Descomposici¨®n

El proceso secesionista y la corrupci¨®n pujolista someten a la vida p¨²blica catalana a una acelerada descomposici¨®n. El partido de Artur Mas, Converg¨¨ncia (CDC), exhibe una putrefacci¨®n tan avanzada que hasta su l¨ªder lo dio ayer por enterrado. Asegur¨® que la alianza de CDC con dos grupos sat¨¦lites para el 20-D preludia un nuevo partido. Pero como ser¨¢ el suyo y de los dirigentes convergentes y practicar¨¢ su pol¨ªtica ventajista, ser¨¢ el partido de siempre: el de los pujolistas ¡ªahora¡ª separatistas. Quienes no han adoptado el nuevo credo y recelan de los pactos con la extrema izquierda antieuropea (la CUP) para salvar a su amortizado l¨ªder se van dando de baja: en los cargos, en la militancia, en el voto y en la adhesi¨®n al solitario presidente en funciones.

El acta de defunci¨®n de CDC no se acompa?a de alborozos entre los afines. La escu¨¢lida manifestaci¨®n de ayer de la Assemblea Nacional Catalana para presionar a la CUP en defensa de reeditar la desastrosa presidencia de Mas demuestra que la agitaci¨®n continua tiene l¨ªmites; que la unidad es m¨¢s endeble de lo que aparenta, como demostr¨® la contraprogramaci¨®n de actos por CDC y Esquerra, que intuyeron su estrepitoso fracaso; y que sin el descarado apoyo medi¨¢tico oficialista, el club de fans moviliza un m¨¢ximo de 2.000 fieles. En la otra acera, las tentaciones pactistas de algunos dirigentes de la CUP ante las s¨²plicas de Mas empezaron a recibir contestaci¨®n callejera.

El secesionismo se ha apoltronado en la par¨¢lisis, a ver si el paso del tiempo sutura sus fracturas internas y le permite investir alg¨²n presidente. Nada peor. En lo inmediato impide resolver problemas urgentes; y en el medio plazo, cualquier presidente que dependa de un programa de Gobierno dise?ado por los 10 diputados antisistema y de su voto cotidiano solo podr¨¢ ejercer como Gobierno antisistema.

Por eso acierta el C¨ªrculo de Econom¨ªa al reclamar un giro rotundo, configurando una mayor¨ªa parlamentaria ¡°estable y respetuosa con la legalidad¡±, o en su defecto, la convocatoria de nuevas elecciones. Y es que la resoluci¨®n parlamentaria de ruptura firmada por CDC, Esquerra y la CUP ha producido ¡°desde el minuto uno¡± consecuencias muy negativas para los catalanes. La deuda ha sido rebajada a bono basura, y grandes grupos empresariales han anunciado el traslado de sus sedes fuera de Catalu?a: lo ha hecho el del presidente de los hoteleros barceloneses, Jordi Clos (Derby); el holding de la primera compa?¨ªa de aguas, Agbar (Suez Environnement), a?adi¨¦ndose al del l¨ªder agroalimentario Vall Company o al de la pujante tecnofarmac¨¦utica Grifols. Presumiendo quiz¨¢ la ignorancia de sus votantes, el candidato pujolista para el 20-D, Francesc Homs, atribuye estas deserciones a razones fiscales o de cohesi¨®n: ?como si estas se hubiesen modificado en los dos ¨²ltimos a?os!

Y el refuerzo del control del Gobierno sobre los recursos del fondo de liquidez auton¨®mica (FLA) a la Generalitat carecer¨ªa de justificante de no mediar la resoluci¨®n rupturista. Pues hasta ahora, ni un euro del FLA ha ido a sufragar actividades ilegales. Pero es que ninguna instituci¨®n hab¨ªa proclamado oficialmente su determinaci¨®n de desacatar la legalidad constitucional.