'Tesis' vs 'Historias del Kronen', ?cu¨¢l es mejor 20 a?os despu¨¦s?
Comparamos las dos pel¨ªculas espa?olas m¨¢s generacionales de los 90. El debut de Alejandro Amen¨¢bar y la visi¨®n ca?¨ª de la 'Generaci¨®n X'
"Muri¨® viendo una pel¨ªcula. Seguro que era espa?ola". Con esa frase arrancaba hace ahora 19 a?os (en 1996) el misterio de Tesis, el debut en la direcci¨®n de Alejandro Amen¨¢bar. Fue una pel¨ªcula de impacto, ya que inaugur¨® entre el p¨²blico joven esta corrosiva recomendaci¨®n: "Est¨¢ muy bien, no parece espa?ola". Tesis e Historias del Kronen (1995, Montxo Armend¨¢riz) devolvieron a los j¨®venes a las salas donde se proyectaba cine espa?ol. Cuando parec¨ªa que el drama hist¨®rico y la comedia sexual (heredera de los sainetes de las fiestas de pueblo) alienar¨ªan para siempre a esa generaci¨®n de espectadores (la primera que no conoci¨® la dictadura) estas dos pel¨ªculas apelaban directamente a ellos. Los chavales eran por fin personajes dignos de protagonizar pel¨ªculas.
Veinte a?os despu¨¦s (bueno, en el caso de Tesis, 19) volvemos a ver estas dos pel¨ªculas capitales del cine contempor¨¢neo espa?ol y sacamos conclusiones, algunas de ellas reveladoras.
La generaci¨®n sin rumbo: as¨ª ¨¦ramos
"?Por qu¨¦ te vas?", "Porque s¨ª", "?Por qu¨¦ no me miras?", "Porque no me apetece", "Pues vale". Este es uno de los desesperanzados di¨¢logos finales de Tesis. Ni Tesis ni Historias del Kronen intentaban encontrarle sentido al sinsentido de una generaci¨®n sin rumbo: simplemente la retrataban. Ni sus padres, ni los pol¨ªticos, ni la televisi¨®n les ten¨ªan en cuenta, excepto cuando se drogaban, beb¨ªan o mataban. Esa juventud no encontrar¨ªa su hueco medi¨¢tico hasta que Gran Hermano irrumpi¨® en la televisi¨®n. Por eso todos los j¨®venes hablaban de estas dos pel¨ªculas, por fin sus (nulas) preocupaciones estaban ambientadas en la Gran V¨ªa o en la Universidad Complutense, y no en Wisconsin. Y merec¨ªan ser contadas.
En Historias del Kronen los adolescentes de la ¨¦poca se vieron reflejados, o al menos lo deseaban, en esa vida excesiva y despreocupada. La pel¨ªcula irrumpi¨® como un drama de aventuras aspiracional. ?Qui¨¦n no quer¨ªa ser como Carlos (interpretado por Juan Diego Botto)? Hac¨ªa lo que le daba la gana, todo le sal¨ªa bien y todo el mundo le quer¨ªa. La pel¨ªcula se debate entre aleccionar sobre los peligros del desarraigo (la visi¨®n del director) y la propuesta de la novela (escrita por Jos¨¦ ?ngel Ma?as): simplemente captar un instante, un verano en el que los veintea?eros lo quieren todo y pueden conseguirlo. Ese es el peligro de la pel¨ªcula: quiere molar a toda costa, y cuando llega la lecci¨®n vital ya es tarde.
Tesis propon¨ªa personajes j¨®venes que comet¨ªan errores por pura inexperiencia. ?ngela (Ana Torrent) se ve atrapada en circunstancias extremas y su introversi¨®n la convierte en una investigadora torpe. El p¨²blico joven supo reconocer la dificultad de los personajes de Tesis para encajar en un mundo que no deja de decirles lo que tienen que hacer y c¨®mo tienen que hacerlo. Si despojamos la pel¨ªcula de su trama criminal, quedan personajes que simplemente se sienten mejor cuando est¨¢n solos. Una etapa esencial para llegar a la madurez.
Tesis segu¨ªa la investigaci¨®n de ?ngela (Ana Torrent), tras descubrir que hay una red de snuff movies (grabaciones reales de torturas, violaciones y asesinatos) en su propia universidad, la Complutense, en Madrid, en la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n. Sin poder confiar ni en Chema (Fele Mart¨ªnez) ni en Bosco (Eduardo Noriega), ambos representan facetas de su retorcida personalidad que ella intenta canalizar con el tema de sus tesis (la violencia audiovisual). Historias del Kronen es un drama costumbrista centrado en Carlos (Juan Diego Botto), una especie de Ulises de Joyce reencarnado en ni?o bien que ha descubierto que la vida sin escr¨²pulos es la vida mejor, y c¨®mo esta actitud afecta a sus amigos, quienes s¨ª tienen problemas (en la l¨ªnea de "tronco no tengo dinero ni para comprar costo"). El inter¨¦s de Roberto (Jordi Moll¨¤) por las snuff movies culminar¨¢ en un horror traum¨¢tico para todos.
Adem¨¢s del morbo del horror filmado, ambas pel¨ªculas osaban depositar sus esperanzas en impactantes campa?as promocionales. Un primer plano de Ana Torrent subtitulado "Me llamo ?ngela. Me van a matar" y la vertiginosa imagen de dos j¨®venes colgando de un puente en la M-30 atra¨ªan sugerentes a un espectador in¨¦dito. Despu¨¦s llegar¨ªan El d¨ªa de la bestia (1995, ?lex de la Iglesia), Airbag (1997, Juanma Bajo-Ulloa) y Torrente (1998, Santiago Segura), pero fueron Tesis e Historias del Kronen las primeras en romper prejuicios, retratando adem¨¢s una Espa?a hirviente y ef¨ªmera que merec¨ªa ser contada.
Espa?a va bien
Ambas pel¨ªculas dibujan la atracci¨®n por la violencia del espectador acomodado. Est¨¢ presente la insoportable cobertura medi¨¢tica con la que la cr¨®nica negra saciaba la curiosidad por conocer todos los detalles de los asesinatos de chicas adolescentes, a la hora de comer y a la hora de la cenar. La leyenda urbana de las snuff-movies s¨®lo era sostenible en tiempos de cintas de v¨ªdeo clandestinas, no en la era de Internet.
CU?L ES MEJOR
La puntuaci¨®n es sobre 10
- Capacidad para retratar a los j¨®venes de los noventa: Tesis: 6; Historias del Kronen: 8.
- Planteamiento de la trama: Tesis: 9; Historias del Kronen: 6.
- Labor del director: Tesis: 9; Historias del Kronen: 5.
- Credibilidad de los personajes: Tesis: 6; Historias del Kronen: 8.
- Efectividad dos d¨¦cadas despu¨¦s: Tesis: 8; Historias del Kronen: 5.
- Transmisi¨®n del mensaje. Tesis: 8; Historias del Kronen: 6.
Conclusi¨®n: Con una media de 7,6, a Tesis le han sentado mejor estas dos d¨¦cadas que a Historias del Kronen (6,3). No obstante, ver las dos es todo un experimento cultural y un espejo de aquella Espa?a aparentemente apacible.
La ausencia de tel¨¦fonos m¨®viles hac¨ªa que cualquier emergencia se resolviese mucho m¨¢s despacio, e incluso las cintas pornogr¨¢ficas pod¨ªan ser usadas como moneda de cambio para conseguir favores. La investigaci¨®n de ?ngela y Chema en Tesis no pod¨ªa tirar de Google, as¨ª que se basaba en unos recortes de distintos modelos de c¨¢maras de v¨ªdeo que Chema casualmente coleccionaba. El comprador de esa c¨¢mara asesina pod¨ªa ser descubierto si robabas un disquete con la informaci¨®n, y el terror de un eterno pasillo oscuro se resolv¨ªa alumbr¨¢ndose con cerillas.
En aquella Espa?a todos los coches eran rojos, negros o blancos. Los profesores de universidad fumaban en clase y las madres prefer¨ªan echar a la asistenta que admitir que su hijo le estaba robando para drogarse, porque eso era cosa de "los drogatas del parque". Como el abuelo de Carlos en Historias del Kronen, sab¨ªan que eran los ¨²ltimos supervivientes de una Espa?a que se preocupaba por la crisis de valores a la que ahora estamos tan acostumbrados y casi hemos abrazado como intr¨ªnseca a nuestra forma de vida. "Antes hab¨ªa fascistas y comunistas. Al menos sab¨ªas contra qui¨¦n luchabas", lamenta el viejo.
Mientras el Teatro Real de Madrid (donde los chavales del Kronen van a fumar porros) era remodelado, toda la sociedad se adaptaba al nuevo mundo. Cuando reabri¨® sus puertas en 1997, Madrid era otra pel¨ªcula, y cualquiera que se sorprendiera por ver a unos chinos en un restaurante (como el padre de Carlos, interpretado por Josep Mar¨ªa Pou) es porque se ha quedado atr¨¢s.
Un director imberbe y otro en su madurez
Alejandro Amen¨¢bar ten¨ªa 23 a?os cuando dirigi¨®, escribi¨® y compuso la m¨²sica de Tesis, con la insolencia y desparpajo de una generaci¨®n que no ten¨ªa intenci¨®n alguna de disculparse por su ambici¨®n. Sus personajes no dejan de repetir: "S¨®lo hay una forma de competir con el cine de Estados Unidos: hay que darle al p¨²blico lo que quiere" y "el cine es una industria". Una descarada declaraci¨®n de intenciones que alejaba su debut de la tradici¨®n cinematogr¨¢fica espa?ola (y europea) del cine como arte con compromiso social y el director como autor omnipotente.
Con estas sentencias, ¨¦l mismo se da permiso para resultar inveros¨ªmil, sembrar agujeros de gui¨®n en beneficio de sus propios trucos y empujar a ?ngela (Ana Torrent) a una equivocaci¨®n tras otra. Ni llama a la polic¨ªa, ni se queda en pasillos abarrotados de gente, prefiriendo huir hacia s¨®tanos abandonados en pos de la tensi¨®n cinematogr¨¢fica. Adem¨¢s, todo acaba en una casa de campo en medio de la nada, de noche y con lluvia. Recursos cl¨¢sicos de lo que en Espa?a tradicionalmente se llama "una americanada".
23 a?os y la misma osad¨ªa ten¨ªa Jos¨¦ ?ngel Ma?as cuando escribi¨® en s¨®lo 15 d¨ªas su novela Historias del Kronen y la envi¨® al Premio Nadal, donde fue finalista. Siguiendo buenos consejos, no firm¨® la autom¨¢tica cesi¨®n de los derechos para una posible adaptaci¨®n audiovisual, y tan s¨®lo un a?o m¨¢s tarde un director de 45 a?os ya en su madurez, Montxo Armend¨¢riz, estren¨® la pel¨ªcula. Co-escrita por Ma?as y Armend¨¢riz, el escritor la define como "un retrato de la Pamplona de los a?os 70, no el Madrid de los 90".
Grado de realismo
Tanto Historias del Kronen como Tesis retratan la primera generaci¨®n de espa?oles con libre acceso a la universidad, y ninguno lo aprovecha demasiado. Carlos (Juan Diego Botto en Historias del Kronen) lo ha tenido todo de cara en su vida y, por tanto, no valora el dinero ni el afecto de su familia y amigos. De haber nacido 10 a?os antes, ser¨ªa fan de Mecano y los Hombres G, y su idea de la violencia ser¨ªa retorcerse entre polvos pica-pica. Pero vive en los 90, d¨¦cada en la que las drogas dejaron de ser s¨®rdidas para adue?arse de la clase media-alta a trav¨¦s de la Ruta del Bakalao. La Generaci¨®n X americana se basaba en la apat¨ªa e incapacidad para tomar decisiones, pero la Generaci¨®n Kronen (que tambi¨¦n escuchaba a Nirvana y Sonic Youth) ni siquiera ten¨ªa que tomar decisiones.
En Tesis Chema (Fele Mart¨ªnez) encajar¨ªa en la Generaci¨®n X de Reality Bites (1994, Ben Stiller), mientras que Bosco (Eduardo Noriega) est¨¢ m¨¢s en la onda de los chicos del Kronen. De hecho Noriega es el otro chaval colgado del puente que ilustra el p¨®ster. El actor c¨¢ntabro est¨¢ en las dos. Tanto Carlos como Bosco son rebeldes por capricho, no por necesidad. Y ambos se aprovechan de todo el mundo con la seguridad de la estabilidad econ¨®mica familiar.
Mientras Historias del Kronen es testimonio de la jerga de la ¨¦poca ("mai", que ahora se dice "porro", "cerdas", que ahora se dice "mujeres" y "tronco", que ahora se sigue diciendo "tronco"), en Tesis todo el mundo habla con acento de Valladolid hasta cuando est¨¢n tortur¨¢ndole. Todav¨ªa no se han dado cuenta de que llevar la mochila colgada de un solo hombro es tremendamente inc¨®modo y los chicos no necesitan estar cachas para ser atractivos. Y son pel¨ªculas muy realistas porque la gente se besa con mucha lengua. ?ngela es el personaje menos radicalizado: demasiado mojigata para ser indie, demasiado perturbada para ser pija. Escucha m¨²sica cl¨¢sica, pero porque a¨²n no ha descubierto a Alanis Morissette.
D¨®nde estar¨ªan ahora esos personajes
Especulemos sobre el futuro de los personajes en el a?o actual, 2015. Los personajes de Tesis, ?ngela (Ana Torrent) y Chema (Fele Mart¨ªnez), son dos bichos raros, pero ella lo sabe disimular mejor. Tras salir espantada del mundo de la investigaci¨®n period¨ªstica, su futuro profesional est¨¢ destinado a realizadora o guionista de televisi¨®n. Carlos (Botto, en Historias del Kronen), por su parte, probablemente cambi¨® a Australian Blonde por El Canto del Loco, se engomin¨® y se col¨® en una multinacional en cuanto vio la ocasi¨®n. Ambos tienen hijos, viven en Alcobendas (norte de Madrid) y nunca hablan de los eventos retratados en sus respectivas pel¨ªculas excepto cuando tienen que justificar por qu¨¦ son incapaces de establecer v¨ªnculos afectivos con nadie. Es solo una teor¨ªa, claro.
20 a?os despu¨¦s
Lo ¨²nico que sigue vigente de Historias del Kronen es el peinado de la eterna presentadora del Telediario Ana Blanco cuando sale en la tele hablando sobre las ni?as de Alc¨¤sser. La pel¨ªcula es tan impetuosamente actual con su tiempo que dos a?os m¨¢s tarde ya estaba pasada de moda. El grunge muri¨® con Kurt y el anuncio del gusano meti¨¦ndose por la nariz traumatiz¨® a los siguientes drogadictos en potencia. Blur y Oasis eran lugares m¨¢s seguros y menos hostiles en los que refugiarse. Nieves Herrero agot¨® el inter¨¦s del p¨²blico por la Espa?a Negra.
Visualmente Historias del Kronen ya parec¨ªa una serie de televisi¨®n en 1995, as¨ª que actualmente resulta una especie de ensayo del cine sobre adolescentes, que gracias a la globalizaci¨®n ahora puede rodarse en Noruega e impactar a nivel universal.
Historias del Kronen en el fondo no va de nada, y tiene una nula sensibilidad dram¨¢tica. Tesis juega con la ventaja de que una investigaci¨®n criminal es una estructura s¨®lida. Es una ¨®pera prima y tiene todo el descaro de un reci¨¦n licenciado ansioso en el contenido y todos los vicios de un realizador inexperto en la forma. La c¨¢mara lenta y los planos de manual no emborronan recursos audaces como los de poner los gritos de la snuff-movie sin mostrarnos las im¨¢genes, creando un morbo que luego nos har¨¢ sentir culpables. Con el tiempo, Amen¨¢bar domestic¨® sus excesivos giros de gui¨®n (el malo parece bueno, pero luego parece malo, y al final es bueno, aunque en realidad es malo) y depur¨® una t¨¦cnica que, aunque tosca, sigue luciendo muy eficaz en Tesis.
La moraleja
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Los americanos lo llaman coming-of-age, pero en el cine espa?ol llevamos d¨¦cadas contando aquel verano en el que el protagonista alcanza su madurez (generalmente en la posguerra). Carlos, protagonista de Historias del Kronen, aprende que las drogas no son tan malas, ni el alcohol tampoco, pero el problema viene cuando los mezclas. Nosotros aprendemos que la sociedad te permite todo tipo de salvajadas durante los a?os universitarios, siempre y cuando te reinsertes a los 23.
Lo que nos llevamos de Tesis es la certeza de que alargar la estancia en la universidad s¨®lo puede traer problemas. ?ngela se pasa la pel¨ªcula diciendo lo contrario a lo que siente ("no estoy asustada", "Chema nunca matar¨ªa a nadie", "no me gusta la violencia"), para acabar con un tipo que efectivamente est¨¢ desequilibrado pero que al menos no mata gente. Es la cr¨®nica de la ¨²ltima generaci¨®n de conformistas.
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