Maltrato
Quien conozca mi afici¨®n a la h¨ªpica comprender¨¢ cu¨¢nto llega a repugnarme la fechor¨ªa de ese sujeto
Un motivo m¨¢s para envidiar a los animales: ellos no tienen que soportar a los animalistas y nosotros s¨ª. Veamos: un bruto mata a palos a su caballo despu¨¦s de una mala actuaci¨®n en el hip¨®dromo de trotones de Manacor. Quien conozca mi afici¨®n a la h¨ªpica comprender¨¢ cu¨¢nto llega a repugnarme la fechor¨ªa de ese sujeto. Pero tambi¨¦n me repele que se utilice el caso para generalizar sobre el maltrato que sufren los animales en nuestro pa¨ªs. Precisamente lo sucedido sirve para marcar la diferencia entre tratar a un animal bien, es decir, de acuerdo con los fines para los que ha sido criado (yo dir¨ªa inventado), y maltratarlo, o sea, martirizarlo por puro rencor. Maltratar a un caballo de carreras no es hacerle competir para mantener viva su raza y de paso alegrar los corazones de quienes le admiran, sino castigarlo est¨²pida y brutalmente. Claro que tambi¨¦n se les maltratar¨ªa suprimiendo los hip¨®dromos por razones falazmente ¡°humanitarias¡± y conden¨¢ndolos a la extinci¨®n¡
Los medios informaron profusamente del episodio de Manacor, pero nada dijeron en cambio de que en esas mismas fechas se disput¨® en el hip¨®dromo de Madrid el D¨ªa de Campeones, donde pudo verse competir a nuestros mejores amigos equinos, ante la emoci¨®n de quienes m¨¢s les apreciamos. Esa jornada brillante no interesa, porque s¨®lo tienen morbo informativo en lo que respecta a la h¨ªpica los accidentes, los fraudes o las burradas de los malnacidos. Imag¨ªnense que al f¨²tbol o al automovilismo se los tratase igual¡ Dedico esta nota a Michelle Payne, primera mujer que ha ganado la Melbourne Cup, la carrera que paraliza a una naci¨®n. De familia h¨ªpica, Michelle sabe c¨®mo debe tratarse correctamente a un animal, sin confundirle con una reencarnaci¨®n con cuatro patas de su t¨ªa solterona.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.