Los ciclos antisistema
La alternativa populista no aporta soluciones, sino que desemboca en nuevos problemas
Los laberintos ideol¨®gicos pueden argumentar lo contrario, pero la experiencia hist¨®rica ilustra que el antisistema caduca mucho antes que el sistema. El sistema resiste y evoluciona; el antisistema se desnutre y va volatiliz¨¢ndose. Uno de tantos errores gen¨¦ticos de Podemos es acogerse, al menos inicialmente, a las tesis del chavismo, como si las escenificaciones funestas de Ch¨¢vez o Maduro ¡ªcontra la seguridad jur¨ªdica, las libertades o la estabilidad econ¨®mica¡ª pudiesen alg¨²n d¨ªa reproducirse en La Moncloa. Aun sin estas abundantes dosis de chavismo, parece predecible que el populismo izquierdista de Podemos va a irse fragmentando hasta entrar en un proceso irreversible de evaporaci¨®n.
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Su primer impulso tambi¨¦n tiene algo que ver, pero no de modo determinante, con la crisis socialdem¨®crata. Ese es un factor inevitable porque el populismo, a derecha e izquierda, no es reformista sino rupturista, mientras que la socialdemocracia se basa en la convicci¨®n de que el sistema es reformable desde dentro y as¨ª se fue perfilando la Europa comunitaria, gracias al h¨¢bil consenso entre socialdem¨®cratas y democristianos, hasta el punto de que de este modo ha ido sustent¨¢ndose el Estado de bienestar. A la larga, dar por hecho que el chavismo puede penetrar en la sociedad espa?ola es tan absurdo como pensar que uno puede desmantelar el Estado de bienestar sin que pase nada. En Espa?a, existe el a?adido ¡ªtambi¨¦n evaporable¡ª del populismo incentivado por la iniciativa secesionista de Artur Mas, en contradicci¨®n con los rasgos posibilistas y de pacto que eran propios del catalanismo cl¨¢sico en sus momentos positivos.
La crisis de 2008 ha generado descontentos leg¨ªtimos que, al igual que las corrupciones proliferantes, han ido aportando votos ¡ªmuchos¡ª a los populismos, pero en ning¨²n caso yendo m¨¢s all¨¢ de la pulsi¨®n de protesta, porque la alternativa populista hist¨®ricamente no aporta soluciones, sino que m¨¢s bien desemboca en nuevos problemas y frustraciones. Hoy, la grave crisis migratoria permite denunciar la tardanza de la Uni¨®n Europa a la hora de instrumentar una pol¨ªtica conjunta de inmigraci¨®n. Pero ?cu¨¢les son las alternativas? ?En qu¨¦ caso se han formulado soluciones efectivas y plausibles? Ah¨ª se a¨²pa la izquierda caduca que ha roto amarras con la izquierda posible.
Dar por hecho que el chavismo puede penetrar en la sociedad espa?ola es tan absurdo como pensar que uno puede desmantelar el Estado de Bienestar sin que pase nada
Se argumenta que Europa es un vejestorio aquejado de esclerosis o que la eurozona es la cueva de Al¨ª Bab¨¢. Es la oferta pol¨ªtica que ha llevado a Grecia al borde del desastre, causando un deterioro econ¨®mico al conjunto de Europa. Rebotado del socialismo gubernamental en Francia, el elocuente M¨¦lenchon dice que si hay que escoger entre el euro y la soberan¨ªa nacional ¨¦l se queda con la soberan¨ªa nacional. No es casual que de modo coincidente se exprese Marine Le Pen, despu¨¦s de haber desahuciado a su padre. Integrarse en la eurozona es un acto de soberan¨ªa popular de cada Estado-miembro; no se ha integrado quien no ha querido.
Aun as¨ª, se insiste en que el euro es el culpable de todo. En su concepci¨®n y botadura se produjeron imperfecciones y asimetr¨ªas, pero es as¨ª exactamente como avanza la Uni¨®n Europea, por el m¨¦todo de prueba y error, a partir de la ardua concertaci¨®n de intereses nacionales a veces contrapuestos, desniveles econ¨®micos, realidades demogr¨¢ficas y composiciones parlamentarias de signo muy variado. En Italia, una personalidad tan caracter¨ªstica de la izquierda jur¨¢sica como Stefano Massina desea un desmantelamiento del euro, algo muy semejante a lo que reclama Oskar Lafontaine, el hombre de la izquierda imposible en Alemania.
Luego, fuera de la eurozona, se da el caso de Jeremy Corbyn, nuevo l¨ªder del laborismo brit¨¢nico. Sus proclamas populistas han recabado adhesiones en la vieja militancia de su partido ¡ªun partido en estado de shock por lesiones m¨²ltiples¡ª y le dan mucho impacto medi¨¢tico. Es curioso: declina el populismo conservador antieurope¨ªsta del partido de Nigel Farage y toma impulso el laborismo de izquierda de Corbyn. Mientras tanto la gran promesa virtual que fue el griego Varoufakis se retira a sus cuarteles de invierno, dejando atr¨¢s tierra quemada.
A inicios de la crisis de 2008, la Fundaci¨®n Friedrich Ebert, de matriz socialdem¨®crata, advirti¨® de la emergencia de los populismos de extrema izquierda, en distintos formatos, pero confluentes en la estrategia ecosocialista, en la postulaci¨®n de los valores pos-materialistas frente a la codicia de los mercados y apostando por una movilizaci¨®n populista de signo antielitista. No es una paradoja que sea as¨ª como castas improvisadas hayan podido llegar a las alcald¨ªas de Madrid o Barcelona.
Valent¨ª Puig es escritor.
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