Por fin vas a entender lo que las galletas de la fortuna te quieren decir
El artista ingl¨¦s James Springall coloca en un contexto distinto las frases que suenan a chino de las galletas de la fortuna para que todo quede mucho m¨¢s claro
¡°No podemos dirigir el viento pero s¨ª ajustar las velas¡±; ¡°ser¨¢s feliz durante el resto de tu vida¡±; ¡°uno de tus sue?os se har¨¢ realidad¡±; ¡°un amigo s¨®lo requiere tu tiempo, nunca tu dinero¡±; ¡°todo el mundo se siente atra¨ªdo hacia ti¡±¡ ?Qui¨¦n no ha ligado alguna vez su destino o la toma de alguna decisi¨®n importante a un acto tan est¨²pido y azaroso como la frase inserta en una galletita de la suerte?
Semejante mecanismo absurdo fue el que debi¨® de guiar al artista James Springall (Reino Unido, 1977 ¡°el a?o que muri¨® Elvis y nacieron los Sex Pistols¡±, puntualiza) a marcarse una serie basada en esos mensajes que el caprichoso sino coloca al tunt¨²n en estos sospechosos dulces. ¡°Eleg¨ª las galletas de la fortuna por su ambig¨¹edad, su humor y su m¨ªstica. Hay ah¨ª una mezcla de esa parte de nosotros que quiere creer y ese no saber muy bien la verdad de las cosas, esa parte de misterio que se ha perdido un poco en nuestra era digital¡±, explica.
A partir de eso, construy¨® estas cr¨ªpticas im¨¢genes siguiendo la marca de la casa: ¡°Surrealista, l¨²dico, sexy¡±. La cantidad de galletas que Springall tuvo que zamparse para alumbrar esta serie no ha sido desvelada. ¡°Al final, todas las cosas se revelar¨¢n¡±, recuerda.
El artista, que anda ahora colaborando con el genio del collage Nil Ultra y ¡°destrozando¡± algunos hermosos y antiguos libros sobre el nacimiento del arte griego, se confiesa un adicto al arte de cortar y pegar. ¡°Es un medio muy directo y me encanta su inmediatez. Es una grand¨ªsima manera de lograr un mensaje r¨¢pido y sucinto. Soy un tipo impaciente, as¨ª que es perfecto para m¨ª¡±.
Eso, y la posibilidad de crear mundos extra?os e ignotos en las mentes humanas, fue lo que sedujo definitivamente a Springall del collage. Y como buen collagero prefiere el material proveniente de revistas y libros antiguos (algunos datan de 1940) pero no le hace ascos a esas revistas gratuitas que de manera inopinada aterrizan en su buz¨®n y que tan bien combinan con esa nost¨¢lgica est¨¦tica. Y es que ya se sabe: ¡°para ser viejo y sabio, primero hay que ser joven y est¨²pido¡±.
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