?Puede una ciudad sobrevivir sin publicidad?
El paisaje de nuestras ciudades se ha convertido en un escaparate inacabable de productos, servicios, logotipos, slogans que han sido visualmente introducidos e impuestos en casi todos los aspectos de la vida p¨²blica. Desde vallas publicitarias, veh¨ªculos, fachadas y hasta personas, los mensajes que las marcas comercializan a los consumidores se han vuelto dif¨ªciles de ignorar.
Hombre panel en Piccadilly Circus, Londres.
Desde el punto de vista urban¨ªstico, en la ciudad de Sao Paulo fue aprobada la Ley Ciudad Limpia en 2007, la cual acababa con la asfixia visual de la metr¨®poli. La ciudad carioca decidi¨® retirar parte de la publicidad exterior de sus calles, as¨ª como cualquier elemento considerado ¡°contaminante visual¡±, ya que los carteles publicitarios hab¨ªan crecido desmesuradamente y la saturaci¨®n lleg¨® a ser contraproducente para los anunciantes.
Tras la Ley Ciudad Limpia, m¨¢s de 15.000 carteles y 300.000 signos de grandes dimensiones fueron eliminados de la ciudad. A pesar de ser en aquel momento una soluci¨®n radical, a d¨ªa de hoy la ciudad brasile?a cataloga la acci¨®n como emblem¨¢tica y necesaria.
Otras grandes capitales han seguido el ejemplo de Brasil, as¨ª como Chennai (India), que en 2009 prohibi¨® las vallas publicitarias, o Par¨ªs (Francia), que lanz¨® un plan para reducir a un tercio el n¨²mero de paneles publicitarios. Este a?o 2015, Teher¨¢n (Ir¨¢n) ha sustituido durante 10 d¨ªas 1.500 vallas publicitarias por obras de arte y Grenoble, la capital de los Alpes Franceses, ha sido la primera ciudad europea con la esperanza de limpiar las calles de los avances del marketing en pos de expresiones art¨ªsticas.
La alcald¨ªa de Grenoble, liderada por Eric Piolle, defiende la est¨¦tica del paisaje y la preservaci¨®n de la naturaleza. Los publicistas franceses, en cambio, reclaman libertad de expresi¨®n. Desde enero, m¨¢s de 300 estructuras publicitarias al aire libre fueron derribadas con la esperanza de utilizar esos espacios como lugares para la expresi¨®n p¨²blica. Ex-puntos adicionales de publicidad son ahora utilizados para promover grupos locales tanto culturales y sociales. Adem¨¢s, m¨¢s de 50 ¨¢rboles j¨®venes reemplazan las antiguas vallas publicitarias de la ciudad.
A pesar de que todas estas ciudades no son del todo ¡°libres de publicidad¡±, es importante destacar el hecho de poner freno a un campo, que a d¨ªa de hoy, es muy dif¨ªcil de controlar. El objetivo que todas ellas persiguen no es solo librarse de toda propaganda visual sino el de conservar y respetar la arquitectura de la ciudad.
Cada vez son m¨¢s los ciudadanos que reclaman ciudades limpias de masificaci¨®n publicitaria. Muchos profesionales creativos comparten esta idea de ¡°ciudades limpias de propaganda¡±, so?ando e ilustrando un cambio a trav¨¦s del arte como, por ejemplo, el fot¨®grafo austr¨ªaco Gregor Graf, en su serie titulada Ciudad Oculta donde muestra tomas de Londres al desnudo, o Nicolas Damiens, dise?ador gr¨¢fico franc¨¦s, que en su serie titulada Tokyo Without Ads (Tokyo sin anuncios), desnuda las fren¨¦ticas calles de la ciudad nipona.
El colectivo neoyorkino Re+public, bajo una iniciativa llamada ¡°No Ad¡±, ha creado una aplicaci¨®n de realidad aumentada que permite ver el metro de New York sin carteles publicitarios, sustituy¨¦ndolos por obras de arte.
En cambio, el artista norteamericano Stephen Glassman propone reemplazar los carteles publicitarios de las v¨ªas p¨²blicas por bosques de bamb¨². Su proyecto ¡°Urban Air¡± o Aire Urbano, se encuentra a¨²n en fase de financiamiento en la plataforma Kickstarter, esperando ser implantado eventualmente en distintos lugares.
Mientras unos consideran la opci¨®n que tom¨® la ciudad de Sao Paulo como medida necesaria, otros la encuentran un atropello autoritario¡ ?Estar¨ªamos dispuestos a hacer este cambio en nuestras ciudades? ?Hasta qu¨¦ punto estas gigantescas estructuras, estimulantes de deseos a ser consumidos, son parte constructiva de la ciudad?
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