El nuevo apocalipsis
Directivos de primera fila y de segunda, millonarios todos, han jugado a la peque?a estafa pero multiplicada
Tuvimos las vacas locas, luego el ¨¦bola y entre medias una lista considerable de s¨ªndromes y otras variantes de fen¨®menos naturales o provocados por la raza humana que nos han venido a decir a?o tras a?o que el mundo, tal como lo conocemos, iba a dejar de existir.
Aunque creo que nos faltaba el apocalipsis industrial. Causas vinculadas a la econom¨ªa ten¨ªamos. Eso s¨ª, algo a?ejas. Cuando eran financieras, las relacion¨¢bamos con la crisis del 29. Ya era un modelo indiscutible y con abundante bibliograf¨ªa. Por la ma?ana hab¨ªa un financiero que estaba algo preocupado mientras se afeitaba y unas pocas horas despu¨¦s se tiraba por la ventana de su oficina en Wall Street para estrellarse contra el suelo, sabiendo que su familia se tendr¨ªa que ir al Medio Oeste con una ropa y un coche prematuramente envejecidos dispuestos a hacer cualquier trabajo la mujer (ya sin joyas) y a cargar en un mercado el hijo adolescente.
Aquello de la Gran Depresi¨®n fue muy fotografiado y se hicieron de ello todas las estad¨ªsticas posibles. Resulta todav¨ªa muy raro ver im¨¢genes de gente de raza blanca con evidentes huellas de hambre en sus rostros. Ahora tenemos que estar preparados para una parecida. Vienen tiempos en que la gente de raza blanca va a volver a estar en las portadas de los informativos, esta vez juntos con los de las razas que han ido sum¨¢ndose al bienestar europeo.
La crisis esta vez va todav¨ªa m¨¢s adentro del sistema: afecta a toda la confianza en ¨¦l. El capitalismo que derivaba hacia el modelo anglosaj¨®n de las sociedades an¨®nimas est¨¢ cada vez m¨¢s en esa sinton¨ªa. Ya no se puede fiar nadie de nadie en ese juego. Los directivos de algunas grandes empresas son unos golfos porque nada les va en ello, pactada la indemnizaci¨®n. ?Por qu¨¦ nadie va a dar margen de confianza a Volkswagen si ha intentado estafar con ¨¦l a todo el mundo? Directivos de primera fila y de segunda, millonarios todos, han jugado a la peque?a estafa pero multiplicada.
Ahora se puede dar una parad¨®jica situaci¨®n: que la confianza vuelva, despu¨¦s de un proceso de muchos a?os, a los trabajadores, que se impliquen en su trabajo como pasaba antes. Es lo que en los or¨ªgenes se llam¨® sindicalismo.
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