La maestra y el aprendiz
En ¡®Cosas de ni?os¡¯ David Wagner registra, sin cursiler¨ªa, la cotidianeidad de la paternidad
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En un libro in¨¦dito en castellano, David Wagner (Andernach, 1971) observ¨® Berl¨ªn. En realidad, tan solo tres lugares de la ciudad en la que vive desde 1991: el Caf¨¦ M, donde pasaba mucho tiempo; la avenida Sch?nhauser, que tanto le gustaba recorrer, y la Friedrichstrasse, una arteria que, entre 1998 y 2000, cuando ¨¦l decidi¨® anotar sus impresiones, estaba reinvent¨¢ndose. En 2013 regres¨® a los mismos sitios para registrar sus cambios en una singular cr¨®nica ¨Csobre la evoluci¨®n de una urbe transformada, para bien o para mal, por la gentrificaci¨®n¨C alabada por la intensidad de las descripciones y la observaci¨®n certera de su autor.
En Cosas de ni?os, que acaba de editar Errata Naturae, Wagner, uno de los escritores m¨¢s destacados de su generaci¨®n, observa a su hija. No se trata de una novela, sino de una colecci¨®n de miniaturas. Entradas breves, de t¨ªtulos como Rapunzel, Vaga, Clases de nataci¨®n o Parecido, en las que registra la cotidianeidad, la extra?eza, la felicidad ¨Csin cursiler¨ªa¨C de la paternidad.
Escrito entre junio de 2002 y julio de 2008, en Cosas de ni?os no hay nombres propios. Los protagonistas de este libro son la ni?a y el padre. La suya, parece decirnos el alem¨¢n, es una historia universal. Es su hija, son sus vivencias y sus observaciones, pero en realidad son patrimonio de todo padre, todo hijo.
Wagner no solo reflexiona sobre la infancia de su hija, tambi¨¦n revisita la suya e imagina la de sus progenitores. Cuando uno es padre, justifica (inevitablemente), le da por recordar. ¡°Los ni?os le ense?an a uno la propia vida y se dejan asombrar. Los padres lo observan y supervisan el producto de la reproducci¨®n, se alegran. A veces se reconocen a s¨ª mismos, en peque?o. Piensan, desde luego, que su vida est¨¢ ah¨ª otra vez¡±.
elpaissemanal@elpais.es
Tres tristes padres
En A prop¨®sito de Abbott, Chris Bachelder quiso explicar c¨®mo la paternidad le hizo sentir "grande y a la vez peque?o". En Un hombre enamorado, Karl Ove Knausg?rd reconoc¨ªa su ambivalencia ante las responsabilidades paternas. Y en Cosas de ni?os, David Wagner teje ese diario que a todo padre con tendencia a la nostalgia le gustar¨ªa conservar.
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