Causas ¨²ltimas
La complejidad del terrorismo yihadista hace imposible reducirlo a una sola causa que nos permita erradicar el problema de forma certera, r¨¢pida y definitiva
Se habla de las ¡°causas ¨²ltimas¡± del terrorismo yihadista, un confuso magma en el que se mezcla la marginaci¨®n que sufren los j¨®venes de origen norteafricano con los distintos modelos de integraci¨®n de minor¨ªas. Algunos se alarman cuando la conversaci¨®n se desliza por esos derroteros pues temen que haya una delgada l¨ªnea entre intentar explicar el fen¨®meno de la radicalizaci¨®n de esos j¨®venes, en gran n¨²mero europeos, que se han venido sumando al Estado Isl¨¢mico, y una eventual justificaci¨®n de la barbarie terrorista.
Es esta, sin embargo, una cr¨ªtica injusta e infundada: si queremos ser eficaces en la lucha contra el terrorismo debemos entender el fen¨®meno en toda su complejidad. Pero ese es precisamente el problema: que la complejidad del fen¨®meno hace imposible reducirlo a una sola causa que nos permita erradicar el problema de forma certera, r¨¢pida y definitiva. Porque en el terrorismo yihadista, adem¨¢s de los elementos mencionados, influyen muchos otros: desde los legados coloniales hasta las divisiones entre chi¨ªes y sun¨ªes, la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, la guerra de Irak, el papel de Ir¨¢n y Turqu¨ªa o el patrocinio por parte de las monarqu¨ªas del Golfo P¨¦rsico de una visi¨®n intransigente del islam, entre otras. La violencia tiene, adem¨¢s, elementos epid¨¦micos pues genera din¨¢micas que se autoalimentan.
Por tanto, aunque dediquemos mucho esfuerzo a entender y atajar esas causas, los resultados, de lograrse, tardar¨¢n d¨¦cadas en verse. Pensemos que han sido necesarios casi 40 a?os de democracia para que la violencia terrorista de ETA llegara a su fin, y aun as¨ª la organizaci¨®n no se ha disuelto todav¨ªa formalmente. Y la magnitud del desaf¨ªo yihadista supera en cientos de ¨®rdenes al terrorismo de ETA en cuanto a fanatismo, perversi¨®n ideol¨®gica, ambiciones y nivel de violencia. Con el Estado Isl¨¢mico no va a haber una negociaci¨®n ni un proceso de paz. Pero si la presi¨®n exterior lo debilita lo suficiente para que pierda atractivo y con ello capacidad de reclutamiento, entonces en las comunidades donde est¨¢ asentado podr¨¢n surgir alternativas que lo desplacen o expulsen. Por eso, tan importante como luchar contra las causas es luchar eficazmente contra las consecuencias. @jitorreblanca
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