Cooperaci¨®n al desarrollo para un mundo solidario y sostenible
A pesar de los avances, solo la Ayuda Oficial al Desarrollo es insuficiente Por eso, cualquier medida que se tome debe venir acompa?ada de la coherencia de pol¨ªticas
Aprender del pasado es de personas sabias. Llegamos al final de una legislatura y es un buen momento para pararse, analizar y planificar el futuro que est¨¢ a la vuelta de la esquina. Este balance puede permitirnos abrir la puerta a una etapa m¨¢s positiva que la que dejamos atr¨¢s. Siempre y cuando, y ah¨ª est¨¢ la dosis de sabidur¨ªa que debemos garantizar, aprovechemos la experiencia y los aprendizajes que hemos cosechado en el camino. No hay otros cimientos posibles si lo que queremos es construir una pol¨ªtica de desarrollo internacional renovada, que contribuya de verdad a un mundo mejor para todas las personas y que sea capaz de dar respuesta efectiva a los m¨²ltiples y complejos retos que afrontamos como humanidad.
Una oportunidad perdida. Como organizaciones de la sociedad civil miramos hacia atr¨¢s y vemos lo que fue y todo lo que podr¨ªa haber sido. Cuesta comprender c¨®mo una pol¨ªtica con inmensas posibilidades para contribuir a la mejora de las condiciones de vida de muchas personas en todo el mundo ha sido sometida a un debilitamiento tan brutal. Sorprende el casi insignificante peso pol¨ªtico y la escasa capacidad de influir otras pol¨ªticas que se le ha otorgado en los ¨²ltimos a?os. Tal situaci¨®n ha supuesto una p¨¦rdida enorme de capacidades tanto en t¨¦rminos presupuestarios como humanos y, consecuentemente, un impacto directo en la vida de miles de personas en todo el mundo.
No podemos hacer las cosas de la misma manera
Analizar el trayecto recorrido hasta ahora, con sus llanuras y sus baches, debe ayudarnos a marcar el camino. En este sentido, la Agenda 2030 es una oportunidad para iniciar una nueva etapa. Repetimos a menudo que el mundo ha cambiado, que el escenario internacional ha cambiado, que la propia agenda internacional de desarrollo lo ha hecho. Es posible. Lo que no ha cambiado son los problemas a los que tenemos que hacer frente como humanidad: la pobreza extrema, la creciente desigualdad, la expulsi¨®n de sus hogares de quienes huyen de conflictos y necesidades extremas, la violaci¨®n de derechos humanos, la discriminaci¨®n de las mujeres o el uso insostenible de los recursos naturales. Aunque algunos de estos problemas se han agudizado, la mayor¨ªa de ellos han existido siempre. Lo que s¨ª ha cambiado es nuestra forma de afrontarlos; nuestra mirada sobre cu¨¢les son las mejores herramientas para hacer frente a tal situaci¨®n y qui¨¦nes deben acompa?arnos en el viaje. Ahora, tenemos la certeza de que ya no es posible usar las mismas l¨®gicas del pasado.
En el ¨¢mbito internacional la cooperaci¨®n para el desarrollo ha conseguido introducir en los debates denuncias y reivindicaciones que no estaban suficientemente visibles
En este contexto, ?puede ser la cooperaci¨®n al desarrollo una herramienta para el cambio? S¨ª, puede serlo. Y lo ser¨¢ sobre todo si es revisada, reorientada y hasta refundada. El balance nos dice que no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera. Por eso, debemos afrontar un debate pausado en el que el que los distintos agentes implicados ¡ªcon la ciudadan¨ªa de la mano¡ª participemos y aportemos de manera activa. Solo si compartimos la indignaci¨®n sobre los problemas que nos afectan, seremos capaces de plantear soluciones que respondan de manera efectiva al inter¨¦s de la mayor¨ªa.
Logros que nos marcan el camino
En esa mirada hacia atr¨¢s aparecen m¨²ltiples logros que pueden ayudarnos a esa necesaria reformulaci¨®n. Hemos acompa?ado a numerosos movimientos sociales en sus luchas por la defensa de los derechos humanos; hemos contribuido al fortalecimiento de estructuras sociales en muchos pa¨ªses del mundo. La solidaridad con los pueblos nos ha permitido empaparnos de la cultura del bien com¨²n y el respeto por el planeta, tejer redes y construir propuestas que no saben de fronteras. Hemos ido de la mano de cuadros pol¨ªticos que ahora tienen responsabilidades de gobierno¡ Vamos acompa?adas de muchas personas en un camino que es fundamentalmente colectivo.
En el ¨¢mbito internacional la cooperaci¨®n para el desarrollo ha conseguido introducir en los debates denuncias y reivindicaciones que no estaban suficientemente visibles. Cuestiones como el injusto sistema fiscal internacional; el impacto medioambiental de ciertas pol¨ªticas europeas en el resto del mundo o el feminicidio del que ning¨²n pa¨ªs escapa. Hemos contribuido a identificar con claridad las causas estructurales que generan los complejos problemas que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Actualmente, estar en el mundo no pasa por competir entre nosotros. Exige cooperar, trabajar de la mano y de forma horizontal
A pesar de todos estos avances, la experiencia nos demuestra que la Ayuda Oficial al Desarrollo por s¨ª misma es insuficiente. Por eso, cualquier medida que se tome debe venir necesariamente acompa?ada de la coherencia de pol¨ªticas para el desarrollo sostenible.
Actualmente, estar en el mundo no pasa por competir entre nosotros. Exige cooperar, trabajar de la mano y de manera horizontal, garantizado la participaci¨®n ciudadana en los asuntos p¨²blicos y defendiendo lo p¨²blico como espacio privilegiado para generar oportunidades para las personas, garantizar los derechos humanos y respetar el planeta que habitamos.
Vivimos tiempos convulsos donde la tentaci¨®n de recurrir al miedo hacia el otro es enorme y profundamente peligroso. Debemos frenar esa tendencia con solidaridad. Es lo m¨¢s inteligente que podemos hacer para nuestra supervivencia como humanidad. Si es cierto que somos la primera generaci¨®n con recursos para acabar con la pobreza y la desigualdad, y la ¨²ltima capaz de salvar al planeta, pongamos entonces todas las pol¨ªticas y todos los recursos a trabajar en ello. Hoy m¨¢s que nunca, la solidaridad y la justicia global son el camino.
Mercedes Ruiz-Gim¨¦nez Aguilar
Presidenta de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE).
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