De espaldas al sol

El Gobierno acaba de aprobar el real decreto que regula el autoconsumo el¨¦ctrico, es decir, la capacidad de los ciudadanos y las empresas de producir y consumir su propia electricidad, manteniendo una conexi¨®n a la red para complementar el suministro cuando lo necesiten y verter, en su caso, el sobrante. Y lo hace, una vez m¨¢s, casi de tapadillo, con una argumentaci¨®n t¨¦cnica deficiente y tras una tramitaci¨®n opaca que no ha atendido a las propuestas realizadas desde muchos sectores e instituciones. Todo ello a dos meses escasos de las elecciones y en contra del criterio de todos los grupos pol¨ªticos, excepto el que sustenta al Gobierno. Toda una garant¨ªa de estabilidad regulatoria.

Pero lo m¨¢s grave es que se ha regulado mirando al pasado y no al futuro. El sector energ¨¦tico est¨¢ abocado a una profunda transformaci¨®n, impulsada por el desarrollo tecnol¨®gico y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. La transici¨®n hacia un nuevo modelo energ¨¦tico proporciona un protagonismo creciente al sector el¨¦ctrico, que est¨¢ comenzando a vivir una aut¨¦ntica revoluci¨®n. Por un lado, por la sustituci¨®n de la generaci¨®n de electricidad con energ¨ªas f¨®siles en grandes centrales por energ¨ªas renovables, con aportaci¨®n m¨¢s variable, menores econom¨ªas de escala y m¨¢s distribuidas por el territorio. Por otro, por el desplazamiento del protagonismo en la cadena de suministro desde las grandes empresas hacia los consumidores que, con las nuevas tecnolog¨ªas, pueden gestionar m¨¢s activamente su demanda y progresivamente producir electricidad para su autoconsumo. Eficiencia, electricidad sin emisiones y electrificaci¨®n creciente de otros usos energ¨¦ticos son la alianza ganadora para un nuevo modelo energ¨¦tico.

Descarbonizaci¨®n y descentralizaci¨®n son las dos palabras clave del futuro del sector. Algunas grandes empresas ya son conscientes del profundo cambio que se avecina en su modelo de negocio y orientan su estrategia a prestar servicios integrados a los nuevos consumidores, y a los productores-consumidores, adem¨¢s de posicionarse activamente en la generaci¨®n renovable.

Sin embargo, el Gobierno ha decidido permanecer ajeno a estos cambios y sigue tomando decisiones al margen de cualquier reflexi¨®n estrat¨¦gica. Una vez m¨¢s, pierde la oportunidad de debatir y acordar una hoja de ruta para la transici¨®n energ¨¦tica, como han hecho otros Gobiernos de nuestro entorno. Y cuando no se sabe d¨®nde se quiere ir, es muy dif¨ªcil encontrar el camino.

El Gobierno ha aprobado el real decreto que regula el autoconsumo el¨¦ctrico casi de tapadillo

El real decreto est¨¢ concebido desde el deseo de frenar una tendencia al desarrollo del autoconsumo, lo cual, en una Espa?a abundante en recurso solar, y con perspectivas alentadoras en la microcogeneraci¨®n y las bater¨ªas, es como tratar de poner puertas al campo. Aunque pueden entenderse algunas preocupaciones de fondo, como el hecho de que en la medida en que m¨¢s consumidores produzcan su propia energ¨ªa, su demanda neta ser¨¢ menor, y por tanto la recuperaci¨®n de los costes fijos del sistema puede verse comprometida, no parece una buena soluci¨®n aplicar un cargo a la energ¨ªa autoconsumida. Con el mismo criterio, habr¨ªa que aplic¨¢rselo a la energ¨ªa que un consumidor deja de comprar de la red al instalar bombillas de bajo consumo o un electrodom¨¦stico m¨¢s eficiente. Llevado al absurdo, ?deber¨ªamos pagar tambi¨¦n un cargo el¨¦ctrico si nos abanicamos en lugar de encender el ventilador?

El autoproductor debe ser tratado, en su relaci¨®n con el sistema el¨¦ctrico, de acuerdo con los servicios que recibe. Como consumidor debe contribuir a los costes del sistema en funci¨®n de la energ¨ªa y la potencia que efectivamente demanda. Pero no debe pagar por la energ¨ªa que produce y autoconsume. Como productor debe recibir, como el resto de los generadores, la compensaci¨®n por la energ¨ªa que vierte a la red, descontado el peaje de acceso a la red que por ello le corresponde pagar.

En resumen, frenar el autoconsumo con barreras administrativas y econ¨®micas puede ser un error fruto del temor a que se reproduzcan desequilibrios financieros; pero m¨¢s bien parece un intento de defender un modelo de negocio el¨¦ctrico del pasado, ajeno a la profunda transformaci¨®n que es necesario acometer hacia un sistema el¨¦ctrico m¨¢s limpio y eficiente, m¨¢s innovador, m¨¢s autosuficiente y con un mayor protagonismo de los consumidores. Est¨¢ claro que ¨¦sta es una tarea que el actual Gobierno le ha dejado al pr¨®ximo. Es de desear que pueda acometerse con estabilidad regulatoria y visi¨®n de futuro.

Luis Atienza ha sido presidente de Red El¨¦ctrica de Espa?a, y Teresa Ribera es responsable de energ¨ªa y clima en el consejo asesor de Pedro S¨¢nchez.