Hay que reforzar Maastricht
Los propietarios de los bancos, y no los contribuyentes, deben asumir los desequilibrios
El drama de Grecia, el alto nivel de la deuda p¨²blica y el d¨¦bil crecimiento econ¨®mico en muchas partes de la zona del euro demuestran lo importante que es abordar de forma resuelta las reformas. Adem¨¢s, creo firmemente que se debe prestar m¨¢s atenci¨®n al principio de responsabilidad de la econom¨ªa de mercado, seg¨²n el cual quien toma decisiones debe asumir sus consecuencias. Solo as¨ª es posible estabilizar la uni¨®n monetaria de forma duradera.
En estos d¨ªas se oye con frecuencia la exigencia de una mayor solidaridad. Pero la solidaridad no es un remedio que sirve para compensar desequilibrios econ¨®micos y fiscales. La ayuda financiera permite ganar tiempo para implementar el necesario proceso de ajuste, pero no puede sustituirlo. Como reacci¨®n a la crisis se han creado nuevos procedimientos y estructuras, como el fondo de rescate ESM, la uni¨®n bancaria y el pacto fiscal, que permiten asegurar una mayor solidez y a su vez una mayor solidaridad. Pero a m¨¢s tardar cuando un Estado miembro, invocando sus derechos soberanos, hace caso omiso de acuerdos, la solidaridad llega a sus l¨ªmites. Es lo que ha demostrado la crisis de Grecia.
En la cooperaci¨®n entre Estados es inadmisible a la larga que cualquiera ¡°haga un pedido¡± y al final todos tengan que pagar
En la cooperaci¨®n entre Estados es inadmisible a la larga que cualquiera "haga un pedido" y al final todos tengan que pagar. Por eso, en la uni¨®n monetaria se debe lograr de forma sostenible una mayor consonancia entre la facultad de tomar decisiones y la responsabilidad por sus consecuencias. Para ello se plantean en principio dos opciones. La primera opci¨®n parte del marco jur¨ªdico existente (Maastricht plus) y desea fortalecer de nuevo el principio de responsabilidad de los Estados miembros y de los inversores financieros, permitiendo una responsabilidad conjunta solo dentro de estrechos l¨ªmites. La segunda opci¨®n ser¨ªa una uni¨®n pol¨ªtica, en la que una instancia europea central pudiera asumir el directamente el control de Estados miembros cuando sus pol¨ªticas econ¨®micas y financieras generen graves desequilibrios. Solo a cambio de la renuncia a la soberan¨ªa nacional, para la cual habr¨ªa que cambiar los tratados de la UE y muchas constituciones nacionales, ser¨ªa posible un debate sobre una mayor responsabilidad com¨²n y transferencias financieras.
Sin embargo, la pol¨ªtica teme tomar esta decisi¨®n fundamental, en favor de una u otra opci¨®n. Por el contrario, muchas de las propuestas se reducen a avanzar en la integraci¨®n evitando cambios en el tratado y sin aproximaci¨®n gradual a la uni¨®n pol¨ªtica. Una mayor integraci¨®n significa de este modo sobre todo m¨¢s responsabilidad com¨²n pero sin p¨¦rdida de soberan¨ªa, como podr¨ªa ser un seguro de desempleo comunitario o una garant¨ªa com¨²n de dep¨®sitos. Algo similar ocurre con la compensaci¨®n financiera directa entre Estados europeos. Pasos r¨¢pidos y cortos en esta direcci¨®n pueden conducir involuntariamente a una tierra de nadie, de responsabilidades poco claras. Las consecuencias ser¨ªan fatales: creciente p¨¦rdida de impulso en las reformas, una menor aceptaci¨®n de la uni¨®n monetaria por parte de la poblaci¨®n y presi¨®n permanente sobre el Eurosistema ¡ªposiblemente en perjuicio de la orientaci¨®n a la estabilidad en la uni¨®n monetaria¡ª. Tampoco me parecen suficientemente bien reflexionadas las recientes propuestas de creaci¨®n de un Ministerio de Finanzas europeo o de un Gobierno econ¨®mico europeo. Si al final eso equivaldr¨ªa a facilitar financiaci¨®n adicional a Estados miembros en crisis, se debilitar¨ªan las responsabilidades y se crear¨ªan incentivos equivocados. Ser¨ªa un error premiar una incorrecta pol¨ªtica econ¨®mica nacional con transferencias financieras europeas.
Mientras que no haya voluntad suficiente para dar un gran paso hacia la integraci¨®n, incluyendo las modificaciones legales necesarias, se debe reforzar el marco regulatorio del acuerdo de Maastricht y hacerlo menos vulnerable ante las crisis. Esto requiere tres cosas: un sistema financiero robusto, mecanismos efectivos de gesti¨®n de crisis y reglas fiscales eficaces. Es necesario reforzar el principio de responsabilidad propia tanto de los Estados miembros como de los inversores financieros.
Solo a cambio de la renuncia a la soberan¨ªa nacional ser¨ªa posible un debate sobre una mayor responsabilidad com¨²n y transferencias financieras
Para fortalecer el sistema financiero, los bancos deben mantener m¨¢s y mejores reservas de capital. Los propietarios y acreedores de los bancos, y no los contribuyentes, deben asumir la responsabilidad en caso de desequilibrios. Estos son los principales objetivos de las normas recientemente dispuestas para la reestructuraci¨®n y liquidaci¨®n de bancos. Tambi¨¦n es necesario romper la interdependencia entre Estados y bancos, reduciendo la preferencia regulatoria en favor de t¨ªtulos de deuda del Estado frente a pr¨¦stamos a empresas y a familias. De lo contrario existe el peligro que los sistemas bancarios nacionales, que se han henchido de deuda p¨²blica de su pa¨ªs, arrastren al precipicio a los Estados en caso de dificultades de pago.
Y para fortalecer el marco regulatorio tambi¨¦n hay que establecer reglas claras para el caso de una posible insolvencia de Estados. Adem¨¢s, los t¨ªtulos de deuda p¨²blica deben incluir una cl¨¢usula seg¨²n la cual el plazo de vencimiento se prorroga autom¨¢ticamente, por ejemplo por tres a?os, en caso de que haya un programa de rescate ESM. Esto posibilitar¨ªa una mejor discriminaci¨®n entre pa¨ªses con problemas de liquidez y pa¨ªses con problemas de solvencia. Los inversores financieros asumir¨ªan su responsabilidad y ya no podr¨ªan trasladar f¨¢cilmente a los contribuyentes las consecuencias de sus decisiones de inversi¨®n, lo cual reducir¨ªa dr¨¢sticamente el volumen requerido de cr¨¦ditos ESM.
Las reglas fiscales se deben implementar de forma m¨¢s simple, transparente y estricta. La aplicaci¨®n m¨¢s bien laxa de las reglas por parte de la Comisi¨®n Europea en pa¨ªses con excesivo d¨¦ficit presupuestario amenaza con socavar su credibilidad y efectividad. Con respecto al debate sobre el futuro papel de la Comisi¨®n Europea, muchos factores hablan en favor de una delegaci¨®n de sus funciones de vigilancia de presupuestos y verificaci¨®n de aplicaci¨®n de reglas a una instituci¨®n independiente. ?sta tendr¨ªa un mandato claro y no intervendr¨ªa en el proceso de negociaci¨®n pol¨ªtica en Europa. No obstante, solo el Consejo de Econom¨ªa y Finanzas deber¨ªa seguir extrayendo las conclusiones pol¨ªticas al respecto.
Existe el peligro de que los sistemas bancarios nacionales arrastren al precipicio a los Estados en caso de dificultades de pago
Se trata en ¨²ltima instancia tambi¨¦n de proteger a la pol¨ªtica monetaria. Actualmente muchos ven en la pol¨ªtica monetaria una instancia que acude a cubrir un hueco cuando los Gobiernos no act¨²an. Esto pone en peligro no solo una orientaci¨®n clara del Eurosistema a la estabilidad de precios, sino tambi¨¦n su independencia.
Jens Weidmann es presidente del Deutsche Bundesbank.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.