As¨ª piensa el hombre detr¨¢s de lo que todos hablamos, Instagram
Kevin Systrom, fundador de la red social, tiene 31 a?os y 400 millones de clientes. Todo empez¨® con una foto de la chancla de su novia. Nos los cuenta
Concord, Massachusetts (EE UU), un peque?o pueblo a las afueras de Boston, es famoso desde el 19 de abril de 1775: unas tropas brit¨¢nicas se encontraron all¨ª con un ej¨¦rcito de colonos americanos dispuestos a conseguir la independencia a golpes, y el encontronazo que surgi¨® de ah¨ª marc¨® el comienzo de la Guerra de Independencia. La gran revoluci¨®n americana. Dos siglos despu¨¦s, Concord, Massachusetts, tambi¨¦n ser¨ªa la tierra en la que Kevin Systrom, un estudiante del Instituto Middlesex ducho en inform¨¢tica, se enamorar¨ªa de la fotograf¨ªa.
Estaba de vacaciones en M¨¦xico y ojal¨¢ hubiera sabido que era la primera foto porque me hubiera esmerado m¨¢s. Era mi perro, el pie de mi novia con una chancla, y ya"
¡°No era buen fot¨®grafo, pero me apasionaba el componente qu¨ªmico del proceso. Retratar im¨¢genes era para m¨ª una combinaci¨®n muy exacta de arte y ciencia: hab¨ªa que estar en el momento correcto, pero tambi¨¦n usar los productos qu¨ªmicos correctos. Entonces todav¨ªa hab¨ªa que meterse en un cuarto oscuro para revelar los negativos, ?te acuerdas?¡±, cuenta ahora Systrom, en la primera entrevista que concede a un medio espa?ol. Tiene 31 a?os, una empresa con 400 millones de clientes en todo el mundo y media docena de asistentes alrededor que asienten al o¨ªr la pregunta ret¨®rica. ¡°Pues ah¨ª me encontrabas todo el rato. Cuando todo se encamin¨® hacia lo digital, me pasaba el d¨ªa en Photoshop. As¨ª tambi¨¦n pod¨ªa modificar la foto una vez sacada. En realidad, Instagram no es m¨¢s que eso. Pero automatizado con logaritmos preprogramados¡±.
Instagram es mucho m¨¢s que eso, obviamente. Es una de las redes sociales m¨¢s utilizadas del mundo: en septiembre anunci¨® que hab¨ªa alcanzado los 400 millones de usuarios, la cuarta m¨¢s concurrida del mundo. Tambi¨¦n es una de las empresas m¨¢s rentables de Silicon Valley: de las pocas que se ha permitido ser rentable con la publicidad que empez¨® a insertar entre su contenido a finales de septiembre. Como marca, es la instituci¨®n de referencia en la d¨¦cada del selfi, y su est¨¦tica de filtros y encuadres forzados se ha convertido en la de todo el mundo (The New York Times ha hecho portadas s¨®lo con sus fotos). Pero su ¨¦xito m¨¢s revolucionario es que ha logrado que todos juguemos con las im¨¢genes como Systrom hac¨ªa en Concord. As¨ª, Instagram ha hecho de la fotograf¨ªa casera ¨Cla captura de detalles que encapsulan un paisaje, la congelaci¨®n de momentos que resumen d¨ªas enteros¨C la verdadera jerga del siglo XXI. ¡°Antes, la fotograf¨ªa se trataba m¨¢s como una forma de arte, ahora la gente la utiliza para expresar eficazmente lo que les est¨¢ pasando¡±, razona.
La verdadera cuesti¨®n ahora es qu¨¦ les queda por conquistar, y Systrom tiene ya la respuesta: ¡°El presente. Nuestro objetivo ahora es que Instagram sirva para ver qu¨¦ est¨¢ pasando en tiempo real¡±, explica Systrom, todo ingeniero, con discurso lento, seguro, m¨¢s l¨®gico que divertido. ¡°Vamos a mostrar los hashtags m¨¢s usados en cada momento: un debate presidencial, un concierto de Taylor Swift, los premios de MTV, un partido de f¨²tbol... Vamos a recomendar las cuentas que mejor muestren cada acontecimiento. Lo estamos probando en Estados Unidos y est¨¢ funcionando. Dentro de poco lo ver¨¦is en Europa. Ayer Instagram iba sobre tus amigos. Ma?ana ir¨¢ sobre el ahora mismo¡±.
Este no siempre fue el objetivo, pero el estilo de gesti¨®n de Systrom siempre ha consistido en dejar que Instagram le indique hacia d¨®nde ir. Incluso cuando no se llamaba Instagram, sino Burbn, y pretend¨ªa servir para que los usuarios publicaran su ubicaci¨®n. Entonces era 2009, y Systrom la estaba desarrollando con Mike Krieger, un compa?ero de la Universidad de Stanford que hoy es la segunda persona m¨¢s importante en Instagram. ¡°?l es un poco m¨¢s joven que yo e iba un par de cursos por detr¨¢s, pero un d¨ªa nos encontramos en una cafeter¨ªa cuando yo ya estaba buscando un cofundador. Le convenc¨ª para que dejara su trabajo y se viniera conmigo¡±, recuerda Systrom. No tardaron en dar su primer volantazo. No lograban desarrollar la tecnolog¨ªa necesaria para su objetivo y, de todas formas, Foursquare ya permit¨ªa hacer exactamente lo mismo y ten¨ªa millones de usuarios. No pod¨ªan dar un servicio de geolocalizaci¨®n con opci¨®n de subir fotos. Pero pod¨ªan hacer algo m¨¢s simple que a Systrom le despert¨® pasiones hist¨®ricas: un servicio de subida de fotos con opci¨®n de geolocalizarlas.
El 16 de julio de 2010, cuatro meses antes de presentar al p¨²blico lo que ya se llamaba Instagram, Systrom prob¨® a subir una foto y termin¨® dando otro volantazo. ¡°Estaba de vacaciones en M¨¦xico y ojal¨¢ hubiera sabido que era la primera foto porque me hubiera esmerado m¨¢s. Era mi perro, el pie de mi novia, que ahora es mi prometida, con una chancla, y ya. Est¨¢ tomada con el filtro XProII, que era el primero que hicimos y que estaba probando. En esas vacaciones, mi novia me hab¨ªa advertido: ¡®No voy a sacar fotos con tu invento porque no quiero publicar fotos malas. Las de tus amigos salen muy chulas porque tienen los colores m¨¢s vivos y est¨¢n modificadas¡¯.
Queremos que Instagram muestre qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en tiempo real. Antes iba sobre tus amigos. Ahora va sobre el ¡®ahora mismo¡±
¡®Claro, son filtros¡¯.
¡®Pues igual deber¨ªas poner filtros en tu aplicaci¨®n¡±.
Dos a?os despu¨¦s, Instagram ten¨ªa cien millones de usuarios en todo el mundo y se convert¨ªa en la aplicaci¨®n de crecimiento m¨¢s r¨¢pido de la historia. Systrom, apasionado de los espirituosos finos, lo celebr¨® abriendo por fin una botella de whisky de cien a?os que ten¨ªa guardada. ¡°?ramos 50 empleados y todos pudieron probar aunque fuera un poco. Ahora somos 300, no s¨¦ c¨®mo voy a celebrar lo siguiente. Tengo que comprarme unas botellas de vino muy bueno¡±.
Cuesta imaginar qu¨¦ puede ser ¡°lo siguiente¡±. A sus espaldas tienen el problema de todas las revoluciones: tras medrar a base de hitos, toca mantenerse en la estabilidad. Y de cara les viene el peor enemigo de Silicon Valley: la longevidad. Una gran aplicaci¨®n puede vivir unos a?os sin ser rentable (Twitter sigue sin serlo), pero no muchos. Y con los cobros o los anuncios, viene la irrelevancia. Systrom cuenta con la facilidad definitiva, el apoyo de Facebook, que compr¨® Instagram por mil millones de d¨®lares (unos 944 millones de euros) en 2012. ¡°Trabajar para Facebook es bastante c¨®modo¡±, admite. ¡°S¨®lo compartimos mantenimiento, servidores, antivirus y recursos humanos. Tenemos nuestro propio modelo¡±.
C¨®mo Instagram se aferre al futuro, teniendo todo para triunfar y todo para caer, ser¨¢ una lecci¨®n para la industria tecnol¨®gica, que a¨²n no ha resuelto c¨®mo hacerse mayor. De ah¨ª los anuncios. De ah¨ª la estrategia de Systrom de dejar de mirarnos a nosotros para mirar alrededor. ¡°Es lo que quieren los usuarios¡±, justifica el ¨²ltimo revolucionario de Concord. ¡°Y es la mayor ventaja que tenemos¡±.
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