?No al Toro de la Vega, s¨ª a la lidia?
Algunos lectores ven incoherente que EL PA?S pida la prohibici¨®n de la fiesta de Tordesillas cuando dedica amplio espacio a informar de las corridas de toros
La suerte de Rompesuelas, muerto alanceado en Tordesillas durante la fiesta del Toro de la Vega, ha sido tema de debate acalorado en la calle, en los plat¨®s de televisi¨®n y en las p¨¢ginas de este diario que en v¨ªsperas de su celebraci¨®n public¨® un editorial dur¨ªsimo contra ella. Bajo el t¨ªtulo elocuente de?Paren el Toro de la Vega, y con un sumario que era todo un llamamiento,-Hay que poner fin a un espect¨¢culo que se ha convertido en el s¨ªmbolo de una brutalidad repugnante-, el art¨ªculo abogaba por superar, ¡°comportamientos como el de acosar a un animal hasta matarlo a lanzadas, como se pretende con el Toro de la Vega, un acto de inhumanidad que coloca a esta fiesta fuera de los valores de una sociedad avanzada.¡± El texto se pronunciaba tambi¨¦n en contra de los correbous, y "otros festejos de ese porte", pero no mencionaba expresamente los encierros, que al estilo de los famosos?sanfermines se celebran en multitud de pueblos de Espa?a, ni las corridas de toros.
El editorial obtuvo 30.000 reproducciones en Facebook, y ha planteado tambi¨¦n a varios lectores dudas sobre la coherencia de la posici¨®n de EL PA?S en el tema de los toros. David Carrascosa, un lector de Madrid, me escribi¨® un largo mensaje en el que, adem¨¢s de dejar claro que no le gusta la fiesta de Tordesillas, se muestra decepcionado por el tratamiento que hace el editorial de un tema, en su opini¨®n mucho m¨¢s complejo. El grueso de las cartas que he recibido incide, sin embargo, en otra cuesti¨®n, ?Por qu¨¦ se censura la fiesta del Toro de la Vega, y se informa en las p¨¢ginas del diario de las diferentes corridas que se celebran en Espa?a y Am¨¦rica?
Daniel Zamora Morcillo lo expresa as¨ª en su mensaje:
¡°Como cada a?o vuelve el Toro de la Vega y con ¨¦l, la pol¨¦mica. Aunque creo que este a?o ha sido mayor el revuelo, incluso EL PA?S le dedic¨® un editorial en el que se abogaba por prohibirlo. Pero en esta pol¨¦mica hay un gran elefante en la habitaci¨®n ?Qu¨¦ pasa con el toreo? ?Hay alguna diferencia entre el Toro de la Vega y una corrida de toros? Me pregunto, ?lancear un toro en el campo est¨¢ mal mientras que un picador lancee a un toro en Las Ventas al ritmo de un pasodoble est¨¢ bien? No veo mucha diferencia entre la suerte de varas y el Toro de la Vega. ?Es que el toreo es arte!, dir¨¢n algunos. ?Qu¨¦ es arte? ?Qui¨¦n decide qu¨¦ es arte? ?Por el arte se puede hacer sufrir a los animales? Y ahora un par de preguntas directas a EL PA?S. Si EL PA?S est¨¢ en contra del Toro de La Vega, ?est¨¢ en contra del toreo? En caso de no estarlo, creo que ser¨ªa ¨²til un editorial en el que se explicara por qu¨¦ una cosas s¨ª y otra no. ?Un toro sufre menos en Las Ventas que en Tordesillas?¡±
Otro lector, Alberto Ruiz, subraya, -¡°como presumiblemente habr¨¢n hecho otros lectores¡±, dice-, ¡°la incoherencia en que incurre el diario al dedicar este duro editorial sobre el Toro de la Vega y sin embargo mantener la cobertura de la ¡®fiesta¡¯ taurina, cuyo concepto no es en esencia diferente, y que sin embargo goza de la mayor de las coberturas en el diario, llegando en muchas ocasiones a su portada. Seguramente el diario se defender¨¢ aludiendo a los valores culturales y tradicionales de esa ¡®fiesta¡¯, argumentos que curiosamente desmonta en el editorial.¡±
He pedido a Jos¨¦ Manuel Calvo, subdirector al frente de la secci¨®n de Opini¨®n, que responda a estos lectores.
"Las cosas cambian y los tiempos cambian. Y las decisiones editoriales tambi¨¦n est¨¢n abiertas a cambios"
¡°El elefante, como dice el lector, existe, y tiene cuernos, no colmillos. La respuesta ha sido dada en varias ocasiones, y no hace falta ser aficionado (o detractor) de las corridas de toros para entender que existe una l¨®gica que diferencia al Toro de la Vega con las corridas de toros¡±, escribe Calvo en el mensaje que me ha enviado. ¡°Como acaba de se?alar el cr¨ªtico taurino de este diario, Antonio Lorca, el objetivo de una fiesta que EL PA?S ha abogado por prohibir es la muerte del animal; el objetivo de las corridas de toros es ¨Cpara los que las aprecien¡ªalgo que tiene que ver con la pelea entre un hombre y un animal, que tiene que ver con la tauromaquia, con sus reglas, sus limitaciones, su historia¡ No existe, recuerda Lorca, ning¨²n aficionado a los toros que experimente placer con la suerte que sufre el animal¡±.
Calvo a?ade: ¡°Nadie decide qu¨¦ es arte, es cierto; es tan dif¨ªcil como saber qu¨¦ hacer con la progresiva extensi¨®n en Espa?a de los sacrificios de corderos siguiendo la tradici¨®n que exige la agon¨ªa del animal, de acuerdo con ritos confesionales. El debate abierto es el de revisar qu¨¦ tradiciones ¨Cqu¨¦ formas de patrimonio¡ªson compatibles o incompatibles con los valores actuales¡±.
¡°Mientras llevamos a cabo esta discusi¨®n, hay que subrayar de nuevo que es distinto el maltrato por diversi¨®n de un animal que las expresiones, realidades y dimensiones de la lidia. Insisto, se puede ser detractor de las corridas de toros, abogar por su prohibici¨®n o confiar en su extinci¨®n, y apreciar esa diferencia. Y todo ello, sujeto a debate, porque las cosas cambian y los tiempos cambian. Y las decisiones editoriales tambi¨¦n est¨¢n abiertas a cambios¡±.
Un cambio es lo que me pide otro lector, Jos¨¦ Mar¨ªa Campos Troiti?o, que iniciaba su humor¨ªstico mensaje con esta frase: ¡°Estimada se?ora Defensora, ?Una secci¨®n llamada la Lidia en la secci¨®n de Cultura de EL PA?S?¡±
As¨ª es. Eva S¨¢iz, subdirectora del diario, explica por qu¨¦:
¡°Desde su fundaci¨®n, EL PA?S se decant¨® por publicar cr¨®nicas taurinas por entender que la tauromaquia forma parte de historia y la tradici¨®n cultural espa?ola. En las p¨¢ginas del diario muchos intelectuales han escrito sobre los toros y las corridas. Se trata de un espect¨¢culo que no est¨¢ prohibido en la generalidad del territorio espa?ol y de Am¨¦rica Latina y que suscita el inter¨¦s p¨²blico. Por ello el peri¨®dico informa sobre las principales ferias, siguiendo la estela de Joaqu¨ªn Vidal, uno de los mejores cronistas taurinos de cuyo talento pudieron disfrutar durante a?os los lectores del peri¨®dico, del mismo modo que tambi¨¦n recoge las protestas de los movimientos sociales contrarios a las corridas¡±.
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