Cr¨®nicas desde la tierra prometida
Cada inmigrante tiene dos historias: la verdadera y la otra, la que quedar¨¢ inscrita en el registro
Antes de la presente ola de refugiados de Oriente Pr¨®ximo hubo otras, aunque no llegaron a la dimensi¨®n actual. Hassan Blasim, director de cine, sali¨® de su Irak natal en 2000, cuando ten¨ªa 27 a?os. La censura de la dictadura de Sadam Husein no permit¨ªa la proyecci¨®n de sus pel¨ªculas sobre los kurdos y Blasim viaj¨® a Turqu¨ªa con la intenci¨®n de trasladarse clandestinamente a Europa. Hizo varios intentos de atravesar la frontera, pero la polic¨ªa siempre acababa devolvi¨¦ndolo a Turqu¨ªa, con palizas y torturas. Una vez los guardianes fronterizos griegos ordenaron a todo el grupo de emigrantes indocumentados quedarse sumergidos, durante media hora, en un r¨ªo helado; al soltarlos les pegaron con las culatas mientras gritaban: ¡°?Fuera! ?Aqu¨ª ten¨¦is una lecci¨®n para no volver nunca m¨¢s por aqu¨ª!¡±.
Pero el maltrato no lleg¨® a disuadir a Blasim. Cada vez que lograba cruzar una frontera, se quedaba un tiempo trabajando de camarero u obrero para pagar el siguiente paso fronterizo. Los cruzaba andando o en camiones de mercanc¨ªas. Solo al cabo de cuatro a?os logr¨® llegar a Finlandia, donde consigui¨® asilo pol¨ªtico y trabajo como cineasta y escritor. All¨ª ha fundado una familia.
Sus narraciones se leen como una fantasmag¨®rica cr¨®nica de alguien que ha sobrevivido por puro milagro. El cuento que abre su primera colecci¨®n ¨CBlasim ha publicado dos hasta el momento¨C, The Madman of Freedom Square (El loco de la plaza de la Libertad, que aparecer¨¢ en castellano el a?o que viene), empieza con una descripci¨®n de una cola ante un centro de refugiados. Cada inmigrante tiene dos historias, dice Blasim: la verdadera y la otra, la que quedar¨¢ inscrita en el registro. ¡°Los refugiados que acaban de llegar cuentan la segunda para obtener el asilo humanitario; las historias reales permanecen atesoradas en el coraz¨®n de cada inmigrante para ser sorbidas en secreto. Al final, ambas historias se funden¡±. En la obra de Blasim, el refugiado empieza a contar su historia al empleado de la inmigraci¨®n. Los cuentos contienen m¨¢s y m¨¢s historias que se despliegan ante el lector como los cuentos de Las mil y una noches. Al igual que Sheherazade, amenazada de muerte, el narrador de Blasim es consciente de que si su interlocutor no queda satisfecho con la narraci¨®n, le acecha la denegaci¨®n del asilo, que equivale a la muerte.
Los cuentos describen el caos y el riesgo permanente de secuestro o muerte bajo el impacto de una bomba que reina en los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo (¡°el barrio parec¨ªa un enorme manicomio¡±, dice el narrador, alter ego del escritor). El peligro expulsa a miles de personas a esa cruel odisea hacia Occidente, donde esperan encontrar una vida m¨¢s digna. La traves¨ªa que describen los cuentos de Blasim se parece a la que experiment¨® el propio autor y todos los dem¨¢s refugiados: es infernal hasta lo inimaginable. Y cuando por fin llegan a la tierra prometida, el final feliz puede no producirse si la historia contada no cae bien al empleado de inmigraci¨®n, ese rey Shahriyar a quien esta vez puede que Sheherazade no sepa hechizar con sus narraciones.
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