Darwinismo

En las ¨²ltimas semanas, la empresa Amazon se ha convertido en el paradigma de la sociedad del rendimiento. Algunos empleados de esta empresa han enviado cartas a los peri¨®dicos para denunciar las condiciones en las que trabajan. Dicen, por ejemplo, que trabajan entre 80 y 85 horas a la semana. Esta cantidad, dividida entre cinco d¨ªas, nos da unas jornadas de 16 horas. O dicho de otro modo: el horario de salida de un trabajador que ha empezado a las siete de la ma?ana son las once de la noche.

Pero estas cartas, que en otro pa¨ªs menos entregado a la productividad hubieran causado un esc¨¢ndalo, en Estados Unidos han motivado que otros empleados de Amazon salgan en defensa de su compa?¨ªa, que, por otra parte, les ofrece un paquete de beneficios sumamente atractivo. Si no est¨¢s c¨®modo, ?por qu¨¦ no te buscas otro empleo?, ser¨ªa el mensaje de esos empleados que no se sienten explotados trabajando de siete a once, sino que entienden que en la sociedad del rendimiento, de la productividad salvaje, el que m¨¢s y mejor resiste es quien va ascendiendo en la empresa, aunque esta promoci¨®n conlleve m¨¢s responsabilidad y mucho m¨¢s trabajo. Ese darwinismo laboral, donde solo triunfan los m¨¢s aptos, ha hecho de Estados Unidos la potencia econ¨®mica que es, y que seguir¨¢ siendo, pues, seg¨²n las estad¨ªsticas, cada d¨ªa se trabaja m¨¢s en aquel pa¨ªs: hace 20 a?os, un trabajador promedio descansaba 20 d¨ªas al a?o y hoy descansa 16.

La explotaci¨®n laboral que denuncian ciertos empleados de Amazon est¨¢ lejos de escandalizar a la sociedad estadounidense; al contrario, ese nivel alt¨ªsimo de rendimiento es el punto al que cualquier empresa productiva aspira a llegar. Pensar en nuestro mes de agosto desde esta perspectiva, en esas semanas ardientes en las que toda Espa?a cierra y se va a la playa, produce un ligero v¨¦rtigo.