Karachi, terreno peligroso para informar

La capital econ¨®mica y comercial de Pakist¨¢n siempre ha sido una ciudad dura. Sus 20 millones de habitantes conviven con infraestructuras insuficientes, mafias pol¨ªticas, traficantes de drogas y redes yihadistas. Desde mi primera visita, los colegas locales me advirtieron de que hab¨ªa barrios enteros en los que la polic¨ªa no osaba adentrarse. Tal vez exageraran, pero yo les cre¨ª porque no eran ni?atos sino profesionales acostumbrados a convivir con la violencia. Adem¨¢s, en uno de sus callejones oscuros acababan de degollar al periodista estadounidense Daniel Pearl. Pero lo sucedido desde principios de mes ha sido inusual incluso para los est¨¢ndares de Karachi.

Varios reporteros han sido asesinados en lo que parecen ataques selectivos. En un caso, dos hombres armados dispararon desde una moto al periodista Aftab Alam. La v¨ªspera, una agresi¨®n contra una camioneta de trasmisiones de la popular Geo TV caus¨® la muerte de Arshad Ali Jaffery, t¨¦cnico de conexiones por sat¨¦lite, y dej¨® herido de bala a su conductor. Se da la circunstancia de que Alam hab¨ªa trabajado para la misma cadena hasta que caus¨® baja hace a?o y medio por motivos de salud.

Al menos en el primer ataque, los agentes est¨¢n convencidos de que no se trat¨® de un acto de delincuencia com¨²n, sino que estaba dirigido contra el canal de televisi¨®n, uno de los principales grupos medi¨¢ticos del pa¨ªs. No es la primera vez que ¨¦ste es objeto de un atentado. Su presentador estrella, Hamid Mir, sobrevivi¨® a un intento de asesinato el a?o pasado. Tres a?os antes, otro de sus reporteros, Wali Khan Babar, fue asesinado a tiros tras realizar un reportaje sobre la guerra entre bandas criminales en la ciudad.

Las asociaciones de la prensa han denunciado enseguida la falta de la seguridad de Karachi y pedido a las autoridades que act¨²en para proteger a los trabajadores de los medios de comunicaci¨®n. La Federaci¨®n Internacional de Periodistas sit¨²a a Pakist¨¢n entre los pa¨ªses m¨¢s peligrosos para los informadores. Al menos nueve profesionales han muerto asesinados en los dos ¨²ltimos a?os.