Las madres de la Pacha Mama: mujeres contra la miner¨ªa
Existen 70 conflictos sociales activos contra la industria extractiva en Per¨². Donde unos ven progreso, otros ven la agon¨ªa la madre tierra

Las monta?as peruanas no dejan de tronar. En la superficie, el ruido de los barrenos y las excavadoras se confunde con los disparos de los botes de gases lacrim¨®genos, con los gritos de la multitud, con el silbido de las balas. Sus entra?as cargadas de valiosos minerales les condenan a ser desmigadas. En las equis marcadas sobre los mapas de los ge¨®logos, las grandes multinacionales identifican el signo matem¨¢tico que multiplicar¨¢ sus fortunas.
Frente a los poderosos est¨¢n ellas, qui¨¦n puede cambiar el mundo si no una mujer, la abuela de un estudiante, la esposa de un campesino. Qui¨¦n puede dar lecciones de econom¨ªa a una madre pobre. ¡°La mina deja pobreza, queremos miner¨ªa pero sostenible¡±, asegura la activista Cleof¨¦ Neyra. Qu¨¦ promesas pueden convencer a una madre para dar a beber a su hijo agua contaminada.
Terroristas, violentos, radicales, guerrilleros... ¡°Eres una perra, que haces aqu¨ª vieja, deber¨ªas estar en tu chacra (huerta) con tu marido, por qu¨¦ te metes¡±, le susurraba en el o¨ªdo el fiscal de Huancabamba, F¨¦lix Toledo Leiva, a Cleof¨¦ despu¨¦s de sufrir una noche eterna de palizas, amenazas y tocamientos.
Hace d¨¦cadas que la sociedad peruana est¨¢ dividida por la miner¨ªa. Actualmente, y seg¨²n el defensor del pueblo peruano, hay 70 conflictos sociales activos contra la miner¨ªa en Per¨². Donde unos ven progreso, otros ven la agon¨ªa de la Pacha Mama, la madre tierra de los incas, de los quechuas, de los aimara, el concepto arraigado de naturaleza madre y protectora. ¡°Queremos nuestras monta?as, nuestros valles, nuestros r¨ªos¡. Esa es la verdadera riqueza del hombre¡±, asegura Elizabeth Cunya, que lucha junto a sus compa?eras por preservar la zona de la miner¨ªa.
Cleof¨¦ Neyra, Elizabeth Cunya, M¨¢xima Acu?a, Catalina Torocahua¡. Hero¨ªnas casuales frente al gigante minero. Caminatas interminables para encontrar un enemigo atrincherado, amenazas para abandonar la tierra de sus padres, huelgas de hambre a la puerta de una iglesia bajo los insultos del prominero. Seg¨²n Carlos del Solar, expresidente de la Sociedad Nacional de Miner¨ªa Petr¨®leo y Energ¨ªa, son radicales que van de una provincia a otra financiadas por ONG internacionales que van en contra del pa¨ªs.
En 2005, el marido de Cleof¨¦ estuvo a favor de la mina, les pagaban 20 soles diarios (5,61 euros) por trabajar all¨ª. Pronto llegaron voces de activistas y cl¨¦rigos de la iglesia que le abrieron los ojos con ejemplos de otras localidades donde la mina no solo destruy¨® la monta?a, se llev¨® el Medio Ambiente y empobreci¨® a¨²n m¨¢s a una sociedad tremendamente pobre. Les despoj¨® de su mayor activo, la madre tierra y la tranquilidad de sus comunidades donde nada volvi¨® a ser igual: alcohol, prostituci¨®n, contaminaci¨®n, enfermedades. Cleof¨¦ y su marido se unieron entonces a la marcha hasta Cerro Negro, la monta?a que ya explotaba la minera que hab¨ªa puesto los ojos sobre los montes de ?angal¨ª, junto a la ciudad de Huancabamba en la provincia de Piura, los montes donde topaba su mirada todas las ma?anas al abrirse sus parpados. All¨ª esperaban los representantes del estado y de la minera brit¨¢nica Monterrico Metals. Los manifestantes nuca llegaron a su cita, cientos de polic¨ªas y guardias privados de la minera acorralaron a los ronderos(organizaci¨®n comunal de defensa surgido de manera aut¨®noma en las zonas rurales del norte de Per¨² a mediados de los a?os setenta contra los grupos terroristas) que aguantaron tras largos d¨ªas de caminata entre monta?as. El helic¨®ptero que llevaba a la reuni¨®n a los interlocutores de la minera y el estado fue desviado con la excusa de enfrentamientos con los manifestantes.
A las empresas les cuesta comprender que la riqueza no la trae solo el dinero, pero los pobladores de los valles peruanos se sienten privilegiados de poder vivir rodeados de naturaleza
Cleof¨¦ Neyra y Elizabeth Cunya fueron secuestradas junto con otros compa?eros varones, acusadas de terrorismo y allanamiento de propiedad privada. El trato fue violento y vejatorio, se ensa?aron con los que pudieron apresar y tras dos d¨ªas de amenazas y palizas fueron puestos en libertad. Ellas y los dem¨¢s ronderos fueron enjuiciados y absueltos de los delitos que se les atribu¨ªa. Ellas tambi¨¦n denunciaron a los mandos oficiales de la Polic¨ªa Nacional del Per¨² que estuvieron a cargo de las acciones que se desplegaron para reprimir la manifestaci¨®n de los campesinos entre los d¨ªas 26 de julio y primero de agosto de 2005 cuando se dirig¨ªan al campamento Henry?s Hillde. Al general, coronel y capit¨¢n del ej¨¦rcito responsables de la seguridad de la zona. A los efectivos policiales y personal de seguridad privada que participaron directamente en las acciones por tortura, secuestro agravado, actos contra el pudor, y por el homicidio de Melanio Garc¨ªa, abatido por una bala que le atraves¨® la espalda.
Las denuncias contra el fiscal provincial de Huancabamba y contra el facultativo que examin¨® a los secuestrados, no fueron admitidas por el Poder Judicial por falta de pruebas.
Tras 10 a?os de espera, el juicio comenzar¨¢ en unos meses, se encuentra en la fase de hacer las notificaciones por edicto para fijar la fecha de la audiencia.
De igual manera ha muerto en 2015 Victoriano Huayna Nina por la bala de un fusil AKM empleado por la polic¨ªa antidisturbios peruana, o Carlos Rond¨®n que apareci¨® muerto con un corte en el cuello tirado en la carretera dos d¨ªas despu¨¦s de su desaparici¨®n. Ambos murieron en los enfrentamientos contra las minas de cobre a tajo abierto de La Tapada y T¨ªa Mar¨ªa de la empresa Southern Coopper Corporation que mantiene en pie de guerra la localidad de Cocachacra en la provincia arequipe?a de Islay. Catalina Torocahua Mu?oz ha sido una de las voces de la huelga de hambre que han mantenido junto a las puertas de la catedral de Arequipa las mujeres de los agricultores de la zona, para concienciar a la ciudad sobre los problemas que les traer¨¢ la mina. Tras varios estudios de impacto ambiental rechazados, la empresa consigui¨® el aprobado del gobierno para la extracci¨®n de cobre y regresaron los enfrentamientos que ya hab¨ªan parado el proyecto en 2011. La zona est¨¢ en pie de guerra, los manifestantes atacan a la polic¨ªa con piedras, avanzan todos a una en verdaderas batallas campales donde dieron muerte a golpes al polic¨ªa Alberto V¨¢squez Durand, s¨¦ptimo muerto del conflicto T¨ªa Mar¨ªa.
Los ind¨ªgenas no est¨¢n totalmente en contra de la mina. Miner¨ªa s¨ª, pero no en cualquier lugar y a cualquier precio
M¨¢xima Acu?a se ha convertido en la m¨¢s medi¨¢tica de las defensoras de la tierra. Gracias a la actuaci¨®n de asociaciones como Amnist¨ªa Internacional y Red Ulam (Uni¨®n Latinoamericana de Mujeres) su caso ha llegado a los medios internacionales garantizando as¨ª su seriamente comprometida seguridad. Frente a ella, Yanacocha, la mayor mina de oro de Sudam¨¦rica. Est¨¢ situada a 4.000 metros de altura a tan solo 50 kil¨®metros de la ciudad de Cajamarca. Al poco de descubrirse la mina comenzaron a comprar las tierras de los campesinos con enga?os para conseguir bajos precios. M¨¢xima no vendi¨® y qued¨® rodeada de mina con el compromiso de luchar por las monta?as y lagunas que considera su verdadero tesoro. La minera les acosa, apenas tienen libertad de movimientos y controlan sus entradas y salidas con vigilantes armados que impiden adem¨¢s cualquier visita de desconocido con la excusa de que para llegar a casa de M¨¢xima hay que atravesar el territorio de la miner¨ªa. Ella fue denunciada por la mina por usurpaci¨®n, llegaron a intentar desalojarla y le demolieron una ampliaci¨®n de su casa, amparados en una oscura compra de terrenos que hicieron en 1996 a unos representantes de los campesinos. M¨¢xima gan¨® el juicio penal y ahora la empresa la ha llevado a un juicio civil para hacerse con las tierras.
Metales pesados en el agua sobre los l¨ªmites m¨¢ximos permisibles, derrames de mercurio, filtraciones de cianuro en el subsuelo... En 2001, New York Times public¨® las palabras de Lorenzo Kulander , exvicepresidente de Newmont Mining Corporation (una de las empresas propietaria de la mina junto a Compa?¨ªa de Minas Buenaventura y la Corporaci¨®n Financiera Internacional. La empresa francesa BRMG se retir¨® tras un juicio en el que perdi¨® sus acciones llegando a intervenir el gobierno franc¨¦s, que afirm¨® que Vladimiro Montesinos recibi¨® cuatro millones de d¨®lares por presionar al fiscal en favor de la empresa peruana Buenaventura).
En un memorando interno de Kulander a Wayne W. Murdy (m¨¢ximo ejecutivo de Newmont) sobre Yanacocha, le escribi¨® lo siguiente: "En diciembre del 2000, el equipo de la gerencia mayor estuvimos en Per¨² y nos enteramos por primera vez que no operamos en Per¨² de acuerdo a los est¨¢ndares ambientales de los Estados Unidos"
A las empresas les cuesta comprender que la riqueza no la trae solo el dinero, para los pobladores de los valles y las monta?as peruanas su entorno es la riqueza, se sienten privilegiados de poder vivir rodeados de naturaleza. Ellos no est¨¢n totalmente en contra de la mina. Miner¨ªa s¨ª, pero no en cualquier lugar y a cualquier precio. En ?angal¨ª, Cleof¨¦ vuelve a estar preocupada, en los comicios locales de noviembre de 2014 perdi¨® la alcald¨ªa provincial de Huancabamba Wilson Ramiro Ib¨¢?ez, dirigente antiminero que hab¨ªa logrado cuatro a?os de paz al parar el proyecto minero. La mina est¨¢ despertando de su letargo y han comenzado los temblores que vaticinan el terremoto. La empresa china Zijin se ha hecho ahora con la concesi¨®n y han comenzado nuevos estudios, nuevos movimientos entre la poblaci¨®n en busca de mano de obra, nuevas botas para los equipos de futbol locales y material escolar para los colegios, peque?as inversiones que consiguen grandes resultados. Divide al pueblo y vencer¨¢s.
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