Contenidos variados
"Sin impresionarme tampoco, lo le¨ª, y me enganch¨® la sencillez aparente, siempre m¨¢s f¨¢cil con varios ceros en la cuenta corriente"
Carta de la semana: Contenidos variados
Sinceramente, no me llam¨® la atenci¨®n la portada dedicada a Santiago Calatrava el pasado 11 de octubre. M¨¢s bien me desagrad¨®. No obstante, no pude evitar leer finalmente el art¨ªculo sobre el arquitecto, y he de reconocer que tampoco pude librarme de sentir cierta empat¨ªa con el personaje, convertido, en parte, en un chivo expiatorio de unos pecados colectivos, pagados generosamente en territorio patrio con dinero p¨²blico. Conclu¨ª que hab¨ªa sido engullido por su propio ego, inflamado al calor de intereses varios. P¨¢ginas despu¨¦s encontr¨¦ otro art¨ªculo sobre el futbolista Mata. Sin impresionarme tampoco, lo le¨ª, y me enganch¨® la sencillez aparente, siempre m¨¢s f¨¢cil con varios ceros en la cuenta corriente. Termin¨¦ con el art¨ªculo de opini¨®n de Mar¨ªas, para acabar de contradecirme, pues suelo verlo de refil¨®n y rara vez lo leo, pues su acidez me amarga, pero tambi¨¦n me atrapa.
Rafael P¨¦rez P¨¦rez.?Madrid
Arquitectura y pol¨¦mica
Leyendo la pieza Pol¨¦mico Calatrava, publicada el 11 de octubre, pienso que Calatrava tiene m¨¢s de genio que de farsante. Sus 22 honoris causa, el rector de Yale diciendo haber visto a Miguel ?ngel y Daniel Libeskind compar¨¢ndolo con Bernini dan prueba de lo primero y de que es un t¨ªo listo. Lo de farsante, levant¨¢ndose a las 5.45, hacer deporte, desayunar, pintar y crear durante tres horas para despu¨¦s dejarse caer por el despacho, no est¨¢ nada claro. Eso s¨ª, la cuadrilla que le rodea, con 90 empleados, siempre consultando abogados y con una se?ora encargada de la econom¨ªa que vende la moto a todo el mundo menos al sueco Nohlin, eso no es una farsa.
Francisco Can¨®s Esteve.?Bonrep¨°s i Mirambell. Valencia
Errores ajenos
La entrevista a Santiago Calatrava del pasado 11 de octubre no tiene desperdicio. Para empezar, culpa de todos los errores de sus obras a la mala ejecuci¨®n de las contratas, que en el momento de la burbuja inmobiliaria, seg¨²n ¨¦l, florec¨ªan y no ten¨ªan profesionalidad alguna. Y adem¨¢s asegura que ¨¦l no va con una metralleta tras el personal de obra y simplemente se f¨ªa del buen hacer de la contrata. Pues no, se?or Calatrava, precisamente una parte importante de nuestro trabajo, por la que cobramos y una de las m¨¢s bellas, es el seguimiento de la obra, el cumplimiento del libro de obra, en el que se dan todas las ¨®rdenes de buena ejecuci¨®n, y entre nuestra labor, por la que cobramos en torno al 30% de la totalidad de los honorarios, est¨¢ la de fiscalizar el trabajo de las contratas para que todo se ejecute seg¨²n proyecto y de solucionar problemas que surgen en obra y no contemplados en proyecto. Si uno no es capaz de llevar la direcci¨®n de ejecuci¨®n material de obra, por tener la suerte de tener multitud de trabajos por medio mundo, debe ser alguien del equipo t¨¦cnico de la oficina de la direcci¨®n facultativa quien realice su trabajo, y no simplemente fiarse del buen hacer de la contrata de obra, que puede equivocarse o actuar de mala fe. Debemos, como t¨¦cnicos y profesionales, velar por los intereses de nuestro cliente, tanto econ¨®micos, procurando que el presupuesto no se dispare, como en la buena ejecuci¨®n de la obra, para evitar futuras patolog¨ªas por errores constructivos o de dise?o. No, se?or Calatrava, la mala praxis del constructor no nos libera de nuestras responsabilidades, de los errores de proyecto y de los errores en la ejecuci¨®n de obra, por m¨¢s que est¨¦ embarcado en una limpieza de imagen y de tirar balones fuera. A los que amamos esta profesi¨®n y luchamos d¨ªa a d¨ªa por vivir de ella nos hace mucho da?o con sus declaraciones. Por favor, admita sus errores, que todos, incluso usted, somos humanos.
Juan Jos¨¦ Tejedor Hern¨¢ndez, arquitecto. C¨¢diz
Pensamientos
El art¨ªculo de Rosa Montero titulado Corazones que piensan (El Pa¨ªs Semanal, 4-10-2015) da mucho que pensar. Confirma que toda regla tiene su excepci¨®n. Las piezas de tan excelente escritora suelen ser, a mi juicio, un modelo de equilibrio, sinceridad, cordialidad¡ Y de muchas otras acepciones relacionadas con el significado de estas. Pero el art¨ªculo que comento me parece que cae en lo contrario. Afirmaciones respecto a los que no piensan (en el tema de las creencias) como ella confirman que estamos ante el contrapeso de su habitual mesura. Ocurre cuando escribe ¡°se pasan por el forro de las neuronas (deben de tener pocas, de todas maneras) las irrefutables y numeros¨ªsimas pruebas cient¨ªficas¡± o que ¡°estos necios no solo niegan¡¡±. Pero a¨²n m¨¢s cuando arremete diciendo ¡°tanta estulticia a estas alturas no est¨¢ demasiado lejos del fanatismo de los talibanes¡¡±. Me encantar¨ªa que Rosa Montero contase en un pr¨®ximo art¨ªculo lo que le sucede a ella. Art¨ªculo que, por cierto, estar¨¦ presto a leer.
Ram¨®n Bataller Sifre.?Valencia
Inmenso Mar¨ªas
No soy de los que se entretienen en dar al bot¨®n de ¡°me gusta¡± ni de los que andan prodigando aplausos a escritores y/o articulistas por m¨¢s que muchas veces se lo merezcan. Pero esta vez no tengo m¨¢s remedio que aplaudir el art¨ªculo de Javier Mar¨ªas del 11 de octubre titulado Retrato - fantas¨ªa. Qu¨¦ claridad de ideas y, sobre todo, qu¨¦ varapalo a la estulticia que nos envuelve m¨¢s y m¨¢s cada d¨ªa. ?Bravo, bravo, ¡°inmenso¡± Mar¨ªas!?
C¨¦sar Fern¨¢ndez S¨¢nchez. Madrid
P¨®ngase en contacto
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.