Hacer algo

He dicho en casa que si me llama Rajoy le digan que no puedo ponerme. Usted deber¨ªa hacer lo mismo. Parece que despu¨¦s de ejercer cuatro a?os de hikikomoriha cogido la gu¨ªa telef¨®nica y est¨¢ invitando a todo el mundo a tomar un caf¨¦ en Moncloa. Nos parece muy bien que salga al fin de su habitaci¨®n y vemos con buenos ojos que se relacione con el mundo, pero no estamos seguros de que no sea una estratagema para volver a encerrarse cuando logre su objetivo. ?Qu¨¦ objetivo? El de que todos y cada uno de los espa?oles le ayudemos a resolver el problema catal¨¢n, que ¨¦l ha provocado en gran medida. Si no nos pidi¨® ayuda para meterse en el l¨ªo, no deber¨ªa solicit¨¢rnosla para salir de ¨¦l. Hacerse mayor no consiste solo en abandonar el dormitorio a las horas de la comidas para socializar con la familia. Implica tambi¨¦n asumir las responsabilidades de los propios actos. Adem¨¢s, le hemos puesto un coche, una casa y un salario fijo para que resuelva las cosas, no para que haga de guardia de tr¨¢fico con ellas.

Hay gente que cuando tiene problemas tiene problemas y gente que logra endilg¨¢rselos al vecino. Lo de Catalu?a nos afecta a todos, desde luego, pero tambi¨¦n nos afectaba la reforma laboral y la sac¨® adelante sin salir de la cama, por decreto. Llevamos cuatro a?os pas¨¢ndole la comida por debajo de la puerta, envi¨¢ndole al m¨¦dico cuando se acatarraba, vigilando que funcionara su conexi¨®n a Internet para que pudiera piratear los partidos de f¨²tbol, y ahora, de repente, aparece como si no hubiera ocurrido nada y dice que hay que hacer algo. Pues claro que hay que hacer algo, pero los que van cayendo en la trampa de responder a la invitaci¨®n salen de su despacho como hab¨ªan entrado. No quiere resolver, quiere que le resuelvan.