Mariano, s¨¦ fuerte
Se equivocan los que esperan de Rajoy que reaccione a cualquier problema y act¨²e
Hay un detalle de la personalidad de Mariano Rajoy que mucha gente desconoce y es su admiraci¨®n por Cela, ese gran antisistema cuyo f¨¦retro llevaron a hombros a la tumba cuatro ministros, uno de ellos el propio Rajoy. De ¨¦l el actual presidente del Gobierno espa?ol aprendi¨® ese lema que guio toda la carrera del premio Nobel gallego y que la convirti¨® en su epitafio: el que resiste gana.
As¨ª que se equivocan los que esperan de Rajoy que reaccione a cualquier problema y act¨²e y los que le critican por su pasividad. En el vocabulario de Rajoy no existe la palabra acci¨®n, solo el verbo resistir. Y no le ha ido mal hasta ahora. Gracias a su resistencia, combinada con la inacci¨®n y el no ponerse nervioso, ha pasado de registrador de la propiedad a presidente de Espa?a sin haber tomado una decisi¨®n que no haya sido obligada por las circunstancias. Y as¨ª sigue, resistiendo todos los golpes como esos mu?ecos de feria que se levantan una y otra vez despu¨¦s de cada ca¨ªda. ¡°Mariano, s¨¦ fuerte¡± se ve que se dice a s¨ª mismo cada ma?ana para darse ¨¢nimos, como hizo con el tesorero de su partido cuando este comenz¨® a tambalearse ante una justicia que le ped¨ªa ya explicaciones de sus cuentas en Suiza y de otros dineros de destino incierto. Aquel ¡°Luis, s¨¦ fuerte¡± que la gente interpret¨® como una invitaci¨®n a no abrir la boca en realidad era la repetici¨®n de lo que ¨¦l se dice a diario a s¨ª mismo: s¨¦ fuerte, resiste, Mariano, que el que resiste gana.
Ha pasado ya una legislatura y Rajoy sigue ah¨ª, resistiendo m¨¢s que gobernando Espa?a. Porque su estilo no es actuar. Como tampoco lo ha sido hasta hace muy poco (hasta que las encuestas le aconsejaron salir de su cascar¨®n de centollo) decir nada concreto, como mucho ¡°?Llueve mucho!¡±, ¡°Estoy un poco cansado y me voy a ir a dormir¡± o ¡°Los vasos son vasos y los platos son platos¡±. Gracias a ello ha salido indemne de todos los ataques de sus opositores y ha resistido los vendavales de una legislatura que no ha sido f¨¢cil ni mucho menos y que hubiera hecho tambalearse a pol¨ªticos con m¨¢s madera de presidente. Pero a Mariano no. Mariano es un resistente, un tentempi¨¦ de barraca de feria, un moderno Frankenstein que no se pone nervioso nunca. De ah¨ª que siga en el primer puesto de la parrilla de salida para volver a ocupar la presidencia del Gobierno de Espa?a seg¨²n las encuestas sin haber hecho nada salvo resistir ni haber dejado una sola frase para la historia. Fraga y Cela, sus dos mentores espirituales, estar¨ªan orgullosos de ¨¦l.
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