El malet¨ªn

Me encontr¨¦ en el aeropuerto de Bogot¨¢ con una de las personas m¨¢s finas, nobles e inteligentes que conozco: el escritor y periodista colombiano Daniel Samper Pizano. Me cont¨® que hab¨ªa demorado un poco en el control de seguridad porque los funcionarios hab¨ªan querido requisarle un cortau?as que ¨¦l ni siquiera recordaba llevar en el malet¨ªn. Hay una foto tomada durante la gira del Papa por Estados Unidos y Cuba: se lo ve tropezando al subir la escalinata del avi¨®n que lo llevar¨ªa a Filadelfia (las ciudades por las que pas¨® eran fortalezas blindadas, pero pudo haberse desnucado al subir una escalera sin ayuda). M¨¢s all¨¢ de eso, ni en medio del tropez¨®n el hombre solt¨® el malet¨ªn que lo acompa?a a todas partes. En 2013 varios periodistas le preguntaron qu¨¦ llevaba dentro. Dijo: ¡°No llevo la llave de la bomba at¨®mica. Dentro hay una cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer (...) Siempre llevo el malet¨ªn cuando viajo, es normal. Debemos habituarnos a ser normales, a la normalidad de la vida¡±. Estoy de acuerdo. S¨®lo que el contenido de ese malet¨ªn est¨¢ lejos de ser normal. Para sus traslados el Papa no utiliza vuelos regulares; como el Vaticano no tiene aviones propios usan los de l¨ªneas comerciales sin ninguna comodidad especial. Es de suponer que esos aviones salen de aeropuertos normales, en los que se deber¨ªan aplicar las mismas reglas de seguridad aeroportuaria normales (y rid¨ªculas) que se aplican en todos los aeropuertos normales: en la cabina ya no se pueden llevar l¨ªquidos ni elementos punzantes o cortantes. Yo, que soy normal¨ªsima, no podr¨ªa subir a un avi¨®n con lo que lleva el Papa en su malet¨ªn: una cuchilla de afeitar. Eso es lo que tiene el poder: antes o despu¨¦s nos convence de que son normal¨ªsimas (para todo el mundo) cosas que (para todo el mundo) son muy anormales.