Par¨ªs en flor
Dior construye una monta?a artificial en mitad del Louvre para presentar su colecci¨®n y Loewe pone a dialogar pl¨¢stico y piel
En la sede parisina de la Unesco, donde se celebr¨® este viernes el desfile de Loewe, el term¨®metro marcaba siete grados y mientras la temperatura (corporal) de los asistentes iba bajando, la de la colecci¨®n para la pr¨®xima temporada primavera-verano aumentaba progresivamente. J. W. Anderson decidi¨® abrir su presentaci¨®n con una suerte de pantalones de celof¨¢n y un cuerpo de ante. Esta impactante combinaci¨®n sintetizaba a la perfecci¨®n el leitmotiv de su propuesta femenina, la tercera que entrega como director creativo de la marca fundada en Madrid en 1846 y propiedad desde 1996 del conglomerado de empresas del lujo Louis Vuitton Mo?t Henessy. ¡°Nuestra intenci¨®n era insuflar energ¨ªa a lo org¨¢nico. Y establecer un di¨¢logo entre la piel y el pl¨¢stico¡±, argument¨® tras el desfile. Trat¨¢ndose de una firma famosa por su marroquiner¨ªa artesanal, mentar siquiera el PVC resulta toda una osad¨ªa. Pero Anderson ya anunci¨® hace tres a?os ¨Ccuando tom¨® las riendas de la marca- que su objetivo era situar a Loewe en la primera l¨ªnea del lujo global yendo m¨¢s all¨¢ de su centenario legado. As¨ª, seg¨²n se iban sucediendo los vestidos con incrustaciones de cristal, las gabardinas de cuero y los monos de rafia, el trabajo del irland¨¦s iba ganando en coherencia y solidez al tiempo que manten¨ªa un estimulante nivel de riesgo.
¡°Me siento muy orgulloso del trabajo que hemos hecho con la piel y las texturas de los tejidos. Espa?a puede ser un l¨ªder mundial en este campo. Tenemos las mejores f¨¢bricas y una tecnolog¨ªa incre¨ªble. El desaf¨ªo consiste en sacarles el m¨¢ximo partido. En eso estamos¡±, explicaba el dise?ador.
Menci¨®n aparte merece la metamorfosis sufrida por el logo de Loewe a manos de Anderson. La primera decisi¨®n que tom¨® el irland¨¦s cuando lleg¨® a la casa fue redise?arlo. Y ayer opt¨® por subvertir este s¨ªmbolo una vez m¨¢s. En este caso, en clave kitch y sobre vestidos, bombers e incluso estampando el bolso Amazona, el modelo m¨¢s legendario de la firma.
¡°El reto consiste, por un lado, en que los complementos no sean un elemento secundario con respecto a la ropa, sino que formen parte de un todo; y por otro, en transmitir la energ¨ªa espa?ola. Las mujeres quieren divertirse, no tienen barreras y ese esp¨ªritu debe reflejarse en la ropa¡±. Quiz¨¢ por eso, Anderson decidi¨® rematar el estilismo de sus modelos con unos collares que parec¨ªan un trofeo de pesca aplicado al cuello.
Lanvin todo lo abarca
La colecci¨®n de Alber Elbaz para la pr¨®xima temporada primavera-verano result¨® tan profusa -70 modelos- como difusa. En su propuesta cupo pr¨¢cticamente cualquier tendencia que el dise?ador de Lanvin haya tanteado en el ¨²ltimo lustro: desde una reinterpretaci¨®n demasiado literal del vestido con un volante por hombro que tanto ¨¦xito cosechara en su momento hasta esm¨®quines femeninos, pasando por abrigos de leopardo. Tambi¨¦n lazos, perlas, encaje, estampados pop, tops minimalistas, chaquetas de tweed¡ Prendas pr¨¢cticas y otras imposibles.
Hubo momentos ¨¢lgidos, como la serie de vestidos y abrigos de lentejuelas bordadas sobre gasa transparente y corte a?os veinte. Tan delicados como descarados. Y, por supuesto, piezas llamadas a desaparecer de la memoria inmediatamente. Son las dos caras de una colecci¨®n tan variada. Resulta casi imposible no encontrar una opci¨®n que satisfaga el gusto personal, sea cual sea este, pero si, como el propio Elbaz declaraba a WWD, su trabajo ya "no es el de dise?ador, sino el de creador de imagen", no queda muy claro cu¨¢l le distingue a ¨¦l.
En el extremo opuesto al irland¨¦s se situaba Raf Simons, director creativo de Dior. Ya lo advert¨ªa en la nota de prensa: ¡°Puede haber cierta simplicidad en su apariencia, pero esta colecci¨®n resulta t¨¦cnicamente muy compleja¡±. Su protagonista absoluto fue el little white dress o peque?o vestido blanco. Una pieza ciertamente b¨¢sica que el belga reinterpret¨® en clave m¨¢s arquitect¨®nica que rom¨¢ntica y que decidi¨® acompa?ar con tops cortos de punto grueso y chaquetas Bar rematadas en plisados victorianos. Su objetivo: ¡°Simplificar para expresar la idea de feminidad, fragilidad y sensibilidad sin sacrificar la fuerza y el impacto¡±. Con este fin, Simons fundi¨® la silueta femenina con la sastrer¨ªa masculina en una serie de trajes de tres piezas que, como viene siendo habitual en el dise?ador desde hace unas temporadas, toma elementos hist¨®ricos para proponer ¡°fragmentos de lo que est¨¢ por venir¡±.
El resultado, en sus propias palabras, es una versi¨®n ¡°m¨¢s naturalista y alien¨ªgena¡± de la mujer flor que Christian Dior defini¨® en los a?os cincuenta, gracias entre otras a la falda corolle (corola). El escenario escogido por Simons para enmarcar semejante concepto no pudo ser m¨¢s congruente: una inmensa monta?a artificial poblada por delphiniums (una flor de color lila), que brotaba en mitad del Cour Carr¨¦e del museo del Louvre como por arte de magia. El espectacular jard¨ªn era de tales dimensiones que escond¨ªa en su interior pasarela, invitados y dise?ador. Una creaci¨®n obscena o prodigiosa, seg¨²n qui¨¦n la mire, pero ef¨ªmera a ojos de todos. Pues tan r¨¢pido como se ha levantando (un d¨ªa), ser¨¢ desmontada.
Isabel Marant exprimi¨® su discurso ¨¦tnico una temporada m¨¢s. Estampados indios, flecos, cordones y todas las derivaciones posibles de estos elementos. Una propuesta que no por esperable deja de ser esperada. Solo los shorts de lentejuelas y los monos dorados consegu¨ªan salirse de lo que con el paso de los a?os se ha convertido en su sello personal. Las sandalias de cuerdas confirmaron de nuevo que la francesa posee un talento especial para posicionar sus complementos entre los m¨¢s deseados por prescriptores y clientes. Ella fue la mujer que puso de moda las botas con tac¨®n triangular y la responsable de que medio mundo anduviese encaramado a unas deportivas con cu?a. Ahora su or¨¢culo predice que el pr¨®ximo verano llevaremos los pies atados. Si no, al tiempo.
Adi¨®s a Alexander Wang
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.