Invierno moral
Recibir emigraci¨®n, y m¨¢s en tiempos de paulatino crecimiento, es una garant¨ªa de renovaci¨®n y potencia
La Uni¨®n Europea a veces es criticada injustamente, porque son los pa¨ªses miembros y no la organizaci¨®n los que limitan sus ambiciones, correcciones y progresos. El giro de partidos locales hacia la crueldad contra los refugiados e inmigrantes ha derivado en un cortocircuito interesante en el que la canciller Merkel manifiesta una coincidencia en favor de los derechos humanos con quienes menos comparte la agenda de austeridad y se ve abandonada por sus socios en lo econ¨®mico. Es una l¨¢stima que Espa?a, necesitada de una inyecci¨®n de autoestima, no haya comprendido que el asunto de los refugiados es en verdad m¨¢s oportunidad que problema. Recibir emigraci¨®n, y m¨¢s en tiempos de paulatino crecimiento, es una garant¨ªa de renovaci¨®n y potencia. Los refugiados aspiran a una vida normal, por lo que aprecian los valores democr¨¢ticos y persiguen la progresi¨®n por la v¨ªa del esfuerzo, ambas dos condiciones que caracterizan a cualquier pa¨ªs con porvenir.
No solicitar nuestro cupo de refugiados de manera inmediata nos arrincona en el grupo de los discretos, pero incapaces. Para nuestra autoestima no somos nada parecido a la Hungr¨ªa de Orban, pero tampoco tenemos demasiado de lo que presumir. La inmadurez de una sociedad, que vive entre escandalitos de d¨ªa y medio de duraci¨®n, ha quedado demostrada con la reacci¨®n tras la foto del ni?o sirio ahogado. Las exigencias de actuaci¨®n han quedado sabiamente adormecidas por las voces de una moral conservadora y pragm¨¢tica, expresadas de manera clara por un obispo que subrayaba la posibilidad de que haya terroristas entre los huidos y por el brazo armado de esa misma Iglesia autoerigido en nuestro Ministerio del Interior. Los datos se?alan que los yihadistas est¨¢n captando y llev¨¢ndose gente desde Espa?a para su lucha demencial, pero el discurso del miedo invierte esta certeza y as¨ª ayuda a los que prefieren no mover un dedo para ayudar a los dem¨¢s aunque llegue el invierno.
El The New York Times ha publicado el potente relato de Anemona Hartocollis, que ha seguido el periplo de la familia Majid desde Siria hasta Suecia. Es importante conocer la desesperaci¨®n de la clase media por los secuestros y la impunidad bajo la guerra siria, el ¨¦xito econ¨®mico de los traficantes de hombres y los negociantes avispados a pie de caravana de refugiados. Saber que Dinamarca se ha comportado con id¨¦ntica maldad a la h¨²ngara sin ser castigada tanto por los medios. El camino es doloroso y denigrante. Esas familias necesitan un premio mejor al alcanzar Europa, esa Europa tambi¨¦n so?ada por nosotros.
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