Tres reglas de estilo 'viejunas' que debemos reivindicar

El chaleco de punto

De las prendas de nuestro armario que no son abiertamente elegantes como el esmoquin o la corbata, hay pocas que escapen de la tiran¨ªa de lo rudo. Los jerseys de rayas, por ejemplo, eran el uniforme de los pescadores bretones. Algo similar ocurre con el pantal¨®n militar: ropa con pasado utilitario, de masculinidad calvinista, incluso sacrificada. El chaleco de punto, en cambio, no sirve para mucho (deja fr¨ªos los brazos), es absolutamente inofensivo (Daniel Craig nunca se lo pondr¨ªa) y, como se lleva en casa o bajo el abrigo, suele tener los colores que le dan paz a su usuario. El chaleco de punto resulta revelador, y es amable, como cuando le hacen una foto por sorpresa y se ve simp¨¢tico.

Daniel Garc¨ªa, director de moda y belleza de ICON.

Escribir con estilogr¨¢fica

¡°?Yo no escribo cosas tan importantes!¡±, se lamentaba hace poco una redactora a quien hab¨ªan regalado una estilogr¨¢fica. Como ella, puede que usted considere este instrumento como una forma innecesariamente sofisticada de complicar un gesto muy sencillo. Por eso, antes de que la caligraf¨ªa desaparezca de las escuelas y que las pantallas t¨¢ctiles nos gobiernen, piense que el rasgueo del plum¨ªn sobre el papel tiene algo de heroico frente al traqueteo del teclado. Visto con frialdad, si las cadenas de montaditos conviven con la cocina molecular, no hay p¨ªxel capaz de acabar con la tinta. Y no hablamos s¨®lo de los modelos de lujo. El experto los agradece, pero no los exige. Una pluma asequible escribe mejor que el bol¨ªgrafo m¨¢s tecnol¨®gico, cuesta menos que una cerveza artesana y le da otro tipo de soltura.

Carlos Primo, redactor de moda de ICON.

Si tienes canas no hagas 'skate' Un hombre adulto debe tener menos ropa, pero de mejor calidad: una camisa a medida, un pantal¨®n de pinzas que le quede perfecto y alguna concesi¨®n al cashmere. Una imagen mucho m¨¢s rotunda y s¨ª, menos juvenil. Es ley de vida. Hay que asumir nuevas edades, nuevos roles y nuevas prendas. Hay que decir adi¨®s a las recetas que prometen la eterna juventud, y sobre todo a la quintaesencia del peterpanismo radical: el monopat¨ªn. Mientras usted se aferra trabajosamente a una lozan¨ªa energ¨¦tica que se escapa entre sus ruedas, se cuela todo lo dem¨¢s: las camisetas con mensaje, las gorras del rev¨¦s, las zapatillas de loneta destrozada, los pantalones ca¨ªdos o con rotos controlados y, por supuesto, los pitillo. Josie, estilista, 'showman' televisivo, erudito de la moda e ide¨®logo de la vida en general.