La ¨²ltima mujer del Frente de Liberaci¨®n de Argelia
Acerca del compromiso. O de c¨®mo ser mujer y enrolarse en la revoluci¨®n. O, mejor, de c¨®mo ser Nassima Hablal, la secretaria de Abane Ramdane, uno de los pr¨®ceres de la independencia argelina, y seguir aferrada a cada humilde misi¨®n dom¨¦stica con la alegr¨ªa del presente, con la vitalidad ¨¦pica de una revoluci¨®n y la coqueter¨ªa de aquella chica lista que sigue siendo. Respuestas que solo eran posibles de visita, sin prisas, en la humilde casa de Nassima; esta vez, gracias al cine.
Hablal naci¨® en 1927 y muri¨® en 2013. Alguien lleg¨® a tiempo para que su testimonio no se perdiese. As¨ª, hoy podemos acceder a un registro de hermosos momentos de los ¨²ltimos cinco a?os de existencia de esta activista gracias al trabajo de Nassima Guessoum.
Guessoum es una joven cineasta nacida en Par¨ªs que quer¨ªa saber c¨®mo hab¨ªan sido de verdad las mujeres de la guerra de independencia del pa¨ªs de sus padres, porque se negaba a creer que eran todas esas terroristas poniendo bombas que hab¨ªa visto en la televisi¨®n francesa. Nos lo cuenta al cabo de la proyecci¨®n de su filme en la 9? edici¨®n del Festival Internacional de Cine de Cine de Mujeres en Sal¨¦, Marruecos, que acaba de finalizar.
Nassima Hablal, en una foto de archivo para el registro del filme '10949 femmes'.
Nassima Hablal, la hero¨ªna que protagoniza el filme, estuvo en las horas fundacionales de la independencia de su pa¨ªs, junto a Ramdane -el dirigente de las aquellas primeras batallas del Frente de Liberaci¨®n de Argelia-, a mediados de los a?os cincuenta. Despu¨¦s de la muerte del jefe, ella lider¨® muchas otras misiones contra la colonia y padeci¨® un tour por las peores c¨¢rceles. Pero de tan vital y tan valiente, apenas si lo comenta, como relativizando: "la c¨¢rcel es una experiencia m¨¢s de la vida".
Narra epopeyas y grandes dolores como al pasar, mientras le hace tajos a la piel de la berenjena, un ajo, otro. Hablan tambi¨¦n los dedos gordos de una abuela siempre sonriente, de 85 a?os, que cocina para una nieta que no es su nieta, pero que esta abuela guerrera parece haber adoptado. Otra Nassima, Nassima Guessoum, la entrevista para su documental.
'Dignidad', esa palabra que nos viene tan f¨¢cilmente a la cabeza y que ya ha sido vaciada de significado. "No victimizar, no ser condescendientes", suelen proclamar cineastas y periodistas o militantes de ONG y luego nunca es cierto, porque lo que hacen es condescendencia y efectismo.
Nassima Guessoun es la excepci¨®n: no cae en la estilizaci¨®n de la pobreza de una mujer pobre que exhala vida. Hablal fue pura vida nueva, hasta la muerte, a pesar de los enseres gastados y la ropa tan usada. No hay necesidad de moralizar. La cineasta se toma un tiempo dentro de ese hogar, comiendo la comida de abuela con la abuela de la revoluci¨®n argelina.
No hay golpe bajo y, por no haber, no hay una sola l¨¢grima. "Si hubiera llorado frente a m¨ª no la hubiese filmado", afirma con contundencia la realizadora que tambi¨¦n evit¨® el momento del reencuentro, tras varias d¨¦cadas, de Nassima con una compa?era francesa de celda. Todo por evitar el show, la que podr¨ªa ser la vuelta m¨¢s trillada a una historia de vida que ilumina de solo existir. Llega la luz hasta el pen¨²ltimo rinc¨®n, el ¨²nico rinc¨®n donde el dolor puede llegar a ser verdaderamente insoportable para una mujer valiente, que es el de una madre que no alcanza a proteger a su hijo del lado de la vida.
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