El muchacho de la gorrilla

Grabando un personaje epis¨®dico para una serie de televisi¨®n, mi partenaire Malena Alterio (bon¨ªsima actriz y graciosa a m¨¢s no poder, no hace falta ni decirlo) me pregunt¨® por un muchacho con gorrilla que me acompa?aba a todos lados y que, de vez en cuando entre toma y toma, me hablaba aparte. ?Es tu coach? No ¡ªle respond¨ª sonriente¡ª Es mi adulador personal. ?C¨®mo? ¡ªen su cara se dibuj¨® la suspicacia¡ª ?Adulador personal? ?Me tomas el pelo? No, sweet Malena, en absoluto. Se ocupa de masajearme el ego y mantenerme siempre el ¨¢nimo arriba y te dir¨¦ que es bastante bueno y eficaz. Me dice cosas como: ¡°?Qu¨¦ bien has estado! ?Qu¨¦ gracioso y qu¨¦ cre¨ªble! Y eso que has improvisado¡­ ?genial! Todo el equipo est¨¢ comentando lo divertido que est¨¢s, Consideran que no han visto cosa igual en la comedia¡­ ?Lo flipan contigo cosa b¨¢rbara! Bueno, con decirte que muchas veces el director no se puede contener la risa¡±. Y no te creas que se repite, cada d¨ªa crea nuevos halagos para m¨ª. Luego adem¨¢s, tiene un servicio extra, que por un poco m¨¢s de dinero, te proporciona excusas en el caso de que las necesites: ¡°No es culpa tuya, es el guion. ?Qui¨¦n puede decir esas frases bien? Nadie. Ni son veros¨ªmiles ni suenan bien ni tienen gracia ni nada¡­ Normal que tengas que repetir tantas veces. ?Ah! Y que sepas que tus compa?eros te est¨¢n haciendo la cama, te dan mal las r¨¦plicas, te quitan la luz, te desconcentran con cucamonas¡­ Pero pese a ello, todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que eres el ¨²nico que se salva¡±. Si quieres puedo darte su tel¨¦fono. Malena no contest¨® nada. Ella se lo pierde.

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