Una cooperaci¨®n basada en el conocimiento

Desde hace ya varios a?os los distintos responsables pol¨ªticos de la cooperaci¨®n espa?ola (CE) se han comprometido en avanzar hacia una cooperaci¨®n m¨¢s basada en el aprendizaje y el conocimiento a fin de mejorar su calidad y eficacia, en l¨ªnea con la tendencia de la ayuda internacional. Tanto el III Plan Director (2009-2012) como el IV Plan Director (2013-2016) se?alan que la implantaci¨®n de un sistema de gesti¨®n del conocimiento constituye uno de los principales retos de la CE.

Se tratar¨ªa por ejemplo de apoyar la generaci¨®n de conocimientos a trav¨¦s de la investigaci¨®n; sistematizar aprendizajes para mejorar la pr¨¢ctica elaborando gu¨ªas operativas; difundir conocimientos entre distintos actores creando redes de intercambio y aprendizaje mutuo; y aplicar el conocimiento a problemas concretos de desarrollo apoyando proyectos de innovaci¨®n. Y sin embargo, en todo este tiempo tan solo se han puesto en marcha en la CE algunas iniciativas que, aunque van en la buena direcci¨®n, como es el caso del impulso a la evaluaci¨®n, son aisladas y no responden a un planteamiento integral ni estrat¨¦gico.

Ahora que nos toca empezar a pensar en c¨®mo mejorar la pol¨ªtica de desarrollo para el siguiente ciclo pol¨ªtico, considero oportuno reflexionar sobre el papel del conocimiento en la cooperaci¨®n espa?ola y c¨®mo ir dando pasos para avanzar hacia esos compromisos de los Planes Directores que seguro compartimos muchos profesionales de la cooperaci¨®n. No pretendo hacer un an¨¢lisis exhaustivo sobre todos los aspectos del conocimiento y su gesti¨®n ni dar las soluciones m¨¢gicas para la CE. Se trata de compartir algunas reflexiones fruto de mi reciente estancia en la Universidad de Manchester realizando un master sobre ¡°Development Management¡± y diez a?os trabajando en la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID), que espero sirvan para animar el debate entre los profesionales de organizaciones de desarrollo.

?Por qu¨¦ es importante el conocimiento para la CE? Por varias razones. Primera, para mejorar la calidad y sobre todo la eficacia de nuestra actuaci¨®n. La Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n acaba de cumplir 25 a?os y seguro que en todo este tiempo ha contribuido a procesos de desarrollo y a la lucha contra la pobreza en los pa¨ªses socios. Pero siendo sinceros, no sabemos mucho de los resultados que se han logrado. Sin un seguimiento adecuado de las intervenciones y un an¨¢lisis riguroso de la informaci¨®n es dif¨ªcil saber si hemos contribuido a procesos de desarrollo, es dif¨ªcil aprender de los ¨¦xitos y de los errores. Y entonces, la planificaci¨®n y la toma de decisiones se convierten en procesos fruto de la inercia o de la discrecionalidad m¨¢s que de la evidencia. Pero es que adem¨¢s, tenemos una cooperaci¨®n de transmisi¨®n oral. Seguro que hay mucho conocimiento y aprendizajes en las cabezas de personas que pasaron y otras que a¨²n est¨¢n en la organizaci¨®n pero ese conocimiento no est¨¢ institucionalizado, no ha quedado para la CE porque no tenemos cultura de escribir ni de publicar. Entono mi mea culpa. Tras cinco a?os como responsable de la Unidad de Planificaci¨®n, Eficacia y Calidad (UPEC) de la AECID, no he publicado nada de todos los procesos que hemos puesto en marcha ni de nuestros aprendizajes en ese tiempo.

Siendo sinceros, no sabemos mucho de los resultados que se han logrado

Segunda raz¨®n: para posicionarnos en los debates internacionales sobre desarrollo y ayuda. Para ello no es suficiente con destinar fondos a organizaciones internacionales o acudir a reuniones internacionales, acciones que por supuesto hay que hacer. Adem¨¢s, y lo m¨¢s importante, hay que llevar una posici¨®n. Y construir una posici¨®n no es algo que se improvisa, sino que es fruto, primero, de una decisi¨®n pol¨ªtica de querer aportar a un debate determinado y a partir de ah¨ª, poner todos los medios necesarios para generar el conocimiento, financiando la investigaci¨®n necesaria, debatiendo para que haya una aportaci¨®n diversa y al mismo tiempo apropiaci¨®n, y finalmente publicando para darle visibilidad. Algo as¨ª se ha hecho con el debate sobre el post-2015 pero deber¨ªan de ampliarse los temas sobre los que la CE adopte una postura y adem¨¢s requerir¨ªan de una cierta continuidad en el tiempo.

Y tercera raz¨®n. El conocimiento es absolutamente necesario para definir nuestra estrategia de futuro, hacia d¨®nde queremos ir y c¨®mo llegar. Saber c¨®mo evoluciona nuestro entorno nacional, el contexto de desarrollo de nuestros pa¨ªses socios, cu¨¢les son los principales debates internacionales sobre el desarrollo, la ayuda y el papel de los donantes, etc¨¦tera, nos permitir¨ªa dise?ar un modelo de agencia y de cooperaci¨®n que responda m¨¢s eficazmente a los retos del desarrollo internacional.

El conocimiento es absolutamente necesario para definir nuestra estrategia de futuro, hacia d¨®nde queremos ir y c¨®mo llegar

Volviendo a la Agencia y a mi propia experiencia, en el a?o de mi estancia en la Universidad de Manchester he le¨ªdo m¨¢s sobre desarrollo y ayuda que en mis diez a?os de trabajo en la Agencia. Y me doy cuenta de lo relevante que puede ser todo ese conocimiento para mejorar la calidad de nuestra cooperaci¨®n. Ya todos tenemos claro que para gestionar la pol¨ªtica de cooperaci¨®n, es decir, planificar, elaborar estrategias, tomar decisiones, asignar fondos¡­. y adem¨¢s hacerlo eficazmente, hay que leer, analizar, investigar, evaluar, escribir, debatir y publicar.

Si la CE pretende evolucionar hacia un modelo de cooperaci¨®n m¨¢s basado en el conocimiento se tienen que crear las estructuras, dotar de medios y generar los incentivos necesarios para ello. Hablo de poner en marcha medidas que otras agencias europeas llevan desarrollando desde hace a?os: como por ejemplo crear estructuras organizativas y financiar programas para la investigaci¨®n para el desarrollo y el aprendizaje organizacional (Research and Evidence Division en DFID (Reino Unido); Etude, Recherche et savoirs en AFD (Francia) o Policy coherence and Research Unit (IrishAid); establecer puentes permanentes con el mundo acad¨¦mico, think tanks y centros de investigaci¨®n de organizaciones de desarrollo; generar espacios para el debate dentro de la organizaci¨®n y con expertos externos; incentivar la adquisici¨®n de conocimientos, la publicaci¨®n de documentos y la puesta en marcha de iniciativa innovadoras en las organizaciones.

Se trata de un proceso que requiere avanzar progresivamente pero que urge ponerse en marcha si queremos de verdad dar un salto de calidad en nuestra cooperaci¨®n.

Beatriz Novales

Consejera T¨¦cnica en la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID)