La ¨²ltima causa de la duquesa roja
Los tres hijos de Luisa Isabel ?lvarez de Toledo y Maura reclaman siete a?os despu¨¦s en los tribunales que el palacio y el archivo hist¨®rico de Medina Sidonia se incluyan en su legado
En vida Luisa Isabel ?lvarez de Toledo y Maura (Estoril, 1936-Sanl¨²car, 2008), duquesa de Medina Sidonia y varios t¨ªtulos m¨¢s, rompi¨® reglas y roles sin miramientos. Una noble que se jug¨® el tipo en 1966 acompa?ando a los vecinos de Palomares, casi secuestrados por la dictadura en su territorio tras la ca¨ªda de cuatro bombas nucleares estadounidenses. Una madre que perdi¨® la tutela de sus tres hijos al separarse y que no supo ¡ªo no pudo o no quiso-¡ªrecuperar sus afectos excepto en periodos excepcionales como los d¨ªas de su encarcelamiento por activismo pol¨ªtico. Una mujer que se cas¨® con el jinete m¨¢s atractivo del circuito, que se separ¨® en tiempos de matrimonios hasta la muerte, que se manifest¨® cuando estaba prohibido, que fue a la c¨¢rcel y al exilio donde frecuent¨® a etarras, que dilapid¨® en sus causas dineros y bienes, que se entreg¨® a la historia documental con pasi¨®n de ne¨®fita, que se enamor¨® de la testigo de boda de su hijo mayor y que se cas¨® con ella 12 horas antes de morir. El mundo por montera. ¡°Valiente y l¨²cida¡±, dijo de ella el escritor Juan Goytisolo. ¡°Una mala persona¡±, sentenci¨® Gabriel, su hijo menor.
Lo que en vida no se arregl¨®, se hizo a?icos tras su muerte. Sorpresas incluidas. Las albaceas, Carmen Ol¨ªas y Urquiola de Palacio (hermana de las exministras Ana y Loyola de Palacio), estrechas amigas de la popular duquesa roja, proporcionaron a los descendientes una inesperada munici¨®n para ir a juicio al poner en duda la validez de las donaciones excluidas del reparto de la herencia. En consecuencia, en 2012, cuatro a?os despu¨¦s del fallecimiento, sus tres hijos (que en el pasado litigaron entre s¨ª) presentaron el mismo d¨ªa demandas individuales para anular las donaciones realizadas por Luisa Isabel ?lvarez de Toledo a la Fundaci¨®n Casa de Medina Sidonia, a su viuda Lilianne Dahlmann y al Ayuntamiento de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz). El pasado mi¨¦rcoles se vieron las caras en el primer d¨ªa del juicio, que est¨¢ previsto que termine el 30 de octubre. Aunque gane quien gane, la batalla legal se prev¨¦ m¨¢s larga.
Si la letra del testamento firmado por la duquesa en 2000 se ajusta a la ley (un tercio para sus tres hijos, un tercio de libre disposici¨®n para su viuda y un tercio de mejora para su primog¨¦nito Leoncio Alonso), los descendientes consideran que los n¨²meros resultantes (495.428 euros para el mayor y 123.857 para cada uno de los dos restantes) son una burla. ¡°Es un expolio. En Estados Unidos puedes dejarle tus bienes al perro si quieres, pero en Espa?a no puedes desheredar porque te d¨¦ la gana¡±, se?ala Javier Timerman, abogado de Gabriel Gonz¨¢lez de Gregorio y ?lvarez de Toledo.
Los descendientes, que recibieron 743.000 euros en el testamento, calculan que tienen derecho a 37 millones
En una de las demandas a las que ha accedido EL PA?S se calcula que la herencia en juego supera los 57 millones de euros, ya que en ella deber¨ªan incluirse bienes donados en vida como el palacio, el archivo (a la fundaci¨®n), la iglesia de la Merced (al Ayuntamiento de Sanl¨²car) o unas parcelas en Atlanterra (Tarifa) compradas a medias con Lilianne Dahlmann. Con este criterio, el primog¨¦nito y actual duque de Medina Sidonia recibir¨ªa alrededor de 25 millones y sus hermanos Pilar y Gabriel, algo m¨¢s de seis. ¡°Pedimos que las donaciones se declaren inoficiosas porque se han hecho sin respetar los derechos de los herederos. Es el mismo caso que el de Camilo Jos¨¦ Cela¡±, sostiene Eduardo Ferreiro, letrado de Leoncio Alonso. ¡°No se trata de una donaci¨®n. La duquesa hizo a la fundaci¨®n una dotaci¨®n de bienes, como el archivo, que tienen una vocaci¨®n de servicio p¨²blico¡±, argumenta Jos¨¦ G¨®mez, abogado de Dahlmann en el juicio y portavoz del patronato de la fundaci¨®n.
En 1990, despu¨¦s de que sus hijos la hubiesen llevado a los tribunales para pedirle cuentas por la herencia de su bisabuela, Julia Herrera, la duquesa cre¨® la Fundaci¨®n Casa Medina Sidonia, en la que las Administraciones p¨²blicas son mayor¨ªa (cuatro de los siete patronos), y a la que dot¨® con el palacio de Medina Sidonia, sus obras de arte y el archivo con sus seis millones de documentos. La tasaci¨®n encargada por los descendientes atribuye al archivo, una joya para investigar la historia desde la Edad Media, un valor de 30 millones de euros. ¡°Valorar el archivo es ut¨®pico, no tiene precio¡±, contrapone Jos¨¦ G¨®mez.
Frente a las demandas de los hijos se han situado las Administraciones ¨Cla Junta de Andaluc¨ªa est¨¢ personada en el pleito- y una plataforma ciudadana, a la que se han adherido escritores como Jos¨¦ Caballero Bonald o Almudena Grandes, que temen por el futuro del archivo y el palacio, aunque est¨¢n protegidos desde 1978 como Bien de Inter¨¦s Cultural. Ya entonces la familia romp¨ªa los platos en p¨²blico, a la vista de las confesiones de la duquesa en la carta enviada el 11 de mayo de 1977 al director general de Patrimonio Art¨ªstico Nacional: ¡°Como la fortuna familiar no es importante ni mis hijos parecen inclinados a sacrificarse por conservar este patrimonio art¨ªstico, aunque s¨ª a disfrutarlo, transformando el cuadro y el documento en ¡®bien vendible¡¯ que pueda proporcionarles comodidades y bienestar, quisiera pedirle que con el fin de evitar nuevas p¨¦rdidas de lo que nos pertenece a todos, lo declarase con cuanto contienen para que nada de lo que hay, ni de lo que a¨²n pueda aportar, salga del edificio, monumento o conjunto hist¨®rico art¨ªstico¡±.
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