La belleza de las Humanidades

Septiembre siempre ha sido sin¨®nimo de vuelta a la rutina, a la monoton¨ªa de las clases o bien al estr¨¦s del trabajo. As¨ª, comienza un nuevo curso, en mi caso un a?o especial por ser el ¨²ltimo del colegio. Y es en este a?o donde, por primera vez, se estudia Historia de la Filosof¨ªa, y se lee a Plat¨®n, Arist¨®teles, Nietzsche, etc¨¦tera. Se encuentran en ellos las respuestas a las preguntas que todo hombre se ha formulado m¨¢s de una vez: por qu¨¦ realizar el bien, qu¨¦ es la belleza, de d¨®nde procedemos, etc¨¦tera. Es algo gratificante, e incluso necesario para el correcto desarrollo del hombre, el enfrentarse a estas cuestiones. Y sin embargo, a partir del pr¨®ximo a?o, la filosof¨ªa desaparece de 2? de bachillerato, y se entierra en el oscuro ba¨²l donde fueron desterradas sus hermanas m¨²sica, pintura, literatura, historia, ret¨®rica, etc¨¦tera. La familia humanidades que despierta en el hombre los sue?os, la virtud, la b¨²squeda de belleza, vencida por la alienaci¨®n que ofrecen las ciencias t¨¦cnicas cuando son despojadas de ella. Siempre me dijeron que ¨¦ste ser¨ªa el siglo de las m¨¢quinas. Tristemente, as¨ª ser¨¢: no porque el hombre las construya, sino porque se habr¨¢ convertido en una de ellas.¡ª Pedro Arg¨¹ello Mur.

?