La historia evolutiva de simios y monos se reescribe en Catalu?a
Laia, una peque?a hembra de entre cuatro y cinco kilos, era un simio que trepaba a los ¨¢rboles de los espesos bosques que ocupaban Catalu?a hace 11,6 millones de a?os

Hace casi 12 millones de a?os, el territorio que ahora ocupa Catalu?a era muy distinto del actual. Era un bosque cerrado, con un ambiente m¨¢s c¨¢lido y con peque?os cambios climatol¨®gicos entre estaciones. All¨ª viv¨ªan parientes de los elefantes, rinocerontes e incluso ardillas voladoras, y una especie de simio que puede arrojar luz sobre un momento de la evoluci¨®n en que se separaron los monos del viejo mundo y los grandes simios, los animales vivos m¨¢s pr¨®ximos a los humanos.
Los restos f¨®siles del nuevo simio, buena parte del cr¨¢neo y los dientes y una parte del brazo izquierdo que incluye varios elementos de las articulaciones del codo y la mu?eca, fueron encontrados en enero de 2011, en un vertedero de els Hostalets de Pierola, Catalu?a, y se han presentado hoy al mundo en un art¨ªculo publicado en la revista Science. Sus descubridores, paleont¨®logos del Instituto Catal¨¢n de Paleontolog¨ªa Miquel Crusafont, han bautizado como Laia a esta hembra que cuando estuvo viva debi¨® de pesar entre cuatro y cinco kilos. Su nombre cient¨ªfico es Pliobates catalonia, y tiene una edad de 11,6 millones de a?os.
El que se conserven mejor los huesos de su parte izquierda indica que el depredador se hart¨® con la parte derecha de 'Laia'
Los hominoideos actuales, entre los que se encuentran los humanos o los gorilas, no tienen cola y su cuerpo les permite erguirse. Estas caracter¨ªsticas podr¨ªan haber estado ya presentes en el ancestro com¨²n de los hom¨ªnidos y los hilob¨¢tidos, un grupo en el que se encuentran primates como los gibones. Adem¨¢s, los nuevos hallazgos sugieren que aquel ancestro, del que tambi¨¦n procedemos nosotros y que debi¨® existir hace entre 15 y 20 millones de a?os, se parecer¨ªa m¨¢s a los peque?os gibones que a los grandes antropomorfos actuales como chimpanc¨¦s o gorilas.

Es muy destacable que la anatom¨ªa del brazo de Laia, en particular la articulaci¨®n entre el h¨²mero y el radio, y los huesos de la mu?eca, ya presenta el dise?o b¨¢sico de los hominoideos actuales. Su inteligencia no daba para mucho: su grado de encefalizaci¨®n era similar al de los monos y gibones actuales y muy inferior al de los grandes antropomorfos y ni digamos a nosotros.
M¨¢s que un animal poderoso, Laia ser¨ªa una criaturita de aspecto similar a un loris, los peque?os primates perezosos actuales del sur y sudeste de Asia. Su vida habr¨ªa tenido unos horizontes muy limitados, dedicada a coger fruta madura (la dieta frug¨ªvora la acreditan las marcas microsc¨®picas dejadas por los alimentos en la superficie masticatoria de los dientes) en las ramas de los ¨¢rboles y atenta siempre a la amenaza de los numeros¨ªsimos depredadores que acechaban en unas selvas semitropicales llenas de fauna de lo m¨¢s extra?a y peligrosa (incluidos falsos tigres dientes de sable y hienas). Los investigadores sospechan que la monita de nuestros or¨ªgenes, una hembra (se sabe por los dientes, el alveolo revela un canino peque?o), un ejemplar adulto, pasada ya su mejor ¨¦poca, quiz¨¢ de 7 u 8 a?os, pudo haber acabado sus d¨ªas en las fauces de alg¨²n carn¨ªvoro. Es a lo que parece apuntar el que se conserven mejor los huesos de su parte izquierda: el depredador se hart¨® con la parte derecha de Laia. Ella y sus cong¨¦neres, se?alan los cient¨ªficos, se mover¨ªan de manera lenta y cautelosa columpi¨¢ndose por las copas de los ¨¢rboles con una gran flexibilidad de movimientos y cierta capacidad de colgarse de las ramas.
¡°Los hominoideos actuales se caracterizan sobre todo por ser trepadores verticales y suspensores, y esto es posible gracias a una estructura corporal muy determinada¡±, explica David Alba, autor principal del estudio. ¡°En el caso de Pliobates, tenemos un brazo completo con sus huesos que nos muestra una combinaci¨®n de caracteres en la articulaci¨®n del codo y la mu?eca que estar¨ªa adaptado a un comportamiento trepador lento y cauteloso¡±, contin¨²a. ¡°Se colgar¨ªa de las ramas, pero no de forma tan acrob¨¢tica como los grandes antropomorfos actuales ni los gibones¡±, a?ade.
Lo de Laia tambi¨¦n juega con la etimolog¨ªa de Eulalia, ¡°la que habla bien¡±, en griego, y que viene de perlas por los nuevos conocimientos que el f¨®sil aporta a la ciencia, seg¨²n los descubridores.
Los investigadores tuvieron que responder a algunas preguntas inesperadas, como a la de si la peque?a primate apunta a que los catalanes y espa?oles pudieran ¡°proceder de monos diferentes¡±, seg¨²n la expresi¨®n utilizada
El hallazgo de Pliobates se a?ade a otros importantes f¨®siles de primates de entre 12,5 y 11,5 millones de a?os de edad encontrados en el vertedero de Can Mata. All¨ª, donde trabajan grandes m¨¢quinas excavando el terreno para la gesti¨®n de basuras, colaboran paleont¨®logos que paran los trabajos si se encuentran indicios de f¨®siles relevantes. ¡°Los resultados que hemos tenido en los ¨²ltimos 13 a?os es una muestra de la importancia de una legislaci¨®n que proteja el patrimonio paleontol¨®gico y de la colaboraci¨®n con la administraci¨®n y las empresas¡±, apunta Alba.
En la presentaci¨®n p¨²blica en rueda de prensa, con Laia de cuerpo presente, por as¨ª decirlo, Alba y Moy¨¤- Sol¨¤ tuvieron que responder a algunas preguntas inesperadas, como a la de si la peque?a primate apunta a que los catalanes y espa?oles pudieran tener ancestros distintos, ¡°proceder de monos diferentes¡±, seg¨²n la expresi¨®n utilizada. Tras unos momentos de perplejidad y asombro por la pregunta, al cabo Laia est¨¢ millones de a?os m¨¢s all¨¢ de cualquier proceso de hominizaci¨®n, Alba, brome¨® que la remota monita ¡°no tiene nada que ver con el hecho diferencial catal¨¢n¡±. Compasivamente did¨¢ctico, explic¨® que el hecho de que hayan aparecido primates del Mioceno en Catalu?a y no en otros lugares de Espa?a se debe a cuestiones geol¨®gicas y paleoambientales. ¡°Catalu?a era entonces el extremo m¨¢s hacia el sur de una paleoprovincia que se extend¨ªa por centroeuropa y en la que el clima era m¨¢s h¨²medo que en el resto de la pen¨ªnsula ib¨¦rica, lo que explica que aqu¨ª hubiera primates y fuera no¡±. De no ser as¨ª, ri¨®, ¡°quiz¨¢ deber¨ªan darnos la independencia autom¨¢ticamente¡±
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