Sierra Leona no levanta cabeza
El ¨¦bola reaparece en Sierra Leona y cuando se pensaba que las cosas no pod¨ªan ir a peor fuertes inundaciones en la capital arrasan barrios enteros y causan v¨ªctimas mortales. Pero de la desgracia siempre sale algo positivo.
V¨ªctimas de las inundaciones en el Estadio Nacional. Foto UNICEF Sierra Leona / Kassaye
Desde jueves 17 de septiembre el gobierno de Sierra Leona ofrece una recompensa de 5 millones de leones (1.160 euros) por cualquier informaci¨®n que llevase a la detenci¨®n de Kadiatu Sinneh Kamara, una mujer infectada de ¨¦bola. El Centro Nacional de Respuesta al ?bola (NERC, por sus siglas en ingl¨¦s) la considera un caso muy serio y peligroso. Desde finales de agosto la mujer se encuentra huida y escondida.
La se?ora Kamara es sobrina de una mujer de 68 a?os que el pasado 28 de agosto mor¨ªa de esta enfermedad en la aldea de Sella Kafta, en el chiefdom de Tonko Limba, en el norte de Sierra Leona. Esta muerte tuvo lugar justo cuatro d¨ªas despu¨¦s de la salida del hospital de la que se consideraba la ¨²ltima paciente con ¨¦bola del pa¨ªs, lo que dio lugar a una esperanzadora cuenta atr¨¢s de 42 d¨ªas tras los cuales se proclamar¨ªa al pa¨ªs libre de la enfermedad si ning¨²n nuevo caso aparec¨ªa. No fue as¨ª, y m¨¢s de 900 personas tuvieron que ser puestas en cuarentena en la aldea.
Aquel 24 de agosto, el presidente del pa¨ªs, Ernest Bai Koroma, presidi¨® una ceremonia para celebrar la salida de Adama Sankoh, la ¨²ltima paciente de ¨¦bola del hospital, y las im¨¢genes de doctores y personal sanitario bailando para celebrar el acontecimiento dieron la vuelta al mundo.
La confirmaci¨®n de ese nuevo caso supuso un jarro de agua fr¨ªa en el cansado pa¨ªs cuyos ciudadanos est¨¢n hartos de restricciones y del par¨®n que ha significado la enfermedad para sus econom¨ªas; especialmente cuando la mayor¨ªa de las medidas impuestas por el Presidente Koroma para contener la epidemia hab¨ªan sido levantadas y la vida empezaba a volver, poco a poco, a la normalidad.
La situaci¨®n sigue empeorando. El pasado domingo 13 de septiembre, una joven de 16 a?os mor¨ªa en la aldea de Robureh, a las afueras de Makeni, la capital de la provincia del norte. Una zona que no hab¨ªa registrado ninguna muerte por esta enfermedad en los ¨²ltimos seis meses. Este caso ha obligado a poner bajo 21 d¨ªas de cuarentena a otras 700 personas de la zona: familiares directos, vecinos y compa?eros de clase de la joven.
Este nuevo caso y sus consecuencias elevan a unas 1.600 las personas que en este momento se encuentran en cuarentena en el pa¨ªs para evitar que la enfermedad se siga propagando.
Seg¨²n cifras oficiales, desde diciembre de 2013, cuando se declar¨® la epidemia, el ¨¦bola ha matado m¨¢s de 11.000 personas de las 28.000 infectadas en los tres pa¨ªses m¨¢s perjudicados por la misma: Guinea, Sierra Leona y Liberia. Sin embargo, algunos expertos reconocen que el n¨²mero de v¨ªctimas podr¨ªa ser mayor debido a las deficiencias de la supervisi¨®n, especialmente durante los primeros meses de la enfermedad.
Mientras que el ¨¦bola permanece como una losa sobre la poblaci¨®n amenazando con hacerse end¨¦mico en la zona, y cuando parec¨ªan que las cosas no pod¨ªan ir peor en este peque?o pa¨ªs de ?frica occidental, el 16 de septiembre las fuertes lluvias que llevaban dos d¨ªas cayendo sobre la capital, Freetown, provocaron fuertes inundaciones que arrasaban barrios enteros y causaban la muerte de al menos cuatro personas y her¨ªan a decenas. Incluso el principal hospital de la ciudad, Connaught Hospital, se ve¨ªa afectado y parte de sus instalaciones, incluidos los quir¨®fanos, resultaban inutilizables.
Se prev¨¦ que las lluvias se prolonguen por seis d¨ªas m¨¢s, por lo que el presidente del pa¨ªs ha declarado el estado de emergencia y el estadio nacional (Saka Stevens Stadium) ha sido habilitado para acoger a todas las personas que han perdido sus hogares debido a esta cat¨¢strofe. Triste recuerdo de los a?os de la guerra cuando la misma estructura acogi¨® a cientos de desplazados. Seg¨²n UNICEF Sierra Leona, el 17 de septiembre, 3.800 personas estaban registradas y instaladas en ¨¦l. Tambi¨¦n se pidi¨® al resto de la poblaci¨®n que permaneciera dentro de sus casas, aunque parece que los ciudadanos no est¨¢n siguiendo esta ¨²ltima indicaci¨®n.
El siguiente v¨ªdeo da idea de la magnitud de estas inundaciones.
En los ¨²ltimos a?os las inundaciones han ido en aumento en Freetown debido principalmente a la construcci¨®n sin control sobre pendientes y rampas o en las orillas de r¨ªos y arroyos lo que impiden la libre circulaci¨®n del agua cuando llega la estaci¨®n de lluvias, el pobre alcantarillado de la capital y a la fuerte deforestaci¨®n a la que est¨¢ sometida la ciudad y sus alrededores. Siempre son la ¨¢reas m¨¢s pobres y carentes de servicios las que m¨¢s sufren con esta situaci¨®n, especialmente Kroo bay, Susan bay, Congo Cross, Dundas and Charles Street, entre otras. Pero en esta ocasi¨®n las inundaciones han llegado a zonas m¨¢s altas como Wilkinson Road o Kissy Road.
Cada a?o, ante la tragedia, las autoridades prometen hacer algo para solventar la situaci¨®n, pero una vez que llega la estaci¨®n seca se olvidan de sus promesas.
La historia positiva de estas inundaciones es que los sierraleoneses se han organizado para ayudar a las v¨ªctimas de esta cat¨¢strofe. Organizaciones locales est¨¢n repartiendo alimentos y agua a los damnificados y varios supermercados de Freetown est¨¢n donando ropa y comida. Entre otras iniciativas destaca la del 50/50 Group of Sierra Leone, un grupo que defiende y hace campa?a a favor de una mayor participaci¨®n pol¨ªtica y la igualdad de representaci¨®n de las mujeres en todos los procesos de toma de decisiones a todos los niveles en Sierra Leona, que est¨¢ recogiendo fondos a trav¨¦s de una p¨¢gina especializada para ayudar a estas personas.
Ante la desgracia, como es la epidemia del ¨¦bola o el caso de las inundaciones, se pone de manifiesto, una vez m¨¢s, que los africanos est¨¢n tomando la iniciativa a la hora de resolver las cat¨¢strofes que les asolan y que no todo tiene que venir de fuera.
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