Si esto es una guerra

Lamento el lenguaje fr¨ªo, pero es preciso mantener la cabeza, el c¨¢lculo y la estrategia fr¨ªas, sobre todo si la sangre est¨¢ muy caliente.

Si esto es un ataque terrorista, no estamos desprovistos de cobertura. Apl¨ªquese la ¡°cl¨¢usula de solidaridad¡± del Tratado de Funcionamiento de la Uni¨®n Europea. Dicta el art¨ªculo 222 que la Uni¨®n y sus socios ¡°actuar¨¢n conjuntamente con esp¨ªritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista¡±, y para ello ¡°movilizar¨¢ todos los instrumentos de que disponga¡±, incluidos los ¡°medios militares¡± adecuados.

Seguro que hay muchas maneras de actuar ¡°conjuntamente con esp¨ªritu de solidaridad¡±. La clave es que se identifique la mejor manera de hacerlo, se defina el objetivo, se concreten los medios y se apoye, desde la fuerza de los Veintiocho y no solo desde la complicidad de los ciudadanos, a los franceses.

Esto significa que, m¨¢s all¨¢ de los (imprescindibles) mensajes de solidaridad, los Gobiernos y la Uni¨®n deben tomar medidas.

Pero ?y si esto es m¨¢s que un ataque terrorista? ?y si esto, como reitera Par¨ªs, significa que estamos en guerra? Habr¨¢ que aclararse si es que nos hacen la guerra, si la hacemos, si la hemos declarado, lo que sea. Todo conlleva matices.

Pero dentro de los matices, lo que parece jur¨ªdicamente fuera de duda es que, por lo menos, el Estado Isl¨¢mico est¨¢ en guerra con Francia, o m¨¢s sencillo, la ataca mediante las armas.

Hay cobertura para este caso, ¡ªde mayor envergadura que el anterior¡ª: el art¨ªculo 5 del Tratado de Washington, que fund¨® la Alianza Atl¨¢ntica. Dice: ¡°Las partes convienen en que un ataque armado contra una o varias de ellas (...) se considerar¨¢ como un ataque dirigido contra todas ellas¡± y por tanto todas y cada una deber¨¢n responder en comandita con las medidas ¡°necesarias¡±. Es la ¡°cl¨¢usula de defensa com¨²n¡±.

Claro que habr¨¢ que apelar a la juridicidad (acuerdo de la ONU, Consejo de Seguridad); a la proporcionalidad; a la reafirmaci¨®n de la ¡°justa causa¡± en este caso, de leg¨ªtima defensa y objetivo claro; a la ¡°recta intenci¨®n¡± que incluye una vara igualitaria de medir; al principio del uso de la fuerza como ¡°¨²ltimo recurso¡±, y a su eficacia. Admitamos que los art¨ªculos 222 de Lisboa y 5 de Washington no son la panacea. Que nos indiquen una v¨ªa mejor.