Hay que ayudar a Turqu¨ªa

La brutalidad del atentado registrado ayer en Ankara, el peor de la historia del pa¨ªs, debe hacer saltar todas las alarmas sobre la urgente necesidad de salvaguardar la estabilidad en Turqu¨ªa. La sociedad turca ha sido golpeada por el terror criminal que tiene un claro fin: sembrar el caos.

Turqu¨ªa es una sociedad democr¨¢tica y estable ¡ªmiembro de la OTAN¡ª en primera l¨ªnea del escenario de guerra en Oriente Pr¨®ximo. Con todas sus limitaciones y controversias, se trata de un pa¨ªs musulm¨¢n con estructuras equiparables a las de sus vecinos occidentales; un pa¨ªs que ha llamado insistentemente a las puertas de la Uni¨®n Europea y que tiene un trato preferencial con esta. Y es parte fundamental de la estabilidad en Oriente Pr¨®ximo y Europa. Por eso debe tener todo el respaldo necesario. Los turcos tienen que recibir el mensaje de que su pa¨ªs no ser¨¢ dejado a su suerte en la lucha contra el terrorismo.

Aunque haya terminado por ser una frase hecha, la comunidad internacional tiene que abordar de una vez la situaci¨®n de guerra en Oriente Pr¨®ximo. Las iniciativas unilaterales suelen multiplicar los problemas. Desde que comenzaron los bombardeos rusos en Siria, el Estado Isl¨¢mico ha logrado sus mayores avances sobre el terreno, de tal modo que amenaza directamente a la estrat¨¦gica ciudad de Alepo. EE?UU ha cancelado su programa de entrenamiento a los rebeldes sirios sin que est¨¦ muy claro si alguna vez sirvi¨® para algo. El proceso de paz entre Israel y los palestinos es una f¨®rmula vac¨ªa de contenido y llena de tensi¨®n. Mientras, la inestabilidad y el terror avanzan. Turqu¨ªa es la demostraci¨®n.