Girl, la pel¨ªcula de Carlos Vermut, se aborda de forma circunspecta una suerte de filosof¨ªa nacional, la del equilibrio entre la raz¨®n y la emoci¨®n que define Espa?a. Lo hace Oliver Zoco / Miquel Insua en un mon¨®logo que afecta a las corridas de toros. Seg¨²n ¨¦l, ¨¦ste es un pa¨ªs en eterno conflicto porque no sabe si adherirse a los pa¨ªses cerebrales del norte o a asumir su lado emocional sin complejo ni culpa, como los latinos. Prueba de ello, dice este personaje viscoso, son las corridas de toros. Para ¨¦l son ¡°la representaci¨®n de la lucha entre el instinto y la t¨¦cnica, entre la emoci¨®n y la raz¨®n¡±.

Es una reflexi¨®n interesante. En Espa?a se matan toros y para ello hay una escenograf¨ªa que se remonta tiempo atr¨¢s y que genera debates en todos los campos, hasta cient¨ªficos. Desde un bando, el de los antis, se trata de denunciar el enmascaramiento barroco que se produce en el maltrato a un animal: ense?an el lado pasional, que aboca a la violencia, la sangre y la muerte. Un aficionado a los toros esgrime la t¨¦cnica: considera que hay un aspecto cerebral que conlleva la muerte del animal no por crueldad sino como consecuencia del arte llevado hasta el final; la espada, la estocada. De ese movimiento, precisamente, depende de la categor¨ªa de la faena.

El mon¨®logo de Miguel Insua se produce delante de una mujer cosida de arriba abajo por la violencia: es B¨¢rbara, el personaje que interpreta B¨¢rbara Lennie. Como de todos los protagonistas de la obra, de B¨¢rbara asoma la punta de un iceberg que podr¨ªa acabar con cualquier hombre, al final y al cabo ella est¨¢ hundida. Magical Girl es una pel¨ªcula de tensiones y es bueno que Vermut haya dicho esas cosas de Espa?a, que son cosas definitivamente orteguianas.

La peculiaridad de un festejo como el del Toro de la Vega no es que haya desaparecido la tensi¨®n entre el instinto y la t¨¦cnica, entre raz¨®n y emoci¨®n: hay un desfondamiento que exhibe s¨®lo la persecuci¨®n y alanceo del animal. Ni siquiera los participantes se escudan en artes y equilibrios: se da muerte al toro porque se hizo siempre de esa manera, y quien quiera hacer propaganda de su rito est¨¢ contribuyendo a su extinci¨®n. ?sa fue la excusa para amedrentar ayer en Tordesillas a los periodistas, como si aquel pedazo de territorio pudiera sobrevivir, cual tribu, con un secreto compartido que consistiese en saciar una antigua sed que los dem¨¢s no entienden.

Progreso en Espa?a, efectivamente, es no entenderlo.