Tiene 25 a?os y fotograf¨ªa a sofisticadas chicas desnudas de su edad

Las modelos de la fot¨®grafa Tamara Lichtenstein parecen sentirse tremendamente c¨®modas en su piel. ¡°Es lo ¨²nico que pido de una modelo: que est¨¦ c¨®moda con su aspecto. No hay nada m¨¢s hermoso que alguien a gusto consigo mismo ni nada m¨¢s frustrante que trabajar con alguien que est¨¦ preocupado por c¨®mo se le ve¡±, explica. En muchas de sus instant¨¢neas, parece que esas chicas desnudas que se estiran en una azotea, leen o se exponen al sol como hojas haciendo la fotos¨ªntesis, no supieran que hay una c¨¢mara apunt¨¢ndoles, como si nadie les diera instrucciones y la fot¨®grafa fuera una francotiradora aguardando pacientemente en un rinc¨®n a hacer un ¨²nico disparo perfecto. Ese en el que todo se alinea en un momento especial.

Uno sabe que eso es imposible, que el trabajo de la autora tiene mucho m¨¢s de editorial de moda que de espontaneidad. Tamara ha disparado campa?as para Converse o Urban Outfitters y en 2013 public¨® su primer libro, Between me and the sea.

Una cosa curiosa de las im¨¢genes de Lichtenstein es que no se echa de menos el resto de la serie. Uno no se pregunta qu¨¦ pas¨® antes ni qu¨¦ ocurri¨® despu¨¦s de que apretara el disparador. ¡°Soy fot¨®grafa, pero espero que mi trabajo haga que la gente perciba una historia. Quiz¨¢s que cree su propia historia a partir de lo que ven. Nunca he sido una buena escritora¡±, explica.

Las modelos viven en un mundo donde Terry Richardson no es un s¨¢tiro, sino un agradable viejo verde. Y como Richardson, Tamara Lichtenstein parece empe?ada en que lo perfecto parezca imperfecto. ¡°En realidad, amo las imperfecciones de mis fotos. Nunca intento cambiarlas demasiado¡±, dice. Es una de las instigadoras de la vuelta a lo anal¨®gico que han salido del mundo de la fotograf¨ªa en Internet. ¡°Llevo ocho a?os disparando con pel¨ªcula. Mi c¨¢mara digital est¨¢ cogiendo polvo en alguna estanter¨ªa¡±, revela.

Consigue as¨ª que cosas absurdas ¨Cuna modelo en una postura imposible, apoyada sobre los codos y las rodillas encima de un lavabo, por ejemplo¨C parezcan naturales. Ni siquiera el erotismo resulta forzado. En manos de cualquier otro esas chicas desnudas con esas miradas de deseo podr¨ªan resultar vulgares. Pero la actitud relajada y los ¨¢ngulos imposibles logran que la privacidad de las modelos quede intacta por muy desnudas que est¨¦n.

¡°Siempre me ha fascinado la feminidad y el cuerpo femenino. Aunque estar desnuda te puede hacer sentir poderosa, no creo que haya que estarlo para ser femenina. Siempre me ha dado la impresi¨®n de que las mujeres sienten rechazo a ense?ar demasiada piel, por eso intento demostrar que estar desnudo es algo hermoso y delicado¡±, comenta la artista.

Lichtenstein naci¨® en Bolivia, pero se cri¨® en Houston, Texas. Est¨¢ casada y se ha hecho famosa fotografiando mujeres desnudas en instant¨¢neas que tienen algo de er¨®tico y mucho de m¨¢gico. Las chicas de Tamara parecen vivir en un lugar donde la temperatura es perfecta para vivir sin ropa, donde el sol siempre brilla y al reflejarse en sus cuerpos las hace recargarse como un m¨®vil reci¨¦n enchufado.

Las chicas de Tamara son muy j¨®venes. ¡°La juventud siempre me ha resultado inspiradora. Esa desinhibici¨®n, esa pasi¨®n¡­ Tengo 25 a?os, as¨ª que habitualmente fotograf¨ªo a gente de mi edad. Estoy segura de que, seg¨²n vaya haci¨¦ndome mayor, ellas tambi¨¦n¡­ Espero¡±.