Dos mil millones de euros en el cubo de la basura
Jos¨¦ M? Medina Rey, director de PROSALUS
?D¨®nde? En nuestras casas, en Espa?a. ?Con la crisis econ¨®mica que tenemos? Pues s¨ª. En los hogares espa?oles tiramos a la basura alimentos por valor de casi dos mil millones de euros cada a?o. Y eso sin calcular el valor econ¨®mico del impacto medioambiental que supone, sino solo sumando el valor de los productos desechados.
Quiz¨¢s sea conveniente rebobinar un poco y hacer un r¨¢pido recuento del problema y sus implicaciones, porque da la impresi¨®n que nos est¨¢ pasando desapercibido o que, al menos, no estamos calibrando bien ni su magnitud ni sus consecuencias.
Hace un par de semanas celebramos el D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n y, como cada a?o, se comentaron las cifras actualizadas de hambre en el mundo: en el mundo del siglo XXI, con todos sus desarrollos tecnol¨®gicos, casi 800 millones de personas no comen lo suficiente cada d¨ªa, viven bajo la dictadura del hambre.
En el mundo del siglo XXI, con todos sus desarrollos tecnol¨®gicos, cada d¨ªa se desperdician 3,5 millones de toneladas de alimentos; la mitad se desperdicia en los pa¨ªses ricos, buena parte a lo largo de los diferentes eslabones de la cadena alimentaria (producci¨®n, procesamiento, distribuci¨®n y venta) y otra buena parte en los hogares.
Eso supone que un tercio de toda la producci¨®n mundial de alimentos se deja perder; supone que dedicamos el 30% de toda la superficie productiva del planeta a producir alimentos que luego se pierden/se tiran; supone que gastamos 250 km3 de agua dulce ¨Cel 30% de todo el consumo mundial de agua¨C en producir alimentos para luego tirarlos. Y esos desperdicios alimentarios implican la producci¨®n de 3.300 millones de toneladas equivalentes de CO2, lo que sit¨²a al desperdicio alimentario en el tercer lugar de los mayores productores mundiales de gases de efecto invernadero, solo por detr¨¢s de Estados Unidos y China.
El ¡°eficiente¡± sistema capitalista ¨Cy, dentro de ¨¦l, el ¡°eficiente¡± sistema alimentario¨C se permite generar p¨¦rdidas equivalentes a casi 580.000 millones de euros al a?o. Cinco veces el total de la ayuda oficial al desarrollo. Sin comentarios.
Para que un sistema alimentario sea sostenible tiene que garantizar la seguridad alimentaria y la nutrici¨®n para todas las personas en el momento presente de tal forma que no se pongan en riesgo las bases econ¨®micas, sociales y ambientales que permitan proporcionar seguridad alimentaria y nutrici¨®n a las generaciones futuras. Y parece que el actual sistema alimentario no hace ni una cosa ni la otra.
Adem¨¢s, repercute negativamente en el problema del hambre, ya que reduce la disponibilidad de alimentos, tanto en el ¨¢mbito local como global, y afecta tambi¨¦n al acceso a una alimentaci¨®n adecuada debido a que se suelen traducir en subidas de los precios de los alimentos para los consumidores, afectando principalmente a los m¨¢s vulnerables. Por tanto, su reducci¨®n har¨ªa que los sistemas alimentarios fueran m¨¢s justos y sostenibles, con resultados econ¨®micos, sociales y ambientales positivos que superar¨ªan el costo de las medidas aplicadas para dicha reducci¨®n.
Las causas del desperdicio alimentario son complejas y variadas, enraizadas en disfuncionalidades de los sistemas alimentarios o en marcos normativos, pol¨ªticos o institucionales inadecuados. Entre ellas podemos se?alar, por ejemplo, la falta de coordinaci¨®n entre los diferentes actores de la cadena alimentaria y de estos respecto al comportamiento de los consumidores; la tendencia a la estandarizaci¨®n dentro de los sistemas alimentarios y el consiguiente descarte de productos nutricionalmente v¨¢lidos; y la falta de una cultura de ¡°evitar el desperdicio¡±.
Frente a ello, se requieren medidas pol¨ªticas adecuadas y el compromiso de todos los actores de la cadena alimentaria, incluidos los propios consumidores, cuyas decisiones pueden ser especialmente relevantes ya que, cuanto m¨¢s cerca del final de la cadena de valor se desperdicie el producto, m¨¢s costoso ser¨¢, tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como medioambientales.
Afortunadamente, muchas personas est¨¢n dispuestas a asumir un compromiso personal en este tema, revisar y mejorar sus pautas de compra y consumo de alimentos y hacer ver a los dem¨¢s actores de la cadena que hay que hacer frente a este problema. Personas capaces de afirmar:'Yo no desperdicio.'
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.